Hace tiempo llegó a mis manos un excelente libro de un autor que, para ser honesto, no conocía ni había escuchado hablar de él. El autor, Fernando Casado, es un analista español experto en medios de comunicación. El libro, que llamó mi atención entre tantos otros que había para escoger, elevó en mí una curiosidad extraña debido al título: Antiperiodistas: confesiones de las agresiones mediáticas contra Venezuela.
El autor hace un excelente análisis sobre el papel que han jugado los medios de comunicación en varios países del mundo y Latinoamérica; esto es, las formas en cómo los periodistas de distintos periódicos tergiversan la información en relación a los sucesos que tienen lugar en Venezuela. El autor del libro busca en todo momento mantener una postura imparcial en torno al tema, sin embargo, esto no es un óbice para demostrar con hechos y citas textuales cómo los periodistas y los medios desinforman una y otra vez. Asimismo, lo que busca el autor es señalar cuál es la postura que mantienen algunos periódicos importantes del continente, así como identificar quiénes son los actores que financian a los medios poderosos dueños de la verdad.
Si bien el texto lo leí hace tiempo, actualmente parece necesario acudir nuevamente a las reflexiones del autor, dado que hoy en día el tema Venezuela despierta gran interés en analistas, politólogos, comentócratas y en la población en general, sobre todo por los acontecimientos recientes que han ocurrido en relación a la intervención Estadounidense que busca imponer a Juan Guaidó como presidente de la República Bolivariana de Venezuela. Aunque el tema central de este articulo no es explicar qué ha sucedido en torno a este acontecimiento, sí deseo mencionar una preocupación que me aqueja con respecto al papel que deben tener los medios de comunicación en un momento de tensión y desinformación que vivimos actualmente.
A todos los interesados en el tema Venezuela, y que día con día nos preocupamos por buscar la información actual de lo que sucede, quisiera invitarlos a que comparen información entre un medio y otro. Así, como un primer ejercicio los invito a que lean el libro que mencioné al principio, ya que es un excelente texto que incita al lector a cuestionarse por qué algunos medios de comunicación y periodistas insisten tanto en poner en la mira las problemáticas de Venezuela, como si este país fuera el único que tiene problemas en todo el mundo. Una vez realizado este ejercicio, es importante que los interesados en el tema reconozcan cuáles opinólogos son los que mienten y desinforman en razón de atacar, sólo porque sí, el gobierno de Nicolás Maduro. Con esto quiero decir que es fácil identificar a aquellos analistas cuya posición ideológica no es compatible con el gobierno venezolano y que por esta razón buscarán reiteradamente hablar sobre Venezuela para referirse a aquello que no debe hacer un gobierno llamado de Izquierda y, de esta manera, golpear tramposamente a quienes defiendan la no injerencia y no intervención, además de colocarse la bandera de supuestos defensores de la democracia, la libertad y los derechos humanos.
Como un segundo punto, es de gran importancia que los medios de comunicación permitan el espacio a distintos puntos de vista, de manera que las contraposiciones ideológicas sirvan para alimentar el debate y que el espectador o lector tenga la oportunidad de formarse su propio juicio y punto de vista. En este sentido, una tarea importante de los grandes medios de comunicación sería tratar de posicionarse de manera imparcial y que sus principales figuras televisas no emitan algún punto de vista a favor o en contra del tema. Así, me parece deleznable que el periodista Leo Zuckermann, en el espacio Es la hora de opinar, decida en cada mesa de “debate” interrumpir reiteradamente a sus invitados con el fin de parecer protagonista y que sus opiniones se impongan a los demás. Si se supone que en la mesa de debate arman un escenario para dar la impresión de imparcialidad invitando a personajes proclives a la ideología de izquierda y personajes afines a la ideología de derecha, no encuentro la necesidad de que el mediador interrumpa una y otra vez.
Como este ejemplo existen muchos otros en donde los espacios televisivos más importantes y de mayor impacto buscan imponer una opinión única en la sociedad en relación a un tema, dado que no existe la posibilidad de encontrar opiniones que se confronten a las voces que por durante muchos años han dominado estos espacios de información. Afortunadamente en las redes sociales, tales como Facebook y Twitter, es más sencillo encontrar voces que hacen la diferencia y que sirven como oposición a lo imperante. Además, espacios como RompevientoTV, VillamilInforma, Animalpolítico, Sinembargo, entre otros medios digitales, han hecho una tarea muy importante en la labor de informar y brindar lugar a análisis y reflexiones que, por lo menos, permiten leer los acontecimientos y fenómenos socio-políticos desde una óptica distinta a la que dominó durante varios años.
Finalmente, considero que una última tarea para todos los lectores y espectadores que día con día se informan por uno u otro medio, es comenzar a ubicar las líneas editoriales que manejan cada espacio informativo, así como identificar los invitados que tienen, quiénes escriben, con qué frecuencia lo hacen, su trayectoria académica y/o política, entre otros elementos que permitan conocer cómo operan tal o cual medio, periodista, analista o cualquier persona que se haga llamar líder de opinión. Lo cierto es que ningún medio o analista es objetivo en tanto que la objetividad se pierde en la subjetividad que mantiene cada lector o espectador cuando lee una columna u observa algún problema. Es por esta razón que la tarea de todos nosotros para con la información, se vuelve un quehacer necesario de nutrir día con día.
Miguel Ángel Maciel Domingo
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