domingo, octubre 21, 2018

Coloquio de Idea: la burguesía pide borrón y cuenta nueva



El coloquio empresario de Idea, que reúne a lo más granado de la clase capitalista cada año, delibera por estos días en el hotel Sheraton de Mar del Plata con la presencia de funcionarios del gobierno y referentes de la oposición. El cierre estará a cargo de Mauricio Macri en la noche del viernes.
La consigna del coloquio –“cambio cultural: soy yo y ahora”– hace referencia a los escándalos de coimas y sobreprecios que manchan a la clase capitalista local, que dejaron en evidencia los cuadernos de Centeno. La imagen de los empresarios, según las encuestas que se difundieron en el encuentro, está por los suelos (20% de valoración positiva) y las empresas involucradas en el escándalo debieron bajar su perfil y no aparecer por Mar del Plata. “La foto actual poscuadernos muestra una crisis institucional sin precedentes entre los privados”, analiza uno de los editorialistas de La Nación (19/10). Fueron varios los empresarios que en las charlas se golpearon el pecho y ensayaron una autocrítica por las coimas y la alta dependencia de los subsidios.
Pero esta puesta en escena fue cuestionada en una de las intervenciones de mayor resonancia del encuentro. El politólogo de la Universidad de Lisboa, Andrés Malamud, que ganó repercusión en el evento por hablar sin filtro, cuestionó el lema de convocatoria como un mero slogan, similar al que usa el gobierno para diferenciarse del kirchnerismo. Con menos repercusión, el titular de la Afip, Leandro Cuccioli, puso de relieve la evasión impositiva del gran capital (recordemos los Panamá Papers) al recordar tímidamente a los presentes que “hoy es muy rentable evadir en la Argentina”.
El imperialismo procura que la causa de los cuadernos –como ocurrió con el Lava Jato– derive en un mayor copamiento económico por parte de sus compañías a expensas de la burguesía nacional. Ante esa puja de negocios, el pretendido “cambio cultural” es un planteo defensivo de la burguesía nacional. Un borrón y cuenta nueva, cristalizado en un “código de ética”.
Lucio Niro, una de las pocas voces presentes del sector de la construcción, se mostró a favor de que los empresarios procesados por la justicia deban abandonar sus empresas y entidades. Esta variante ya se encuentra bajo análisis en el gobierno como un modo de salvar a las compañías y “encapsular” la crisis, separando las responsabilidades individuales de las institucionales –como si esas empresas no se hubieran capitalizado y expandido gracias a la cartelización y los sobornos. Los empresarios involucrados no aparecieron por Mar del Plata pero sus empresas siguen al frente de muchas obras públicas y son parte de los PPP.

Reforma laboral

La crisis que detonó la corrida cambiaria es el otro eje que recorrió el coloquio. Las preocupaciones estuvieron centradas en el tipo de cambio, la inflación, el déficit fiscal y el estrés en la cadena de pagos como resultado de las altas de interés. Las altas expectativas que caracterizaron al coloquio anterior se vieron defraudadas y hoy los índices de confianza en el futuro económico que muestra el sondeo que se hace en el evento es casi tan bajo como en el 2001/2002. Por lo pronto, la incertidumbre ante el cuadro económico y político se expresa en que más del 80% de los empresarios afirma que no realizará –o incluso que reducirá–inversiones (Clarín, 19/10).
Hubo llamados a controlar los salarios, reducir el gasto público y avanzar en la flexibilización laboral. Esto fue recogido por el ministro de producción, Dante Sica, quien aseguró que el tema está en la agenda del gobierno para el año próximo y espera la colaboración de otras fuerzas políticas. Y, mientras tanto, trazó como ruta de acción los “acuerdos sectoriales”. Recordemos que en estos años se ha visto un avasallamiento de los convenios colectivos en Atilra y en Vaca Muerta, por citar dos ejemplos.
El ataque a las condiciones de trabajo y los salarios es una de las llaves del acuerdo con el FMI. Detrás de la hojarasca, el coloquio de Idea se muestra como un nido de conspiraciones contra las masas trabajadoras.

Gustavo Montenegro

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