jueves, agosto 23, 2018

“Limpiar” Irán de comunistas



1952, Teherán: una manifestación contra la monarquía.

La Operación TP-Ajax de la CIA

Han pasado 65 años del golpe de Estado del 19 de agosto del 1953, el primero organizado por la CIA y al que le seguirá una larga lista por todo el mundo. Era un secreto a voces, y Barak Obama en 2013 reconoció, sin pedir perdón, la implicación de su país en aquella intervención que cambió la historia de Irán.
Corría el 1950. El Parlamento iraní cumplía con una de las viejas demandas de la sociedad: aprobaba la Ley de Nacionalización del Petróleo y ponía fin al dominio de la compañía British Persian Oil Company (el “BP” era su sigla), entregando el control sobre la exploración, extracción y la venta del Oro Negro iraní al propio Estado. Los esfuerzos del Gobierno de Winston Churchill de que esta ley incluyera una enmienda que en realidad anulaba la esencia de aquella ley y con trampas mantenía los privilegios del consorcio británico, no dieron resultados deseados.
Hasta el Sha, bajo la fuerte presión popular, se vio obligado a ratificarla, y nombrar primer ministro al doctor (en Derecho por Suiza) Mohammad Mossadeq (1882-1967), que era el jefe de la Comisión de Petróleo del Parlamento, para resolver la denuncia presentada por BP ante la Haya que acusaba a Irán a romper la licencia recibida en 1933. Después de que los jueces dieran la razón al líder iraní, que desautorizaba al propio tribunal por atender un acuerdo que no era “un tratado internacional” e Irán no había infringido ninguna ley, los buques militares británicos, respaldados por EEUU entraron en el Golfo Pérsico.
Pues BP no sólo era la columna vertebral de la economía británica y el petróleo un asunto de Estado, sino que también en EEUU la industria automovilística y su agricultura industrializado necesitaban ingentes cantidades de petróleo para convertir a esta potencia en la superpotencia que iba a enfrentarse a la Unión Soviética. Ya en 1945, Roosevelt firmó el pacto de “petróleo a cambio de seguridad” con el rey de Arabia Abdelaziz, y años después, la «Doctrina Carter» consideró que el control de EEUU sobre los hidrocarburos del Golfo Pérsico será una cuestión de seguridad nacional.
Los gobiernos de Churchill y de Eisenhower boicotearon el petróleo iraní, y lanzaron una amplia campaña de demonización de Mossadeq, acusándoles de comunista (¡hoy le hubieran llamado “terrorista”!), que para más inri había cortado las relaciones oficiales con Israel y ¡no por antisemita! sino por sus estrechos lazos con los servicios de inteligencia del régimen del Sha.
Por lo que el MI6 y la CIA planean acabar con el primer ministro iraní. Encargan al agente británico Christopher Woodhouse crear la red “Bedaman” para provocar desorden, saqueos, incendio de la sede de los sindicatos y partidos políticos progresistas, sobre todo del Partido Comunista de Tudeh, y armar a los señores feudales de regiones con minorías étnicas, amenazando la integridad territorial de Irán.
En el seno del gobierno de EEUU había discrepancias al respecto: un sector temía que la caída de Mossadeq fortaleciera a los comunistas, en un país con 1.600 kilómetros de frontera común con la Unión Soviética. Por lo que enviaron al diplomático Averell Harriman a Teherán para negociar con el gobierno iraní: fue recibido por decenas de miles de personas que protestaban por su vista. Los antidisturbios mataron e hirieron a cerca de 200 manifestantes en un intento de dispersarles. Uno de los documentos desclasificados, afirma que la CIA había introducido a varios miles de personas contratadas para abultar la manifestación y así mostrar la “amenaza comunista” en su campaña de “que vienen los rojos”, con el fin de justificar sus planes de intervención.
Mientras, el rey de Irán tocaba violín cuando ardía roma: en medio de esta revolución social y las calamidades económicas de y por las sanciones que sufría el pueblo, el Sha se casa con Soraya en una obscena boda en la que manda traer desde países bajos cinco toneladas de orquídea por avión, y regaló a la reina un anillo con un diamante de 22,37 quilates sustraído obviamente de las arcas públicas.
La CIA al ver que el Pahlavi II no mostraba simpatía hacia el plan urdido contra Mossadeq, le envía un mensaje: si no coopera, EEUU no garantizará su reinado. Un año antes, la OTAN había integrado a Turquía, sin ofrecer una “protección” eficaz a la dictadura de Pahlavi. Washington, que busca vasallos que no aliados, vetó la iniciativa del monarca iraní en poner en marcha el Pacto Mediterráneo, al que había invitado a Turquía, Egipto y Grecia. En la década de los 60 EEUU reservará un plan para derrocar al propio persa el hombre había adquirido demasiado poder.

16 de agosto: el primer golpe de Estado

Kermit Roosvelt, el nieto del presidente de EEUU, dirigirá la operación “Boot” (Botas), para llenar las calles del país del terror de la turba lumpen (al estilo de Estado Islámico), quienes destrozan todo lo que encuentran en su camino, allanando la entrada de los tanques.
Sin embargo, los militares comunistas descubren el complot y avisan a Mossadeq, que esperará en su domicilio acompañado por los generales leales para arrestar a los golpistas. El Sha y Soraya huyen del país refugiándose en Irak, y el pueblo clama a Mossadeq, exigiendo la abdicación del monarca.
Salvado, el primer ministro pide a sus seguidores suspender las manifestaciones de apoyo, y se niega a repartir armas entre la población para luchar contra el bando contrario. Los motivos: 1) una ingenua confianza a la fidelidad del ejercito al Estado; 2) el temor a un baño de sangre y 3) el miedo a un giro a la izquierda del movimiento popular.

19 de agosto: el segundo golpe de Estado

La CIA y el MI6 ponen en marcha la Operación TP-Ajax, en la que TP hace referencia a Tudeh Party y Ajax el famoso detergente: iban a “limpiar Irán de los comunistas”, cuando en realidad y a pesar de que el Tudeh era un influyente partido no tenía ninguna posibilidad de tomar el poder.
Los militares tras disparar al domicilio del jefe del Gobierno, entran y le arrestan. El Sha regresa al país y el general golpista, Fazlollah Zahedi, que era el jefe de la policía nacional, ocupa el cargo del primer ministro.
Durante y después del golpe cientos de personas fueron asesinadas y miles detenidas, encarceladas, torturadas y exiliadas, en su gran mayoría activistas de izquierda. Cuatro de los oficiales comunistas condenados a la cadena perpetua, después de ser liberados en 1978 y soportar 25 años de cárcel, fueron ejecutados por la República Islámica en 1983, y un quinto, Ali Amuí, pasó otros 12 años entre rejas: un total de 37 años por defender “pan y paz para todos”.

Los errores de las fuerzas progresistas

Yebheye Mel.li, el Frente Nacional liderado por Mossadeq y el principal protagonista del escenario político, cometió numerosos errores, en gran parte, debidos a la naturaleza burguesa del partido:
Ignoró las advertencias del Partido Tudeh sobre la necesidad de depurar el ejercito (¡lección aprendida por Tayyeb Erdogan!), dirigido por generales vinculados con la CIA y el MI6, e incluso de antecedente nazi, como el propio Zahedi. Quizás no le fue posible porque el Sha cumplió el consejo de su padre: que para ser rey primero hay que tener un control absoluto sobre el ejercito.
Se acercó a EEUU, pidiéndole ayuda para expulsar a los británicos. ¿Pretendía dividirlos o estaba allanando el camino de los americanos? Se preguntaba la izquierda iraní.
Se negó a solicitar ayuda a la URSS, desde un férreo “equilibrio negativo” frente a los bloques. Nehru y Nasser lo hicieron estando en la Organización de los No Alineados.
Formó un gabinete de perfil empresarial de quienes sentían fascinación por EEUU. La única excepción fue el ministerio de Asuntos Exteriores Hosein Fatemi, un periodista republicano de 33 años, que exigía la abdicación del rey. Recibió varias balas de un integrista en un atentado, y después del golpe, fue torturado y ejecutado.
No legalizó al partido comunista. Quizás quiso así reducir la presión de la derecha, pero imposibilitó la formación de un frente amplio unido contra la derecha iraní y el imperialismo.
Por su parte, los principales errores del Partido Tudeh fueron:
A pesar de soportar las acusaciones de la derecha que le tachaban traidor y fiel a los intereses de un país extranjeros (o sea, la URSS), el PC iraní mientras pedía la nacionalización del petróleo del sur de Irán – bajo el dominio de los británicos-, proponía que la explotación del petróleo del norte del país fuese concedida a la Unión Soviética como una “contribución a la lucha anti imperialista y solidaridad mundial de la clase obrera”.
Presionó a Mossadeq para que convocara un referéndum por la república. Él sentía lealtad hacia el jefe del Estado y su partido achacaba todos los males de la monarquía a la hermana gemela del Sha, Ashraf, presentándola como una bruja que manipula a su hermano-rey bobo.
Más allá de estas críticas, lo cierto es que aquel movimiento popular no tenía ninguna posibilidad de ganar la batalla a EEUU y al ejercito.
Desde entonces, la CIA ha mejorado sus técnicas de “Regimen change” y las puso a prueba en Guatemala (1954) con la operación encubierta PBSUCCESS; en Congo con el asesinato de Patrice Lumumba (1961); en Ghana con el golpe contra Kwame Nkrumah, etc. No hace falta recordar los casos recientes y la creación de su obra maestra: el “yihadismo global”, o falsificar documentos sobre las armas de destrucción masiva de Irak, para enviarlo a la Edad de Piedra. ¿Qué países serán sus próximas paradas?

Nazanín Armanian
Público

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