No abrir la boca es toda una definición política, cuando la marcha en la que una multitud reclamó por el aumento de los haberes jubilatorios y contra la quita de los medicamentos y el desmantelamiento del Pami generó una crisis política y puso de manifiesto una intensificación de la bronca popular.
El silencio de Cristina refleja que la traición de la CGT y las CTAs a los jubilados y los trabajadores que se movilizaron es una definida orientación política del peronismo.
Si mantienen paralizadas las centrales sindicales ante los constantes ataques de los capitalistas y el gobiernos, es como correlato de la posición que el PJ-kirchnerismo adoptó desde el primer día en que asumió Milei: dejar pasar, darle la espalda a las luchas, votarle leyes a los libertarios en el Congreso y aplicar una política de ajuste allí donde gobierna.
Por eso, las únicas organizaciones políticas que estuvieron en Congreso acompañando a los jubilados, desde el primer miércoles que empezaron sus rondas, son los partidos de izquierda; de ahí la infame operación de Adorni y algunos ensobrados con un volante apócrifo del Frente de Izquierda. Se trata de una pelea en defensa de toda la clase trabajadora.
Los trabajadores tenemos que combatir en las calles la ofensiva de la clase capitalista. Fuera Milei y Bullrich. Preparemos la huelga general hasta quebrar al gobierno represor. Y construyamos una alternativa política propia, independiente del peronismo y los partidos patronales.
Prensa Obrera
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