sábado, febrero 09, 2019

Trump vuelve a la carga contra el derecho al aborto



En su discurso anual a la Unión, Trump volvió a la carga contra el derecho al aborto y atacó una norma recientemente aprobada por el Senado del estado de Nueva York que lo ratifica. Su discurso tuvo un tono religioso: "todos los niños, nacidos y no nacidos, están hechos a la santa imagen de Dios", dijo el responsable de la separación de los niños migrantes de sus padres en la frontera. Unas semanas antes, Trump había enviado un ferviente apoyo a la marcha anual de los grupos “pro-vida” y su vicepresidente Mike Pence se había subido al palco de esa movilización para asegurar que “esta generación” pondrá fin a la legalización del aborto (vigente en el país desde el fallo Roe vs. Wade de la Suprema Corte en 1973).
Desde el primer día de su mandato, Trump lleva adelante una agenda retrógrada contra los derechos de las mujeres. Esto podría profundizarse debido a su política de colonización de la Corte Suprema con jueces ultraconservadores, que podría allanar un fuerte retroceso en los derechos conquistados por las mujeres norteamericanas.
El fallo Roe vs. Wade fue y es sistemáticamente vulnerado en los Estados más conservadores por contra-fallos que basan sus fundamentos en un supuesto dolor fetal, o leyes que buscan reducir las fechas sobre la viabilidad del feto. Por caso, Iowa acaba de aprobar una ley para prohibir la mayoría de los abortos después de las seis semanas. Mississippi aceptó hace poco la prohibición de abortos después de las quince semanas. Estos recursos legales son acompañados por una drástica reducción de presupuesto hacia la salud “pública” en general y en particular a las clínicas que practican abortos. Trump ya presentó una propuesta para reformar el Title X, el único programa federal que financia la salud sexual de las mujeres y hombres con pocos recursos y sin seguro médico. Esta norma prevé retirar las subvenciones a las clínicas que practiquen abortos o lo recomienden a sus usuarias, lo que provocará que organizaciones como Planned Parenthood dejen de recibir fondos federales del programa Title X.
En medio de este cuadro de ataques, Trump no se privó de hacer una referencia demagógica en su discurso al mayor número de mujeres congresistas y al mayor porcentaje de mujeres en puestos de trabajo, lo que motivó el aplauso de las diputadas demócratas. El Partido Demócrata, sin embargo, lleva adelante una política de contención y cooptación del movimiento de mujeres norteamericano que ha debilitado su fuerza en las calles con respecto a su primera convocatoria de cientos de miles en oportunidad de la coronación de Trump. Lo que han hecho los demócratas es tratar de convertirlo en una rueda auxiliar de sus campañas electorales.
En el marco del 46º aniversario del histórico fallo del Tribunal Supremo Roe vs. Wade que legalizó el aborto en Estados Unidos, la mayoría demócrata en las cámaras legislativas del estado de Nueva York aprobó, tomando nota del estado de ánimo de su base electoral, un paquete de tres medidas que pretenden garantizar el derecho al aborto frente a la avanzada del gobierno de Trump contra este.
Entre las medidas de este paquete se incluye el Acta de Salud Reproductiva, destinado a proteger la despenalización del aborto en el Estado, el Acta Integral de Cobertura Contraceptiva, que enmienda una legislación de 1970, y plantea que será legal el aborto en las 24 primeras semanas del embarazo o más adelante en la gestación si se determina que la madre está en riesgo poniendo el eje en una cuestión de salud pública. Y el proyecto de Ley "del Jefe", que pretende eliminar la discriminación a empleados basada en la salud reproductiva.
Para derrotar la agenda oscurantista del gobierno norteamericano, es necesario que el movimiento de mujeres vuelva a las calles y que asocie su lucha a la batalla más general contra la agenda imperialista, racista y antiobrera de Trump.

María Chuli

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