martes, julio 24, 2018

Cumbre de Helsinki: Rusia exhibe el fin oficial del unilateralismo de EE.UU.

Parecía estar abducido: había abandonado su habitual prepotencia impertinente. Ante el líder ruso, parecía un niño con una angustiosa inseguridad. Definitivamente, el ropaje del presidente de EEUU le iba bastante grande a Donald Trump que decepcionó a quienes iban a ver un duelo de titanes: su trato hacia Vladimir Putin no era el del líder de la superpotencia, ni siquiera de un igual a igual, sino de un discípulo hacia un ídolo; nada que ver con sus maneras hacia los jefes de los estados europeos. El dirigente ruso, un hombre curtido en la política, con una actitud paternal consiguió algo inaudito: que el propio presidente de EEUU le diera razón ante el mundo al mismísimo “demonio ruso” y tachara de “desastre” al trabajo de los servicios de inteligencia de EEUU. Para Trump, Rusia es un amigo y Europa la enemiga.
La primera cumbre oficial entre Trump y Putin puso patas arriba a Washington. El establishment demócrata-republicano, que considera al jefe del estado algo parecido a un infiltrado del “Agente Putin”, hizo todo lo posible para sabotear la cumbre del 16 de julio: tres días antes, el fiscal Robert Mueller emitió una acusación contra 12 oficiales de inteligencia rusa por perjudicar la candidata Hilary Clinton en 2016. Al no conseguirlo, a Trump le llamaron de todo menos guapo: “traidor”, ser “un activo de inteligencia rusa”, marioneta de “un delincuente y un asesino”, o que su actitud “se eleva y supera el umbral de ‘altos crímenes y delitos menores’” fue la guinda que puso John Brennan, exdirector de la CIA al despropósito, porque el presidente no había criticado a Putin por los asuntos de Crimea, Siria o los “ciberataques” ¡Sospechan, incluso, que su idea de desmantelar la OTAN es para facilitar la invasión rusa de Europa! La paranoia llega a tal punto que la senadora republicana Lindsay Graham advirtió que no dejaría entrar en la Casa Blanca el balón de futbol de la Copa del Mundo que Putin regaló a Trump (¿metáfora del gol a EEUU?), porque poodría llevar un dispositivo de escuchas. En plan ofensivo y días después Trump anunció que había invitado a Putin a la Casa Blanca: ¡Aquí mando yo!
Hay un segundo grupo consternado: el que ve a Putin como el nuevo símbolo universal de la resistencia antiimperialista, y no encuentra explicación lógica para las muestras de amor entre un personaje como Trump y su héroe.

Los objetivos de la cumbre

Anunciar su doctrina ha sido el objetivo principal del presidente Trump: que Rusia es un aliado de EEUU, al contrario de los que afirman los apparatchik de ambos partidos de su país. Si para imponerla tiene que hecer de “Madman” lo hará. Es difícil saber lo que está sucediendo en el seno del poder en EEUU: El Nuevo Orden Mundial de Trump exige desmantelar la vieja estructura de las relaciones multilaterales y alianzas tradicionales de EEUU, para sustituirla por relaciones bilaterales para así ser siempre la parte más determinante (rompe el acuerdo nuclear 5+1 con Irán para conseguir otro entre EEUU e Irán). En este diseño, China es el enemigo principal de la hegemonía de EEUU, la visión compartida por Barak Obama, con la diferencia de que el expresidente intrépido pretendía luchar de forma simultánea contra China y Rusia, mientras Trump aplicar la táctica de Nixon: provocar división entre Moscú y Pekín, acercándose a Rusia. Aunque, hoy por hoy, es difícil que lo consiga: 1) porque la alianza Chino-rusa es estratégica, el presidente Xi, es “el mejor amigo” de Putin “el más íntimo”, y el presidente ruso es el primero que ha recibido la “medalla de amistad” de China, y 2) Trump es un presidente de personalidad débil que se echa para atrás cada vez que recibe presión y tiene demasiados enemigos entre los militares y los servicios de inteligencia, al igual que Obama.
En cuanto a Putin, Helsinki fue el lugar idóneo para mostrar al mundo el regreso de Moscú como superpotencia, vale, de momento como la superpotencia política, sin él es imposible abordar las cuestiones mundiales. En una región como Oriente Próximo, hoy la influencia de Rusia es mayor que EEUU: ningún país del mundo ha tenido la habilidad de tratar a Irán, Arabia Saudí, Turquía e Israel al mismo tiempo sin sacrificar a otro, ni ha podido llevarse a su terreno a un socio agresivo de la OTAN como Turquía.
Putin dejó claro que la Guerra Fría había terminado. ¡No somos la Unión Soviética! Insinuó para quienes aún no se han enterado, y que Rusia capitalista no pretende competir con EEUU, sino hacerse un sitio entre los grandes, como cuando en 2001 solicitó el ingreso en la OTAN. El Kremlin pretende llevar adelante su ofensiva política a nivel mundial desde la cooperación con otros estados, evitando cualquier choque.

Cuestiones abordadas

La reunión fue claramente dirigida por un Vladimir Putin que crecía a la misma medida que se hacía invisible un Trump perdido y ajeno a las cuestiones políticas.

Veamos:

La acusación a Rusia por la “interferencia en las elecciones del 2016 de EEUU”, mediante el haqueo de los correos electrónicos de Hilary Clinton, invita las siguientes reflexiones:
Deslegitima al propio presidente Trump. Es como un escupitajo hacia arriba. Para un narcisista como él fueron “sus méritos” lo que le colocaron en la Casa Blanca, y si hubo alguna intromisión rusa su impacto fue insignificante.
Cuenta Craig Murray, el exembajador británico en Uzbekistán y activista de WikiLeaks, que los correos fueron filtrados que no haqueados, y el motivo era “la repulsa ante la corrupción de la Fundación Clinton” y el “juego injusto” de Clinton contra Bernie Sander durante las primarias. Otra cosa era el odio público de Rusia hacia Clinton por incitar o apoyar las protestas de 2011 contra la elección de Putin, armar a los grupos y gobiernos de extrema derecha en sus fronteras, invadiendo su periferia de seguridad, e incluso amenazar a Rusia con una intervención militar como revelaban los correros. Putin admitió que deseaba el triunfo de Trump por estar “dispuesto a restaurar la relación con nuestro país“.
¿Cómo es posible que 17 agencias de inteligencia civiles y militares con un presupuesto de 70,7 billones de dólares (2016) no pudieron asegurar la limpieza electoral y evitar un ciberataque extranjero? Esta cantidad, que no para de subir, en 2017 fue de 73 billones de dólares.
¿Estuvieron también los países extranjeros detrás de los fraudes electorales del 2000 y 2004?
¡Qué fácil es no ver la viga en el ojo propio! ¿No es EEUU el país que más golpes de Estado e invasiones ha organizado a nivel mundial contra otras naciones para cambiar a sus mandatarios?
¿Cómo se puede creer a pies juntillas las afirmaciones de unos servicios que fabricaron informes falsos para invadir a Irak, por ejemplo, o culparon a Afganistán del 11S en vez de Arabia Saudi?
Putin, que es mucho Putin, hizo una “oferta increíble” a EEUU, dejando boquiabierto a Trump: Que Mueller pudiese interrogar a los 12 acusados en Rusia si se permite a Rusia interrogar a 10 estadounidense sospechosos de “acciones ilegales” en Rusia como Bill Browder, el inversor que promovió las sanciones contra Rusia con la Ley Magnitsky. Putin cuestiona el “Excepcionalismo de EEUU”, que coloca a este país por encima de las normas internacionales.
Armas nucleares. “Tenemos el 90% de las armas nucleares del mundo. algo, que por supuesto no es bueno” dijo el presidente ruso, planteando la posibilidad de extender el tratado START que expira en 2021. Fue Bush quien se retiró del mismo en 2001, y es Trump el que con la política de “Revisión de la Postura Nuclear” y mirando a Irán, Corea del Norte y Rusia ha mandado fabricar minibombas nucleares que puedan ser lanzadas desde submarinos. También Rusia ha construido un nuevo misil intercontinental apodado ‘Satan 2’ capaz de transportar hasta 15 ojivas nucleares. Que el Pentágono tenga asignados 1.2 billones de dólares para desarrollar dichas armas en los próximos 30 años, dificulta acuerdos sobre la propuesta rusa.
Israel. Para Rusia y EEUU la seguridad de este país es la prioridad. No hay dos países en la zona con relaciones tan magnificas como la que hay entre Rusia e Israel, lo cual socava, entre otros consecuencias, la influencia de EEUU sobre Tel Aviv. El presidente más proisrailí de la historia de Kremlin, o como dice Trump “Putin es un fanático de Netanyahu”. Ni una palabra sobre los continuos bombardeos de Israel sobre Siria y Gaza, y eso a pesar de que, según el diario Intifada, el Batallón neonazi Azov utiliza armas israelíes en Ucrania, país que compra artefactos militares de Tel Aviv. Israel está evacuando a los llamados “Cascos Blancos” que con sus videos falsos intoxicaron durante años la información sobre Siria, acusando a Rusia de la mayoría de los ataques a los civiles.
Siria. Trump elogió el papel de Rusia en este país, dijo que sus fuerzas militares ” se llevan muy bien”, y estuvo totalmente de acuerdo con el análisis de Putin que incluyó:
Declarar el fin de la guerra Siria: Siete años después, cientos de miles de sirios muertos, con Asad en el poder, y 15 bases militares de EEUU y dos de Rusia. Trump no opinaba, quizás por su nulo conocimiento sobre este conflicto o porque existen serias discrepancias entre el Pentágono y el Secretario de Estado sobre el futuro del país, el papel de los kurdos o de Turquía, etc.
Propuestas como:
* Tener reuniones regulares con Trump sobre Siria (¡como los viejos tiempos de la URSS con EEUU!)

*Que Israel y Siria firmasen un acuerdo parecido al del 1974 que estableció un alto el fuego supervisado por la ONU ¡El centenar de bombardeos de Israel a Siria sería perdonado!

*Enviar ayuda humanitaria internacional a Siria con los aviones rusos, y crear un comité coordinador que organice el regreso de los refugiados.

*Que al grupo Astana (Irán, Rusia y Turquía), que ha sido la fuerza de paz en Siria, se una el Pequeño Grupo formado por EEUU, Europa, Arabia y Jordania.

*La reconstrucción Siria. Trump lo acepta sin condiciones al contrario de sus socios europeos que exigen un acuerdo de paz previo.

Netanyahu acepta la permanencia de Asad en el poder a cambio de la salida de las milicias bajo el mando de Irán. EEUU e Isarel han conseguido todos sus objetivos en Siria, y la suerte de Asad es absolutamente irrelevante. Bajo la presión rusa, estas milicias ya se han alejado de las proximidades de los Altos del Golán, pero Moscú, si por un lado no desea la marcha de Irán -le necesita para estabilizar al régimen de Asad- por otro carece de influencia sobre este país, como recuerda Dzhagaryan, el embajador de Rusia en Teherán de que Irán: “no es un país donde se puede ejercer presión. El trabajo con los iraníes solo puede hacerse mediante la persuasión, ya que la presión sobre Irán da resultados opuestos“. Conoce la cultura iraní: si quieres que hagan algo, prohíbeselo. Alexander Lavrentiev, enviado especial de Putin para Siria, viajó a Teherán el 18 de julio para informar a los iraníes de los acuerdos de Helsinki. Sabe que Irán está muy preocupado.
Hay que ver cómo queda el reparto de las zonas de influencia, por ejemplo, en las áreas ricas en petróleo y gas del país.
Irán. Putin impidió que EEUU convirtiera Irán en el tema central de la cumbre y lo linchara. Rusia ve a Irán un país respetable con el que hay que contar para la estabilidad de la zona, y se opone a la política de asilarle; defendió el acuerdo nuclear y la naturaleza pacífica de su programa, aunque Moscú también se siente feliz por la retirada de EEUU del mismo, no sólo por temor a que Teherán regresara a la órbita del Occidente, sino también porque las sanciones de EEUU son una gran oportunidad para hacer negocio: Irán está en contacto con Rosneft y Gazprom para una inversión de miles de millones de dólares en la industria energética del país.
La cumbre de Helsinki es el inicio de una nueva era, confusa y llena de incógnitas.

Nazanín Armanian
Público

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