viernes, abril 17, 2020

Murió Luis Sepúlveda: el artista chileno fue víctima del Covid-19



La pandemia del Covid-19, este jueves 16 de abril, toma el aliento del internacionalmente reconocido artista chileno Luis Sepúlveda Calfucura a sus 70 años, víctima de una neumonía asociada al coronavirus, en Asturias.

La pandemia del Covid-19, este jueves 16 de abril, toma el aliento del internacionalmente reconocido artista chileno Luis Sepúlveda Calfucura a sus 70 años, víctima de una neumonía asociada al coronavirus, en Asturias.
Nacido en Ovalle, el primero de octubre de 1949, con una vida llena de aventuras y desventuras, el cineasta, periodista y escritor del hermoso libro “Un Viejo que leía Novelas de Amor”, fallece a las 10:18 horas. Este galardonado personaje, quien llevaba 48 días internado en la Unidad de Cuidados Intensivos del Hospital Universitario Central de Asturias (HUCA), fue el primer paciente diagnosticado con Covid-19 en Asturias.
Iniciada su vida consciente del mundo en que vivía, a los quince años se adentra a la militancia en las Juventudes Comunistas de Chile, para luego militar en el Ejército de Liberación Nacional, una fracción del Partido Socialista. Publicó su primer libro poemario a los 17 años, se llamaba a sí mismo como “rojo, profundamente rojo”, y dijo haber vivido los mejores años con la Unidad Popular (UP). Con la dictadura de Pinochet lo encerraron en el Regimiento Tucapel de Temuco por casi tres años, y le conmutaron 28 años de cárcel por ocho años fuera de sus tierras chilenas, en el exilio.
En 1977 es sacado de Chile contra su voluntad, pasando por Buenos Aires, Montevideo y Brasil, Paraguay, Perú, Bolivia y Ecuador, donde conoce a los indios Shuar e ingresa a la Brigada Internacional Simón Bolivar, con quienes partieron a Nicaragua para vivir en carne propia y ser partícipes de la Revolución Sandinista, en 1979, para luego asentarse en Alemania, Hamburgo. Más adelante fue corresponsal de Greenpeace navegando por los mares del mundo entre 1983 y 1988.
«Contar bien una buena historia y no cambiar la realidad, porque los libros no cambian el mundo. Lo hacen los ciudadanos.»
Con personajes de su alter ego Belmonte, entregó aventuras literarias como exguerrillero y escolta de Allende, intrigas policíacas con referencias al intento de libertad de Miguel Krasnoff condenado a 1.000 años de cárcel, las torturas abominables de Pinochet, y a quienes pasaron por el infierno de Villa Grimaldi, con el fin de «hacer memoria» y combatir «a quienes defienden la amnesia como razón de Estado, como se quiso hacer en Chile».
Sin duda, una vida de altos y bajos, marcados por la realidad y la política, del lado de los pobres y desposeídos, con increíbles narrativas dignas de todos los reconocimientos recibidos.
Y que, nuevamente, deja al descubierto como hoy las políticas de gobiernos de diferentes países desmantelaron los sistemas de salud pública y privatizaron la salud y ciencia, viviéndose ahora las consecuencias, sin detectar tempranamente la infección del virus con testeos masivos y aumento del presupuesto para hospitales, garantizando insumos y todos los implementos necesarios para enfrentar esta pandemia.

La Izquierda Diario

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