jueves, marzo 06, 2025

Ola de renuncias contra el vaciamiento de la Dirección de Control de Enfermedades Inmunoprevenibles


Denuncian que los programas esenciales no pueden dar respuesta a las obligaciones básicas que marca la ley. 

 En el marco del desguace de la salud pública que lleva adelante el gobierno mediante el plan motosierra, una ola de renuncias sacude a las direcciones de Vacunas, VIH, Lepra y Tuberculosis. Esta acción forma parte de la respuesta de los profesionales de la salud frente al vaciamiento. 
 En ese sentido sostuvieron: "presentamos nuestra renuncia con profundo pesar ante el desmantelamiento de nuestras áreas, el grave riesgo cierto e inminente que esto implica para la salud pública, y el aumento de los costos a mediano y largo plazo que van a pagar de su bolsillo todos los contribuyentes". 
 La crisis comenzó cuando la gestión del Ministerio de Salud, bajo la dirección de Mario Lugones, implementó un ajuste drástico que afectó principalmente a las áreas de vacunación y enfermedades inmunoprevenibles. En enero, en medio de un aumento de los casos y muertes por tuberculosis y de nuevos diagnósticos de VIH y hepatitis, se confirmó la disolución de las coordinaciones de Hepatitis Virales y Tuberculosis. Luego, en pleno brote activo de sarampión y de hepatitis A, la reducción del 40% del equipo de VIH y del 30% del equipo de Vacunas. Hoy, en pleno brote de sarampión, solo tres profesionales quedan al frente de una de las áreas más estratégicas en la lucha contra enfermedades prevenibles. 
 "No vamos a ser parte de un Ministerio en el que los programas esenciales no pueden dar respuesta a las obligaciones básicas que marca la Ley. Nuestra renuncia es un acto de ética médica, de responsabilidad cívica y profesional, y una advertencia urgente. La salud pública no es un gasto: es una inversión en la vida y el bienestar de toda la sociedad", cerraron.
 La infectóloga Carolina Selent fue una de las que renunció. “Por un lado, porque no reincorporaron a compañeras que llevaban campañas claves: sobre vacuna antigripal, vigilancia de coqueluche (también llamada tos convulsa, enfermedad controlada que hoy está volviendo), vigilancia de hepatitis A y de sarampión (ambas en pleno brote). Desmantelaron un montón de temas”, cuestionó la médica en un declaración para Tiempo Argentino y agregó: "la renuncia es no avalar lo que está sucediendo". 
 El impacto de estos despidos y renuncias es evidente en la respuesta a las emergencias sanitarias. El sarampión, que se había dado por erradicado en muchas partes del mundo, volvió con fuerza en varias provincias, y en Buenos Aires ya se confirmaron los primeros casos. “El brote de sarampión se dispersó porque no se logró bloquear como se debería haber realizado”, señaló Selent. 
 La situación, según los expertos, es alarmante: las coberturas de vacunación han bajado y la falta de personal complica aún más el panorama. Los únicos que se benefician con esto son los laboratorios, que se valen de la necesidad para vender vacunas a costos altísimos. 
 Al mismo tiempo, el Programa de Respuesta al VIH, Infecciones de Transmisión Sexual, Hepatitis Virales, Tuberculosis y Lepra tuvo un recorte del 47% de diciembre de 2023 a diciembre 2024. Más de 70 mil personas que viven con VIH en Argentina dependen del sistema de salud público, sin embargo no se concretaron compras de reactivos para test de resistencia, carga viral y CD4, y todo esto se agrava por los faltantes de preservativos. En consecuencia, existe un 20% de nuevas notificaciones de VIH (de 5.300 aumentó a 6.400) disparando una epidemia descontrolada. 
 Para el 2025 se proyecta un recorte del 76% del presupuesto para programas nacionales orientados a dar respuesta integral al VIH, hepatitis, ITS y tuberculosis, una brutal profundización del ajuste que promoverá nuevamente la proliferación del virus. 
 El brutal ajuste del gobierno pone en severo riesgo la salud de la población y genera un costo sanitario irreversible. La profundización de este camino solo agravará aún más la situación. Un gobierno que enferma a la población es un gobierno que se tiene que ir. 

 Camila García

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