martes, enero 22, 2019

La insurrección de Mataderos

Se cumplen 60 años de la toma del Frigorífico “Lisandro de la Torre”

Luego de la edición de El peronismo que no fue. La (otra) otra historia (Metrópolis, 2014), continuamos con Gerardo Bavio trabajando para un segundo libro sobre la figura de John William Cooke. Allí se refiere al conflicto del Lisandro de la Torre y a Sebastián Borro, dirigente de los trabajadores.
M.H.: Gerardo habías hecho referencia al gobierno de Frondizi, apuntamos a ese período porque queríamos abarcar algunos temas que suceden durante su gobierno, entre ellos la toma del frigorífico Lisandro de la Torre. Pero hay algo previo, durante todo ese período que gobierna Frondizi, posterior a la Revolución Libertadora aparece lo que se denomina el Neoperonismo. ¿En qué consistía y quiénes eran los neoperonistas?
G.B.: La respuesta es muy diversa pero fue una de las formas que asumió después de la caída de Perón, porque los enemigos del peronismo, más que nada los enemigos del proyecto nacional y popular querían rechazar cualquier posibilidad de un Estado guía presente y de una política que favoreciera a los trabajadores, querían eliminar todas las legislaciones que eran fruto del peronismo. Fue uno de los objetivos de la mal llamada “Revolución Libertadora”, que fue una involución, una reacción conservadora, no tuvo nada de libertadora.
Hay hechos fundamentales que tuvieron lugar en la época de Frondizi, por ejemplo, la vuelta de Argentina, en diciembre de 1958, al Fondo Monetario Internacional bajo las indicaciones del neoliberalismo propio de la época. El gobierno de Frondizi había ganado las elecciones con un discurso crítico a todo eso, sin embargo, traicionó las convicciones y las promesas que había hecho durante la campaña y que formaban parte del pacto Perón-Frondizi, que firman Rogelio Frigerio, John William Cooke, Perón y Frondizi.
Ese fue un pacto que no se cumplió, Frondizi no solo traicionó a Perón sino también a la opinión que lo llevó al poder, al voto que logró captar a través de la campaña, que se había hecho contra el continuismo que representaba Ricardo Balbín y la posibilidad de una crítica a la política de la llamada Revolución Libertadora que era lo que manifestaba Frondizi en sus discursos.
Posteriormente firma pactos con el enemigo y traiciona eso. Inclusive el tema de la Iglesia católica, recordemos que la caída de Perón estuvo muy penetrada por el conflicto con la Iglesia. Frondizi aparecía como la izquierda, sin embargo, fue el primero que restituyó el emblema que era para los católicos la enseñanza religiosa, la impuso en las escuelas, defendió las Universidades privadas católicas, etc. En suma, traicionó completamente todos sus conceptos anteriores.
1959 es un año clave, porque desemboca con un conflicto gremial muy importante, justamente el 14 de enero fue el conflicto en Mataderos, por la cuestión de los ferrocarriles y del frigorífico Lisandro de la Torre.
Hubo una disposición del gobierno de Frondizi de privatizar el frigorífico, que además de ser estatal estaba penetrado por reclamos salariales que no se cumplían, el papel del sindicalismo ahí está representada por la figura de Sebastián Borro, uno de los organizadores de la lucha, y también está presente la figura de John William Cooke.
M.H.: Sebastián Borro que después va a confluir contigo en la constitución del Partido Peronista Auténtico en 1975.
G.B.: Sí, él se alía a través de la rama sindical junto con Andrés Framini, Armando Cabo y otros en la rama sindical de lo que habíamos llamado el Partido Peronista Auténtico.
M.H.: Era delegado general del frigorífico Lisandro de la Torre. Había ganado las elecciones el mes anterior.
G.B.: Sí.
M.H.: Interesante personalidad sindical, estaba leyendo sobre Sebastián Borro que nunca iba solo a ninguna reunión para negociar, siempre lo hacía con otros compañeros.
G.B.: Sí, no era muy frecuente su presencia en las reuniones, yo recuerdo muy pocas reuniones en las que hubiera estado presente, sí estaban Framini, Armando Cabo.
M.H.: Yo me refiero a las reuniones que se hacían a nivel sindical con el empresariado o con autoridades nacionales, por aquel año 1959 que vos mencionás, a todas esas reuniones le gustaba ir con dos o tres compañeros, inclusive a las reuniones con el presidente Frondizi. Muchas veces los dirigentes sindicales actuales, cuando los invita un presidente va el secretario general del sindicato solo, es muy difícil que sea acompañado por la Comisión directiva o parte de ella. Y otra característica que le cuestionaban los militares, el jefe de la policía Niceto Vega, es que en las asambleas dejaba hablar a los comunistas.
G.B.: Todos esos detalles no los conocía pero evidentemente están presentes en la lucha y las reuniones de aquella etapa.
M.H.: Inclusive un conflicto que fue muy acompañado por los habitantes de Mataderos, porque rodeando la planta que tenía 9.000 trabajadores, había entre 30 y 40.000 personas cuando se desarrolla la represión policial y del Ejército de la que participaron cuatro tanques Sherman.
G.B.: Claro, le llamaron “la insurrección de Mataderos”, todo el barrio y toda esa zona estaba sublevada contra el Ejército, porque hay que tener en cuenta que ya estaba vigente el Plan Conintes “de conmoción interna” que ordenó Frondizi durante su gobierno y que consistía en entregarle otra vez el dominio de la represión a las Fuerzas Armadas.
M.H.: Volvamos a John William Cooke, en la última oportunidad que hablamos de él, estuvimos hablando de la toma del frigorífico Lisandro de la Torre en 1959.
G.B.: Así es, en enero de 1959. Hay un crecimiento de la lucha obrera durante toda la primera etapa de lo que llamamos “La Resistencia” que empieza en el mismo 1955, pero que en aquella etapa de fines de los ´50 tiene lugar un crecimiento que se manifiesta en un hecho que fue crucial, la toma del frigorífico Lisandro de la Torre por parte de los trabajadores.
El frigorífico estaba por ser privatizado por el gobierno de Frondizi, que además recordemos que no respetó el pacto Perón-Frondizi, también es otra culminación de una etapa, la ruptura de ese pacto se enfrenta en los días de la eclosión del Lisandro de la Torre. Ahí está John William Cooke, que además de ser uno de los firmantes del pacto, fue uno de los dirigentes de la rama política más activos en la Resistencia, ahí se ve obligado a asumir no solamente una posición de liderazgo sino que además perdura en los años siguientes, en la década de los ´60.
El 19 de enero los trabajadores toman el frigorífico. Fue como si el barrio de Mataderos estuviera en manos de los trabajadores, todo el barrio se sumó. La cuestión de la privatización involucraba algo más, si se privatizaba venía una expulsión de trabajadores, iban a perder su fuente de trabajo, ese era uno de los hechos que determinó la lucha, además de una baja en el salario. Por otro lado se trataba de la privatización de un frigorífico que era del Estado con una influencia muy importante de los trabajadores.
M.H.: Investigando sobre el tema, veo que hay una fuerte acusación contra John William Cooke y sus partidarios a los que llaman “la banda trotskista” y quiero leerte lo que dice Rogelio Frigerio, la mano derecha de Arturo Frondizi: “Las provocaciones peronistas suscitaban las reacciones del gorilismo golpista que nos exigía esas medidas contra el peronismo”, se refiere a la represión brutal que se llevó adelante, “esas eran cosas de dirigentes, los obreros eran sujetos pasivos de ese manipuleo”, dice el libro que estoy leyendo de Ernesto Salas, “[…] la base de esta interpretación de los hechos la daría Frigerio años más tarde cuando recomienda el análisis de las declaraciones hechas por Cooke. […] la unidad de acción entre el militar reaccionario Toranzo Montero y los grupos nacionalistas de izquierda del peronismo. John William Cooke había declarado públicamente durante la huelga que la defensa del frigorífico nacional será la chispa que incendiará al país y barrerá al gobierno de la entrega”. Es decir, en base a esto Frigerio sostiene que la toma del frigorífico fue planificada entre Cooke y los sectores más reaccionarios del Ejército, en este caso menciona a Toranzo Montero, con el objetivo de derribar el gobierno progresista de Arturo Frondizi. ¿Qué nos podés decir al respecto?
G.B.: Es un invento, para mí es un total invento, el gobierno de Frondizi ya no representaba un gobierno progresista, ya se había sumido en la entrega total. Además mucha mayor vinculación había entre el gobierno de Frondizi y los mandos militares que con lo que podrían ser los grupos de obreros que reclamaban por sus derechos en el Lisandro de la Torre. Hay una falsedad muy grande que si la llevamos al día de hoy podemos ver que es el mismo método de distorsión de la realidad al cual recurre la derecha argentina, y de cualquier otro país para dominar la mente y engañar a las mayorías.
Los trabajadores, con Sebastián Borro, no tenían nada que ver con el Ejército sino por el contrario fueron reprimidos por los milicos, los tanques entraron adentro derribando las puertas, detuvieron y reprimieron a los trabajadores y esa es la realidad total. De un lado estaba el pueblo luchador y del otro lado la reacción que venía desde la llamada Revolución Libertadora de Aramburu y Rojas, no era nada nuevo, era repetir la misma historia, nada más que esta vez en la boca de Rogelio Frigerio.
Hay que recordar que John William Cooke fue uno de los protagonistas de la lucha en Mataderos. Cumplió un rol muy importante después de la frustración del gobierno de Frondizi, donde las posibilidades de democratización legal del país comenzaron a frustrarse, ese fue el proceso que lideró en gran medida John William Cooke, sobre todo en el conflicto del frigorífico Lisandro de la Torre en enero de 1959. Ahí también estuvo Sebastián Borro y otros dirigentes gremiales nuevos que asumían la Resistencia peronista.

Mario Hernandez y Gerardo Bavio

PROCLAMA DE LA HUELGA DEL FRIGORÍFICO LISANDRO DE LA TORRE

Los agentes del imperialismo, desde los cargos oficiales utilizan el monopolio de la propaganda para atribuir al paro general, los móviles más aviesos y las complicidades más absurdas. Basándose en la tesis reaccionaria, de que las agrupaciones gremiales sólo deben discutir temas específicos de cada gremio, dan la calificación de política a la huelga general, que se está cumpliendo con éxito total. De esta manera la oligarquía argentina se reserva el derecho a decidir cuál huelga es lícita y cuál debe ser reprimida con las fuerzas pretorianas.
Esta huelga es política, en el sentido de que obedece a móviles más amplios y trascendentes que un aumento de salarios o una fijación de jornada laboral. Aquí se lucha por el futuro de la clase trabajadora y por el futuro de la nación. Los obreros argentinos no desean ver a su patria sumida en la indignidad colonial, juguete de los designios de los imperialismos en lucha. Y si se quiere plantear el problema, en los términos materialistas que requieren los teóricos de la reacción, para no caer en la calificación de “huelga política” basta decir lo siguiente: el resultado del plan oligárquico-imperialista será un saqueo al nivel de vida de las clases humildes, y por eso éstas combaten. En un país sometido al capital foráneo, no hay posibilidades de desarrollo nacional. Tampoco puede existir una justa participación de la clase trabajadora en la conducción política, ni en el reparto del producido social. La huelga es, por lo tanto, estrictamente gremial pues se hace en defensa del salario y la dignidad de los obreros y como protesta contra la colonización. El pueblo ha respondido en su conjunto a este planteo, encabezado por las “62” organizaciones, expresando su voluntad de luchar contra la ignominiosa entrega al extranjero que se está consumando a través de su minoría sumisa.
Si los medios de lucha que ha usado no son del agrado de los personajes que detentan posiciones oficiales, les recordamos que los ciudadanos no tienen la posibilidad de expresarse democráticamente y deben alternar entre persecuciones policiales y elecciones fraudulentas. No es posible proscribir al pueblo de los asuntos nacionales y luego pretender que acepte pasivamente el atropello de sus libertades, a sus intereses materiales y a la soberanía argentina. No sé si este movimiento nacional de protesta es “subversivo”, eso es una cuestión de terminología, y en los países coloniales son las oligarquías las que manejan el diccionario. Pero sí puedo decir que el único culpable de lo que pasa, es el gobierno, heredero en esta materia de la oligarquía setembrina. Por ello el pueblo está en su derecho de apelar a todos los recursos y a toda clase de lucha para impedir que siga adelante el siniestro plan entreguista. Esa y no otra es la meta que procura el Justicialismo encabezado por su jefe, el general Perón.

John William Cooke

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