La flotilla ha sido objeto de ataques de drones ´no identificados´, presumiblemente lanzados por Israel, provocando daños en varias embarcaciones sin que se registraran hasta ahora víctimas fatales. El gobierno de Netanyahu nunca asumió la responsabilidad de los atentados. Dos fueron ejecutados cuando los barcos se encontraban fondeados en el puerto tunecino de Sidi Bou Said y, el más reciente, ocurrió frente a las costas de la isla griega de Creta. Los ministros israelíes han calificado reiteradamente a los miembros de la flotilla como terroristas. En el vocabulario de la ultraderecha sionista que gobierna Israel, esto es sinónimo de carta blanca para el asesinato, al que han recurrido sistemáticamente sin importar fronteras ni jurisdicciones.
En este escenario, los gobiernos de Pedro Sánchez y Giorgia Meloni despacharon las mencionadas embarcaciones para ´asistir´ a la flotilla, no en carácter de custodia. A pesar de que se trata de buques de guerra y bien pertrechados, destacaron que no tienen ninguna intención de entrar en combate y que acompañarán a la flotilla solamente mientras navegue aguas internacionales. Ninguno de los dos gobiernos ha roto vínculos políticos y diplomáticos con Israel. Por el contrario, han colaborado -y continúan colaborando- con el flujo de armamento hacia el enclave sionista a través de los puertos de sus respectivos países.
En el caso de Sánchez, que viene protagonizando una intensa escalada verbal con las autoridades de Israel, la duplicidad es manifiesta: declaró abiertamente su interés por “preservar las relaciones diplomáticas" con el gobierno régimen genocida de Netanyahu. El Consejo de Ministros del gobierno español dispuso un embargo de armas a Israel que, sin embargo, exceptúa las "transferencias de material de defensa". Un salvoconducto para sostener el flujo de armas hacia los masacradores, a pesar de sus declaraciones contra el genocidio. En todo caso, cabe señalar, las fuerzas armadas israelíes se llaman a sí mismas “Fuerzas de Defensa de Israel” (FDI).
En el caso de Meloni, una defensora cabal del Estado de Israel, también ha tomado distancia de los ´excesos´ de la ofensiva israelí sobre Gaza y Cisjordania. Su gobierno propuso a la flotilla dejar su carga humanitaria en Chipre, a los cual los voluntarios se negaron. “La Flotilla parecía haber sido ante todo puesta en marcha para crear problemas al gobierno”, se quejaron los funcionarios de Meloni (Clarín, 25/9).
El ´giro´ del imperialismo europeo -plasmado en la declaración a favor del ‘reconocimiento’ de un “Estado palestino” que implique el desarme de Hamas, la entrega de los rehenes y el traspaso de la administración de Gaza a la Autoridad Palestina -es decir de la facción colaboracionista con Israel- cuando las movilizaciones de masas contra el genocidio han cobrado una envergadura insoslayable. En las últimas semanas, en la península ibérica, se produjo un exitoso boicot a la Vuelta a España -uno de los torneos de ciclismo más importantes de Europa- a manos del activismo propalestino. En el caso de Italia, donde los trabajadores portuarios declararon su negativa a permitir que continúen saliendo barcos con armas hacia Israel, una huelga acotada convocada por la burocracia sindical se convirtió en una vigorosa movilización, con piquetes y marchas masivas en todo el país.
Solamente la lucha internacional de los trabajadores detendrá el exterminio del pueblo palestino a manos de los genocidas sionistas y sus cómplices norteamericanos y europeos.
25/09/2025
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