viernes, enero 25, 2019

La crisis política sigue escalando en Venezuela mientras crece la injerencia imperialista



Dieciséis países de la OEA reconocieron al autoproclamado presidente interino Juan Guaidó y Estados Unidos amenazó al gobierno de Nicolás Maduro. Habrá nuevas movilizaciones llamadas por la derecha durante el fin de semana.

La crisis política en Venezuela no encuentra techo. Nicolás Maduro había recibido un fuerte espaldarazo del presidente ruso Vladimir Putin que declaró su total apoyo al gobierno chavista y denunció el "baño de sangre" al que podría llevar la injerencia de EEUU en la política interna del país caribeño. A nivel interno, los generales de las distintas regiones de la Fuerza Armada Nacional Bolivariana reafirmaron unánimemente su apoyo al gobierno de Maduro, factor fundamental y casi excluyente para sostenerse en el poder en estos días, y denunciaron que hubo un intento de golpe de estado encabezado por el autoproclamado presidente interino Juan Guaidó.
Pero al mismo tiempo sigue creciendo con fuerza la presión externa, proveniente de la Casa Blanca y de los gobiernos derechistas y ultraderechistas de la región. En horas de la tarde la Organización de Estados Americanos, una “institución internacional” de carácter abiertamente pro yanqui, realizó su esperada asamblea en Washington. Por si quedara alguna duda de a quién responde la organización, que históricamente sirvió para convalidar los planes de Estados Unidos en el continente desde el combate a la Revolución cubana hasta las distintas intervenciones militares imperialistas en países soberanos, el Secretario de Estado de Donald Trump, Mike Pompeo, se hizo presente sorpresivamente y dirigió un discurso al pleno de la reunión asegurando que su gobierno ya había optado por Guaidó y que "el momento ha llegado para que la OEA, como institución se alinee con la democracia y con el imperio de la ley y reconozca a su nuevo presidente (de Venezuela). La hora del debate ya pasó".
Por si fuera poco, Pompeo agregó: “reitero nuestras amenazas sobre cualquier decisión de los elementos remanentes del régimen de Maduro sobre el uso de la violencia para reprimir una transición política”. “Transición” que no es otra cosa que la imposición de un gobierno títere de sus intereses, para lo cual están impulsando desde hace días una política golpista y hasta vienen barajado una eventual intervención militar.
El presidente de la OEA, el cipayo del imperialismo Luis Almagro, no pudo imponer en la reunión una declaración de la organización reconociendo al diputado derechista Juan Guaidó como presidente, pero la mayoría de los países miembros se pronunciaron en tal sentido reforzando la presión política contra Maduro.
Así, en una vergonzosa declaración propuesta por el gobierno argentino y avalada por otros 15 países incluyendo a Estados Unidos y Brasil, señalaron el “pleno respaldo al presidente de la Asamblea Nacional Juan Guaidó, quien ha asumido como Presidente encargado de la República Bolivariana de Venezuela, en atención a las normas constitucionales y ante la ilegitimidad del régimen de Nicolás Maduro”.
Bolivia, Nicaragua y otros 3 países votaron en contra por lo que Almagro y Pompeo no pudieron conseguir la mayoría necesaria para aprobar la declaración como organización.
La representante de venezolana ante la OEA, Asbina Ixchel Marin, rechazó la sesión y la calificó de “atropello a la Carta de la OEA”, anunciado además que su gobierno no reconocería validez alguna de sus resoluciones. Marin también denunció que “el gobierno de Estados Unidos nombra desde el exterior a un gobierno títere, amenaza con violencia al pueblo venezolano e intenta despojarnos de nuestro sagrado territorio. Nunca en la historia se había atrevido a tanto. Es un gobierno mafioso que trata a nuestro estado como un esclavo”.
Por su parte, México y Uruguay no apoyaron la declaración contra Maduro y anunciaron que están dispuestos a propiciar un canal de diálogo para llegar a una “solución pacífica y democrática” a la crisis y no “caer en un espiral de violencia”. Poco después, Maduro declaró que está “a favor” de ese camino que en verdad tiene muy pocas chances de progresar.
En otro mensaje casi guerrerista, la Casa Blanca también anunció hoy que estaba dispuesta a garantizar una “solución de salida” de Maduro de Venezuela si éste accedía a ceder el poder a Guaidó.
Todos estos hechos marcaron un nuevo día agitado en torno a la crítica situación que vive Venezuela y que por el momento no parecen dejar de agravarse con una creciente injerencia imperialista que incluso amenaza tornarse violenta, y el gobierno de Maduro que por ahora resiste la presión apoyado casi exclusivamente por las fuerzas armadas. Como se vio en las marchas y actos del miércoles 23 los sectores de la población que lo apoyan son cada vez más reducidos en tanto el gobierno mantiene una política criminal de descargar la descomunal crisis económica sobre las espaldas de los trabajadores y el pueblo pobre, a la vez que viene fortaleciendo el autoritarismo del régimen y la represión.
Al cierre del día, la cadena Univisión le hizo una entrevista exclusiva a Juan Guaidó realizada por su figura estelar Patricia Janiot en la que el autoproclamado presidente interino anunció que convocará a nuevas acciones de protesta callejera este sábado y domingo, días clave ya que se cumple el plazo dado por Maduro a los funcionarios de la embajada yanqui para salir del país. El gobierno de Trump ya dijo que no retirará a su personal porque no reconoce autoridad a Maduro para expulsarlos, con lo cual se abriría la posibilidad de que algunos sean detenidos dando un nuevo salto en la escalada con Estados Unidos. De momento, parece claro que esas son las intenciones de la Casa Blanca para encontrar excusas que pudieran avalar una eventual intervención de consecuencias impredecibles y que debería ser inmediata y decididamente rechazada por todos los pueblos latinoamericanos con la huelga y la movilización.
Este jueves el gobierno de Trump también pidió una reunión de urgencia del Consejo de Seguridad de la ONU para tratar la situación de Venezuela, lo que generaría un nuevo frente de batalla diplomática entre Estados Unidos y sus aliados contra Rusia y China que reconocen al gobierno de Maduro.

Diego Dalai

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