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lunes, julio 01, 2019
Impuesto al salario, un mecanismo de confiscación que defiende todo el arco patronal
El gobierno anunció que el medio aguinaldo correspondiente a julio 2019 no estará eximido para el cálculo anual del impuesto al salario. Un nuevo golpe al bolsillo de los trabajadores que debe ser entendido en el cuadro general de ajuste y de compromiso con el capital financiero internacional.
Un sector de la dirigencia sindical alineada con la fórmula Fernández-Fernández amenazó de inmediato con una movilización. Sin embargo, no cuestiona el impuesto, sino que pide una exención puntual, lo que desnuda su maniobra. La burocracia intenta mostrar frente al FMI y a la burguesía que el PJ-K es la fuerza política capaz de regimentar al movimiento obrero, y para esto debe aparecer tomando alguna iniciativa.
El anuncio oficial de que el impuesto impactará sobre los aguinaldos estuvo a cargo del Ministro Dante Sica, que sin ruborizarse señaló “el mes que viene vamos a tener el impacto de aguinaldo, así que vemos una recuperación del salario real, estimamos que este año no habrá pérdida de poder adquisitivo”. Estas declaraciones se dan en el marco de tarifazos permanentes, caída de todos los indicadores económicos y paritarias rondando el tope oficial del 28% frente a una proyección inflacionaria superior al 40%. Recordemos que los salarios arrastran un retroceso de 10% promedio de 2018.
Urgencias económicas
La verdadera razón para esta decisión del gobierno es el descenso de la recaudación fiscal. En el período interanual mayo 2018-19 la recaudación aumentó un 50,4%. Sin embargo en términos reales quedó 5 puntos abajo de la inflación. Lo que en cifras equivale a un agujero de 22.000 millones de pesos. Gran parte se entiende por la recesión económica, que a su vez se explica en gran medida por las exorbitantes tasas de interés implementadas para mantener anclado el dólar. Las medidas del gobierno actúan como un acicate de la crisis.
La promesa de campaña de Macri, eliminar el impuesto, no solo se ha demostrado falsa. La cantidad de afectados por el impuesto al salario aumentó un 66,4% tomando diciembre 2015 como referencia. Pasaron de 1.189.342 a 1.979.491 los trabajadores víctimas de esta estafa. Recientemente un informe de la UCA señala que el 49,3% de los trabajadores están en negro, fuera de convenio o con alguna variante de empleo precario. ¡La mitad de la población económicamente activa! De este sector, 1 de cada 5 son alcanzados por el impuesto y todo indica que la cifra va a seguir aumentando
Modificaciones y actualizaciones para perpetuar el impuesto
A partir de este año un trabajador soltero sin hijos que cobra $38.301 lo alcanza el impuesto. Si está casado el piso es $44.511, si además tiene dos hijos asciende a $50.668. El piso se elevó un 28% con respecto al 2018. En línea con el techo paritario. Sin embargo, volvemos a señalar, la proyección inflacionaria supera el 40%. En aquellos casos donde los acuerdos salariales superen el 28%, la carga que representa el impuesto sobre los salarios será superior a 2018 siguiendo la máxima enunciada por Kiciloff cuando ocupaba la cartera de economía, “los salarios los controlamos con los topes, a los que se escapan los agarramos con ganancias”.
Estos últimos años hubo muchas modificaciones. Todas apuntaron a perpetuar el impuesto. Algunas pretendieron darle más legitimidad, otras fueron concebidas directamente como un ataque directo al bolsillo.
En noviembre de 2018 el gobierno nacional impuso por decreto que las indemnizaciones correspondientes a sueldos mayores a $160.000 (salarios de ejecutivos) deberían comenzar a pagar ganancias. Fue el primer paso para sentar un criterio que está planteado extender a todos los trabajadores vía reforma laboral.
En 2017 se dieron de bajas una serie de deducciones que ofrecían por ejemplo algunos convenios colectivos, también deducciones relacionadas con madre, padre, nietos. Hijos, antes pasible de deducción hasta los 24 años se redujo a 18, como así también al 50% si ambos padres son afectados por el impuesto, o el 100% pero un solo progenitor. Si el empleado es beneficiario de asignación familiar ahora tampoco puede aplicar la deducción. Otra modificación digna de mención también se introdujo con respecto al poder legislativo. Los jueces que se incorporaron al poder judicial a partir del 1 de enero de 2017 pagaran ganancias. Una medida demagógica ya que solo alcanza a un número ínfimo de magistrado y a su vez ratifica que los salarios son pasibles del impuesto.
Capítulo aparte merece el tema de los jubilados. El piso actual equivale a seis jubilaciones mínimas. A principio de año el Anses elevo en 50.000 el número de jubilados alcanzados por el impuesto. El motivo, la persona percibe una jubilación y una pensión por viudez ambos montos se sumaran para establecer el piso no imponible. Con esta medida son 350.000 en total los jubilados afectados por el impuesto. Por otro lado, un reciente fallo de la Corte Suprema sentó precedente al sancionar exento de ganancias a un jubilado por ‘condiciones de extrema vulnerabilidad’. Sin embargo, el fallo no resuelve el fondo del problema, o sea, que el salario ni las jubilaciones (salario diferido) son ganancias. Solo exhorta al congreso para que sancione una nueva ley con respecto a la aplicación del impuesto sobre las jubilaciones.
Un aspecto a señalar es la forma de liquidación del impuesto. La burguesía no deja nada librado al azar. Se liquida, según establece la ley, en forma devengada. Mensualmente la patronal, agente de retención, calcula un 8,33% encima del salario del empleado correspondiente al SAC para aplicar el descuento. O sea, antes de percibir el ingreso el trabajador paga el impuesto sobre el mismo. Lo que significa que los trabajadores financiamos anticipadamente al fisco en un cuadro inflacionario. Pagamos el impuesto con el peso a un valor y cobramos el SAC con otro, devaluado.
Desde el Partido Obrero en el Frente de Izquierda, impulsamos la abolición del impuesto a la cuarta categoría, lisa y llanamente excluirlo del salario tanto diferido como directo. El kirchnerismo plantea un régimen diferencial para jubilados y pensionados. Lo que significa mantener el impuesto. Por su parte el FR plantea, en la misma línea, eximir a los mayores de 80 años gravemente enfermos. Ambas fuerzas política, hoy socias, defienden a capa y espada el pago de la deuda, como lo demuestra el hecho que durante los 12 años de gobierno K se pagó más deuda que nunca en la historia argentina. El IVA, otro impuesto contra el pueblo trabajador, y ganancias fueron pilares y garantes de esa política.
El impuesto al salario debe ser entendido y explicado al movimiento obrero y a los trabajadores en general en el marco de este contexto. No puede ser desconectado del problema de los despidos, cierres, suspensiones, inflación, tarifazos, recesión. Es tarea fundamental desenmascarar a los partidos patronales que, demagogia mediante, defienden el impuesto porque es un mecanismo de recaudación para garantizar el pago de la deuda.
El Frente de Izquierda-Unidad es la única lista que lleva en su programa la anulación definitiva del impuesto sobre los salarios incorporado a un programa integral de salida para que la crisis la paguen los capitalistas.
Abajo el impuesto al salario
Nacionalización de la banca y el comercio exterior
Abajo el régimen del FMI
No al pago de la deuda
Por un paro activo de 36 horas camino a la huelga general
Por una salida de los trabajadores
Sebastián Rodriguez
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