Massot hizo una enfática defensa de la propuesta presentada por Francia y Arabia. Esta promueve la formación de “dos Estados” -uno palestino, otro israelí-, bajo la condición, sin embargo, de que Hamas libere a los rehenes, se desarme y entregue el gobierno de Gaza a la Autoridad Palestina. La votación, no vinculante, no pretende ponerle fin al genocidio del pueblo palestino, sino presentar una ´salida al conflicto´, luego del hipotético final de la guerra. La moción reunió el apoyo del imperialismo europeo, incluyendo al Reino Unido, Alemania y Holanda, entre otros gobiernos que siguen proveyendo de armas y apoyo internacional a los masacradores. Estados Unidos y Argentina, en cambio, votaron en contra.
En su discurso, Massot -al mismo tiempo que reivindicó cabalmente al Estado de Israel y calificó a la resolución de la ONU de “equilibrada” porque “condena a Hamas como organización”- calificó a Benjamin Netanyahu de “genocida” y lo comparó con Goebbels, el ministro de propaganda del nazismo. En la misma sesión lo cruzó su excompañera del PRO, Sabrina Achemelet, una sionista recalcitrante. Luego la DAIA lo acusó de “banalizar el Holocausto” y ejercer “violencia simbólica” contra el pueblo judío. Sus expresiones, afirman los dirigentes de la DAIA en un comunicado, “contradicen la definición de antisemitismo establecida por la Alianza Internacional para la Memoria del Holocausto (IHRA), adoptada oficialmente por la República Argentina y por ambas Cámaras del Congreso Nacional en el año 2020”, con el voto unánime, cabe agregar, de ´republicanos´ y peronistas. Bajo esa ´definición jurídica no vinculante´ -fraguada por Trump y Netanyahu- son perseguidos judicialmente en Argentina quienes denuncian el genocidio. No es el caso, por ahora, de Massot.
Dicho esto, entre los apoyos que recogió Massot, el más destacado probablemente haya sido el que le brindó Cristina Fernández desde su prisión domiciliaria, a través de las redes sociales. Lo calificó de “extraordinario”. “Honra la tradición diplomática de la Argentina”, escribió en X la expresidenta.
“La Doctora” no es lerda ni perezosa. Se encuentra en vísperas de ser llevada a juicio oral por la firma del “memorándum con Irán”. No ha perdido la oportunidad de declararse cobijada bajo el paraguas de la ´comunidad internacional´, en este caso, alineada detrás del imperialismo europeo, para diferenciarse del eje Trump-Milei. El kirchnerismo, en realidad, ha guardado riguroso silencio desde que comenzó la masacre y se ´borró´ de las movilizaciones en apoyo a Palestina, de las cuales solía participar, aunque con una presencia módica. De hecho, en todo lo fundamental, los gobiernos K entregaron la “causa AMIA” a las manipulaciones internacionales del imperialismo norteamericano y del sionismo, a través de “Jaime” Stiuso y el fallecido fiscal Alberto Nisman. El malhadado “memorándum” -aprobado por el Congreso argentino, no así por su homólogo iraní- fue una tentativa de hacer avanzar la indagatoria contra los funcionarios de Irán acusados con pruebas ´secretas´ provistas por la CIA y el Mossad, al amparo de los acuerdos que había promovido Barack Obama en 2014 para monitorear el desarrollo nuclear persa.
En la misma jugada, además, Fernández ´arrima el bochín´ a la coalición encabezada por Miguel Ángel Pichetto, que fue el jefe del bloque de senadores peronistas durante los gobiernos K. Converge perfectamente con las jugadas de su competidor interno Axel Kicillof y sus aproximaciones al grupo de Provincias Unidas. Estos bloques políticos operan en función del relevo del desahuciado experimento Milei, con vistas a 2027, para rescatar su programa de ´equilibrio fiscal´ y ´reformas estructurales´.
Jacyn
24/09/2025
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