La empresa de Jeff Bezos aloja datos ultra secretos de la CIA e impulsa el sistema de manejo de casos del Servicio de Migración de EEUU. Ahora se está preparando para hacerse cargo de un proyecto del Pentágono de 8.700 millones de euros. El dueño de Amazon, que también controla The Washington Post, tira patriotismo: "Este es un país maravilloso y necesita que lo defendamos".
Comenzó vendiendo libros. Luego se sumaron los aparatos eléctricos, alimentos y asistentes virtuales con voz de mujer. Pero la próxima expansión de Amazon cogerá a los consumidores por sorpresa. Amazon aspira a convertirse en un gigante del sector militar.
En un futuro no tan lejano, los soldados estadounidenses podrían utilizar los sistemas controlados por Amazon para intercambiar datos de inteligencia, enviar pedidos y pedir ayuda. Los softwares de Amazon podrían utilizarse para registrar material obtenido por drones y localizar a hombres o mujeres buscados. Los intendentes del Departamento de Defensa podrían utilizar la tecnología de Amazon para distribuir municiones y provisiones.
Para Jeff Bezos, no se trata de si a los clientes les molestarán las ambiciones militares de la empresa, o si grupos de defensa de las libertades civiles protestarán. Para el fundador de Amazon, es una cuestión de patriotismo.
"Este es un país maravilloso y necesita que lo defendamos", dijo Bezos en octubre en una cumbre organizada por la revista WIRED. "Si las grandes empresas tecnológicas le damos la espalda al Departamento de Defensa, el país estará en problemas".
Ahora, Amazon es el principal aspirante a un contrato de 10 años para llevar adelante un proyecto de 8.700 millones de euros para acelerar el paso del Pentágono a la computación en la nube. El Pentágono afirmó que el objetivo de la Iniciativa Conjunta de Infraestructura de Defensa –conocida por sus siglas en inglés, que remiten a la Guerra de las Galaxias, "Jedi"– es incrementar la "capacidad letal" de Estados Unidos reemplazando sus anticuados y fragmentados sistemas informáticos.
La mayoría de los analistas consideran a Amazon el aspirante más potente para el contrato Jedi, que se espera que se firme a principios de 2019, en parte porque la división de Servicios Web de Amazon (AWS) ya domina el mundo de la computación en la nube en Estados Unidos. Una estimación de 2017 concluyó que la división de AWS controlaba más de la mitad de todo el mercado de computación en la nube del mundo. AWS aloja datos ultra secretos de la CIA, ofrece apoyo a agencias gubernamentales, desde el Departamento de Justicia hasta la Nasa, impulsa el sistema de manejo de casos de los servicios de Migración nacionales y guarda cientos de millones de documentos de identidad.
Se espera que el Jedi lleve tecnología moderna a un sistema destartalado. Una auditoría realizada en noviembre concluyó que "fallos sistémicos" en las redes del Departamento de Defensa facilitan los hackeos y que los sistemas administrativos del departamento estaban tan desorganizados que no podían ni siquiera ser auditados. Jedi es el primer paso hacia un sistema que se encargará de tareas tan diversas como las comunicaciones en el frente de batalla, el manejo de historiales médicos y la planificación del calendario de defensa.
El sistema acabado moverá petabytes de datos entre todos los continentes, excepto la Antártica. Los miembros del sistema de "ventaja táctica" estarán equipados con robustos aparatos que les permitirán entrar a la nube. Se implementarán centros modulares de datos para conectarse con las bases. El Pentágono espera que estos puedan operar en el espacio exterior.
Si Amazon obtiene el contrato Jedi y otro contrato para abrir un portal de comercio electrónico para el gobierno, la empresa pasará "de ser un pequeño jugador a convertirse en uno de los 10 contratistas más importantes del gobierno nacional, con potencial para ser uno de los mayores en un plazo relativamente corto", aseguró Steven Schooner, profesor de derecho de adquisiciones del gobierno en la Universidad George Washington.
Amazon no tiene reparos por irrumpir de esta manera en el sector público. "Estamos convencidos de que las comunidades de defensa, inteligencia y seguridad nacional se merecen acceso a la mejor tecnología del mundo y estamos comprometidos a apoyar la importante misión de proteger a nuestros ciudadanos y a nuestro país", dijo un portavoz de Amazon, respondiendo a un pedido de comentario de the Guardian.
La idea de que Amazon debe defender a Estados Unidos puede verse como una extensión lógica de la misión que Bezos dejó en claro en una carta de 1997 a sus accionistas. Amazon tiene como objetivo reinventar sistemas disfuncionales que no están ofreciendo un buen servicio, desde la distribución de libros hasta la entrega a domicilio o las redes informáticas.
"Seguiremos enfocándonos incansablemente en nuestros clientes", escribió Bezos. "Tomaremos decisiones de inversiones audaces cuando veamos la probabilidad suficiente de ganar ventajas de liderazgo de mercado".
Bezos no es el primero de su familia en participar del sector de defensa. Una gran influencia en su niñez fue su abuelo Lawrence Preston Gise, a menudo descrito en los artículos de la prensa como Bezos lo conoció: un granjero ganadero semi-jubilado que le enseñó a su nieto cómo castrar toros. Pero Gise también se ganó la vida como investigador y gerente de defensa durante los primeros años de la Guerra Fría y terminó a cargo de la oficina de la Comisión de Energía Atómica en Nuevo México, que llevó adelante los programas nucleares militares y civiles de Estados Unidos hasta los años 70.
Las grandes empresas tecnológicas y la industria militar han estado conectadas desde la Segunda Guerra Mundial, cuando el departamento de defensa financió el desarrollo del primer ordenador completamente digital, señaló Margaret O’Mara, profesora de Historia de la Universidad de Washington. Esa conexión se profundizó a medida que la inversión militar ayudó a desarrollar software, redes, aprendizaje automático e inteligencia artificial. "Todo tiene ADN militar", afirmó O’Mara.
AWS se presentó por primera vez en los círculos de la seguridad nacional en 2013, cuando lanzó una red en la nube de 522 millones de euros para la CIA y otras agencias de inteligencia estadounidenses.
John Wood, director ejecutivo de Telos, una empresa de seguridad informática con base en Virginia, relacionó el contrato con el "disparo que se oyó en todo el mundo".
"La CIA, que podría decirse que es la organización más preocupada por la seguridad en todo el mundo, decidió que van a trasladar todo a la nube", dijo Wood. "Eso hizo que todo el resto del mundo prestara atención y se preguntara ‘si ellos lo consideran seguro, ¿por qué nosotros no?’"
Docenas de agencias, desde el FBI hasta la Oficina de Protección Financiera del Consumidor y la Agencia de Proyectos de Investigación Avanzada de Defensa, ahora utilizan los AWS.
Mal uso de la tecnología
Los críticos temen que las grandes empresas tecnológicas que se meten en cuestiones de seguridad nacional estén conformando un "complejo nube-industrial" y que estas tecnologías sean mal utilizadas por las fuerzas armadas o la policía. Un ejemplo de esto ha sido el software de reconocimiento facial con inteligencia artificial.
El intento de Amazon de venderle su software de reconocimiento facial, Rekognition, al Servicio de Migración y Aduanas de Estados Unidos (Ice) generó protestas de la Unión Americana de Libertades Civiles (ACLU, por sus siglas en inglés), un pequeño grupo de accionistas y un centenar de empleados. Bezos no se dio por vencido. Los equipos de ventas de AWS también han intentado vender Rekognition en eventos de la industria de defensa.
Amazon se negó a aclarar qué agencias utilizan Rekognition, si es que alguna lo hace. De todas formas, lo que queda claro para los analistas es el deseo de AWS de hacer negocios en el área de defensa y los cuerpos de seguridad.
"Es común que intenten vender estas tecnologías en las ferias comerciales", afirmó Shankar Narayan, de la oficina de la ACLU en Washington, que en enero pasado presentó una demanda contra Amazon, Google y Microsoft para que dejen de venderle software de reconocimiento facial con inteligencia artificial al gobierno de Estados Unidos. "Le dieron una prueba del software al Ice y el FBI también lo está probando".
Amazon asegura que Rekognition puede detectar rifles Kalashnikovs y rostros de una lista de vigilancia seleccionada por el usuario, casi en tiempo real. El software de reconocimientos de imágenes acelera muchísimo la revisión de material de vídeovigilancia. Durante una conferencia organizada por Amazon en 2018, Christine Halvorsen, subdirectora del área de contraterrorismo del FBI, afirmó que los analistas que revisaron los vídeos de la masacre de Las Vegas de 2017 habrían hecho el trabajo en un día si hubieran tenido el software Rekognition. Pero les llevó semanas rastrear los movimientos del tirador.
Microsoft y Google han reconocido, a diferente nivel, las preocupaciones que esta nueva tecnología despierta en relación con las libertades civiles y los derechos humanos. Sin embargo, Amazon se ha negado a abordar la dimensión moral de su trabajo en el área de seguridad nacional.
"Amazon se ha diferenciado por ser una empresa que no reconoce tener ninguna responsabilidad y que realmente se ha esforzado por venderle estas tecnologías al gobierno, las fuerzas armadas y los cuerpos de seguridad", dijo Narayan.
La empresa "mayormente se ha limitado a la postura que articuló su fundador, que es que la sociedad supuestamente tiene una ‘respuesta defensiva’ hacia las nuevas tecnologías como estas y que las cosas se van a ir arreglando solas", remarcó Narayan. "Esa postura se apoya en gran parte en los privilegios que disfrutan y no tiene en cuenta el impacto inmediato que estas tecnologías tienen en las vidas de las personas".
Amazon se negó a comentar las declaraciones de la ACLU.
La mayoría de los analistas consideran a Amazon como el aspirante con más posibilidades de ganar el contrato Jedi. La competencia ha sido fuerte. Los rivales de Amazon –Oracle, IBM y Microsoft– se han quejado, hasta ahora sin éxito, de que los requisitos del contrato favorecen injustamente a Amazon.
Oracle, un gigante tecnológico de California, presentó en diciembre una demanda contra el gobierno estadounidense. Los abogados de Oracle han sugerido que autoridades del departamento de Defensa vinculados al AWS modificaron el contrato para favorecer a Amazon. Llamativamente, el director general del AWS, Deap Ubhi, fue durante un año director de productos del Servicio Digital de Defensa, la división tecnológica del Pentágono. En este momento, el Pentágono está revisando la forma en que Ubhi desarrolló el contrato Jedi.
El impacto del contrato Jedi traerá cola. Neil Gordon del Proyecto de Supervisión del Gobierno, un grupo de vigilancia que analiza los contratos que redacta el gobierno estadounidense, dijo que el Jedi podría darle al ganador del contrato una ventaja a largo plazo en lo que concierne a la relación del gobierno estadounidense con la computación en la nube: "Un monopolio sobre esta área que podría durar muchos años".
Levi Pulkkinen
eldiario.es
Traducido por Lucía Balducci
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