viernes, septiembre 09, 2022

Murió la reina Isabel


Tras 70 años de reinado, deja una corona surcada por la crisis británica. Tenía 96 años. 

A los 96 años falleció la reina Isabel II del Reino Unido, completando el reinado más largo de la historia, tras 70 años con la corona. Su muerte se da en una Gran Bretaña convulsionada por una fuerte crisis política y una formidable ola de huelgas. 
 Su continuidad en el trono fue destacada por el gobierno británico como un estandarte de estabilidad política, pero en realidad recorrió la debacle del imperialismo inglés como potencia dominante del mercado mundial capitalista. Con todo, para los pueblos del mundo es un símbolo de la opresión colonial y el saqueo, y en Argentina está asociada en el ideario popular a la Guerra de Malvinas. Por eso es otro acto de cipayismo del gobierno peronista haber expresado a través de la Cancillería su “profundo pesar”. 
 La realeza viene además de una crisis abierta, en torno a la renuncia a sus funciones en la familia real del príncipe Harry y su esposa Meghan Mercle, en medio de feroces disputas de poder. Sugestivamente, la prensa británica bautizó aquel affaire con el nombre de “Megxit”, un juego de palabras que a su vez lo asociaba con el Brexit, la salida del Reino Unido de la Unión Europea. 
 Es una analogía interesante. El Brexit fue una expresión mayúscula de las tendencias centrífugas de la UE, pero también potenció las tendencias disolventes dentro del propio Reino Unido, con la reactivación del conflicto en Irlanda y la intención del gobierno de Escocia de convocar un nuevo referéndum por la independencia. Este es el reino que deja Isabel a su sucesor, Carlos III. 
 Gran Bretaña aún está en una transición políticas desde la caída de Boris Johnson, un desenlace inseparable de la crisis económica y una inflación insoportable, y claro de su política de ajuste. De hecho se suceden fuertes procesos huelguísticos, que tuvieron a los ferroviarios protagonizando una lucha histórica, y la paralización de la actividad volvió a agitar el fantasma de una huelga general después de décadas. El panorama tampoco es prometedor, cuando el Banco de Inglaterra pronostica que la economía del Reino Unido entrará en recesión. 
 La salida anticipada de Johnson fue además un golpe al bloque de los mayores promotores de la guerra imperialista en Ucrania y otras latitudes. Expresa los límites de una tentativa derechista y seudonacionalista con la que los conservadores buscaban conjurar la debacle del Reino Unido, que sigue su curso. 
 Para el pueblo británico, independientemente de la simpatía o aversión individual de cada quien a la figura de la reina Isabel II y de su sucesor Carlos III, es un peso gravoso. A esta monarca cuya riqueza se aproximaba a los 500 millones de dólares y a esta corona con un gigantesco patrimonio terrateniente, los británicos deben financiarla pagando compulsivamente a un Fondo Soberano que recauda decenas de millones de libras al año.

 Iván Hirsch

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