viernes, agosto 31, 2018

Dark, mucho más que una imitación de Stranger Things



La serie alemana, que aborda las mecánicas del espacio y el tiempo, imprime una brillante estética oscura que no admite nostalgias.

Los agujeros negros y los agujeros de gusano son, aún, misterios insondables del universo. Los agujeros negros son generados por una estrella de gran masa (hablamos del triple de materia que el Sol), que, al final de su vida, bajo su propia gravedad, se contrae hasta una densidad infinita generando una atracción gravitacional que devora todo a su alrededor, inclusive la luz, y curva el espacio-tiempo.
Dark, la primera serie alemana en Netflix, se basa en la naturaleza de los agujeros negros, y de los llamados agujeros de gusano que, según la teoría, es un túnel en el espacio-tiempo que puede contactar dos agujeros negros al formar una especie de bucle (en rigor, no necesariamente los extremos de los agujeros de gusano son agujeros negros). En otras palabras, un agujero de gusano, es decir la unión de dos regiones que pueden estar extremadamente lejos, sería un túnel del tiempo. Ya una frase del propio Einstein que prologa el primer capítulo define la trama: “La distinción entre pasado, presente y futuro es sólo una ilusión obstinadamente persistente”.
La pregunta correcta, entonces, no es “qué” ocurre en este misterioso y críptico pueblo alemán llamado Winden –el pueblo ficticio es el gran protagonista de la serie– sino “cuándo” ocurre. Así, en el relato, el ayer, el hoy y el mañana se determinan como no consecutivos. La distinción entre pasado, presente y futuro no son más que una ilusión.
Dark (tiene hasta el momento una temporada) se mueve en tres tiempos, con 33 años de diferencia cada uno: 2019, 1986 y 1953. La segunda fecha marca el eje de la trinidad: la catástrofe de Chernóbil, en la actual Ucrania, durante el estalinismo. Tres generaciones de pobladores, además, marcan el pulso de cada uno de los diez episodios, en este pueblo donde, al igual que el tiempo, las relaciones también están construidas como ilusiones. El número tres involucra también la cuestión católica en el rol de un oscuro cura.
Winden es un pueblo signado por su propia planta nuclear, creada en los años cincuenta, que tiene su fecha de cierre en 2020 y que esconde un misterioso incidente electromagnético en los años ochenta que será el nudo del relato. “Tenemos la tasa de crímenes más baja de la región. No hay asesinos por aquí”, se dice el misterio en uno de los capítulos. Al igual que en Stranger Things, hay niños que desaparecen, suceden hechos extraños y el pueblo se conmociona, por lo que se la ha acusado de imitación.
Sin embargo, salvo en estos aspectos superficiales, Dark es mucho más oscura, profunda y distorsiva que aquella popular serie de Netflix que trabaja la nostalgia sobre los ochenta con una mirada revoltosa de sus protagonistas. Acá el perfil de los personajes es desangelado, nebuloso, distante, con aproximaciones perturbadoras al amor, un trabajo que es acompañado con la estética de la fotografía y la música y cuyas historias requiere de mucha concentración para alinear los hechos, como danzas sin fin.
La incorporación de la historia de la explosión del reactor número 4 de la central nuclear de Chernóbil, ocurrido a las 01.23 am del 26 de abril de 1986, es una exposición de denuncia de la propia experiencia de la infancia y adolescencia de los creadores de la serie: a Jantje Friese (una de las guionistas), la madre no le dejaba salir a jugar a la calle si llovía por si era lluvia ácida. El padre Baran bo Odar, el otro creador, trabajaba en una central nuclear.
Podemos pensar en el agujero negro como una alcantarilla gigante donde el agua cae en forma de espiral. El “horizonte de sucesos” sería el borde de la alcantarilla y todo lo que se desliza por ese borde no tiene forma de regresar, inclusive la luz tragada. (Hawking, utilizando los efectos cuánticos, introdujo luego la idea de la “Radiación Hawking”, es decir que hay partículas que no son tragadas por el agujero y son lanzadas al universo).
Como la luz no escapa del agujero negro no se puede ver nada desaparecer. ¿Cómo, entonces, se sabe de su existencia? Porque los agujeros negros desgarran las estrellas que se acercan demasiado y porque envían temblores, “ondas gravitacionales”, producto de la colisión entre dos agujeros negros.
También en Dark, que introduce extraordinarias ideas sobre el cosmos, los artificios y la filosofía, todo es desgarro en este pueblo que, como en un agujero negro, tampoco se puede ver nada desaparecer. Como reformuló Hawking sobre la famosa frase de Einstein, Dios no sólo juega a los dados, sino que a veces los lanza adonde no podemos verlos.

Dylan

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