El tribunal lo acusó por crímenes de lesa humanidad en la Franja de Gaza, pero Milei insiste en respaldar a Israel
La Corte Penal Internacional (CPI) ordenó este jueves 21 el arresto del primer ministro israelí, Benjamin Netanyahu, y de su exministro de Defensa, Yoav Gallant (apartado de su cargo hace un par de semanas, debido a diferencias internas en el gobierno) por crímenes de guerra y de lesa humanidad cometidos en la Franja de Gaza desde el 8 de octubre de 2023.
En mayo de este año, el fiscal del organismo, Karim Khan, había solicitado, tras una ardua investigación de su equipo, las detenciones resueltas ahora por el tribunal. Israel y Estados Unidos ejercieron una fuerte presión política y judicial para impedirlo, pero no tuvieron éxito.
A pesar de que la resolución de la CPI no implica la detención automática de Netanyahu-Gallant, dado que Israel no reconoce la jurisdicción del tribunal ni forma parte de la Corte (son 125 países en total los que sí están adheridos, incluyendo a los de la Unión Europea), se trata de un golpe político para el sionismo, ya que queda aún más en evidencia para el mundo el carácter criminal de las operaciones en curso en Gaza, donde la cifra de muertos oficiales ya supera los 44 mil y entre el 80 y 90% de la población se encuentra desplazada de sus hogares.
El texto de los jueces de la CPI considera que el tándem Netanyahu-Gallant privó en forma consciente al pueblo gazatí de agua, alimentos, combustibles y medicinas; que empujó a los médicos del enclave a operar sin anestesia; y que atacó deliberadamente a civiles, que son la mayoría de las víctimas de los ataques.
Repercusiones
Tras conocerse el fallo, el gobierno de Netanyahu acusó a la CPI de “antisemita”, lo que, en su boca, se ha vuelto un latiguillo para desestimar (y perseguir) cualquier crítica o denuncia de los crímenes del Estado de Israel.
El rechazo no se restringe al mandatario ni a sus ministros más recalcitrantes, ya que el presidente Isaac Herzog (procedente del laborismo) y el principal referente de la oposición, Yair Lapid, también atacaron a la CPI -una advertencia para aquellos que consideran al primer ministro y sus alfiles más derechistas como unos extremistas aislados. En verdad, todo el arco político israelí ha cerrado filas con los crímenes de Netanyahu.
El gobierno norteamericano, que proporciona las bombas que caen sobre los palestinos, también criticó la resolución del tribunal. Y un senador republicano electo, John Thune, que podría convertirse en el jefe de la cámara alta bajo la gestión de Donald Trump, amenazó con sanciones a la CPI si no retrotrae las órdenes de captura. En cambio, cuando la CPI dictó una orden de arresto contra el presidente ruso Vladimir Putin, en 2023, debido a la invasión de Ucrania, Washington (que ni siquiera reconoce la soberanía del tribunal) hizo un profuso aprovechamiento político de la misma, e incluso cuestionó públicamente a Mongolia por no arrestar al líder ruso cuando visitó ese país. Es la típica doble vara de la Casa Blanca.
El gobierno argentino, confirmando su alineamiento con Estados Unidos e Israel, defenestró el fallo de la CPI, argumentando que castiga el derecho a defensa de Israel. Pero el que en verdad se está defendiendo de una política de colonización y limpieza étnica que lleva décadas es el pueblo palestino. La operación de Israel en Gaza, en cambio, es una ofensiva de características genocidas que busca rediseñar la región en función de esos apetitos colonizadores.
El tribunal con sede en La Haya también dispuso una orden de arresto contra Mohammed Deif, uno de los ideólogos del operativo de Hamas y la resistencia palestina del 7 de octubre de 2023, acusándolo por el asesinato de civiles israelíes. De todas maneras, no está claro que Deif permanezca con vida y, de hecho, Israel lo da por muerto en uno de sus ataques. En el caso de Yahya Sinwar e Ismael Haniyeh, los dos últimos máximos dirigentes de Hamas, cuyas muertes sí están confirmadas, quedaron fuera de la orden de captura por obvios motivos. El mayor límite del fallo de la CPI es que coloca en un mismo andarivel los crímenes del gobierno sionista y las acciones de las organizaciones armadas palestinas, en una especie de “teoría de los dos demonios”.
No al genocidio
Desde que el equipo del fiscal Khan solicitó la captura de Netanyahu, en mayo, las operaciones de Israel han ganado en extensión, como lo muestra la invasión de Líbano, donde ya hay más de 3 mil muertos.
Redoblar la movilización contra el cese de la agresión sionista contra Gaza, Líbano, Siria, Yemen e Irán es una tarea fundamental. No al genocidio del pueblo palestino. Repudio al alineamiento de Milei con Estados Unidos y el sionismo. Por la ruptura de relaciones diplomáticas con Israel.
Gustavo Montenegro
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