martes, abril 28, 2009

Entrevista a Michael Hudson: "Tendremos una recesión de al menos cuatro años"


"Bush y Cheney son criminales, gángsteres, pero los tratan con respeto porque son ricos. Y dos millones de familias perderán su casa porque no pudieron pagar, porque los préstamos que les concedieron se los habían dado unos estafadores."
Michael Hudson (Chicago, EEUU, 1939) tiene una mala noticia para quienes creen que la crisis acabará a finales de año o a principios del próximo. A juicio de este analista de Wall Street, durará cuatro o cinco años más por lo menos y sólo se resolverá cuando se advierta que la deuda de familias, empresas y estados es excesiva y se deje de pagar una parte. Sin embargo, no ve un ambiente propicio para ello. Más que una crisis financiera, Hudson ve una crisis política, «la crisis de una democracia que se está convirtiendo en oligarquía».La entrevista fue realizada por Iker Aranburu.
No parece que espere nada de la reunión del G20. Lo llama The Gang of 20 (El Grupo de los 20 malvados)…
No. Hay diferencias demasiado grandes. EEUU quiere que Europa financie su déficit presupuestario y Europa no quiere aumentar sus déficits. Le resulta muy difícil subir los impuestos si eso no ayuda a la economía. Y China tiene tres billones de dólares en títulos de los EEUU y no quiere perder más dinero. Al cabo, por primera vez desde 1945, cada país está mirando por sus intereses. En los últimos cincuenta años los estadounidenses han sido capaces de imponer su voluntad a los europeos, pero ahora les han puesto brida.
¿Por qué ahora?
Porque les costaría mucho dinero. Al fin y al cabo, la ciudadanía se les está enfadando porque ponen los intereses de los EEUU por delante de sus intereses nacionales.
¿Qué pasará en Londres, entonces?
Nada. Todos sonreirán y dirán que verse ha sido muy agradable.
¿Cómo puede resolverse la crisis?
El problema es que la deuda es mayor que la capacidad de pagarla. En los últimos 400 años se ha reducido la deuda en algún momento u otro. Pero en esta ocasión de momento no hay ni rastro de nada semejante. Están intentando salvar a los bancos. Las deudas las han dejado en los libros, porque creen que podrán aguantar la recesión del ciclo económico. Pero no pueden. Las cosas empeorarán en los próximos dos años, hasta que se percaten de que hay que atacar la deuda y se necesitarán otros dos años para la recuperación. Tendremos una recesión de al menos cuatro años. De ahí en adelante no puedo hacer previsiones.
¿Hay que reducir la deuda de todos?
Al menos las que tienen valor negativo, es decir, cuando la deuda es mayor que el valor de mercado del bien, o las que son mayores que la capacidad de pago de la gente. Por ejemplo, en los EEUU, la institución que garantiza los depósitos de los bancos, la FDIC, ha dicho que debería reducirse la deuda para que el préstamo no supere el 32% de la renta. Es una medida adecuada. Alternativamente, el préstamo no debería poder ser mayor que el valor de la casa. Actualmente, una cuarta parte de los propietarios de viviendas está en esa situación. Donald Trump y quienes han invertido en bienes inmuebles ya se han pirado de ese mercado, y los bancos no están desalojando las casas porque no saben a quién corresponde el préstamo impagado. Se los vendieron a europeos. Ése es el éxito de los EEUU, que los europeos paguen es su mala suerte. Pero finalmente los europeos están cuestionándose que eso sea buena idea. Por eso no habrá acuerdo en Londres. Hay que reducir las deudas acumuladas en dinero de otros; una norma básica debería ser que la deuda afecte sólo al dinero de cada cual. Vea lo que ha pasado en Hungría y en los países del Báltico.
¿Está hablando sólo de la deuda de las familias?
No, las deudas de las empresas también son demasiado grandes. Pero peor que la deuda es la propia estructura del sistema financiero. Por ejemplo, dar las pensiones antes de tomar el retiro y ahorrar para la pensión y poner los fondos de pensiones en la Bolsa crea burbuja. Las pensiones deberían pagarse al retirarse, y no mediante el sistema financiero. En el fondo, es un problema del sistema fiscal: en lugar de gravar las rentas de las empresas, debería gravarse la propiedad y los monopolios. Como antaño, la tasa debería ser sobre la tierra, no sobre la renta.
Pero reducir las deudas ¿no produciría en el sistema financiero un colapso aún mayor que el actual?
Colapso no es una palabra mala. Adam Smith hizo notar que jamás país alguno pagó toda su deuda externa, y eso mismo puede decirse ahora del impuesto privado. Se reducirá de un modo u otro; hacerlo mediante la bancarrota no es buena idea, hundiría la sociedad empresa a empresa y familia a familia. Otra manera es hacer como en 1945, empezar de cero. Después de la Segunda Guerra Mundial había poca deuda y mucho ahorro. Esa situación económica utópica actualmente también es posible, porque la parte de ahorro es cada vez mayor y está en manos del 10% de arriba, a menudo en las del 1% más extremadamente rico. Es disfuncional y eso exige reducir la deuda y, con ello, eliminar también el ahorro. Porque la deuda de una persona es el ahorro de otra. Los ahorros deberían dirigirse a la formación de capital propiamente dicho, a la industria. En lugar de eso, se han dirigido a las finanzas, a los préstamos y a los instrumentos financieros, pero eso no crea riqueza. La gente cree que se está enriqueciendo, pero en realidad se está endeudando. Durante los últimos cincuenta años el modelo no ha funcionado, debe descartarse y empezar de nuevo. Hasta que se vuelva a empezar no habrá recuperación. Se necesitarán muchos años para percatarse de eso. Los ricos se han percatado en Nueva York y por eso están ahora acumulando tanto como pueden. Parece que sólo los acreedores se han percatado de que no puede pagarse la deuda y los deudores siguen pagando. Es una locura.
¿Hasta cuándo?
No lo sé, pero ocurrirá, así ha sucedido con todas las economías a lo largo de la historia, desde la antigüedad hasta ahora. Ninguna sociedad ha pagado la deuda.
No hay debate al respecto.
En Wall Street hablan sobre ello, pero no publican.
¿Se ha acabado el mundo controlado por Wall Street o encontrará el modo de seguir dominando?
No desaparecerá. Porque su poder está ligado al de la administración de los EEUU. La salida será diplomática y dejarán que Europa, la Old Europe de Rumsfeld, vaya por su cuenta, para que se enfríe.
Es muy crítico con la política económica de Obama. ¿Por qué?
No son políticas verdaderamente suyas. Las instituciones financieras son las que ponen más dinero en las campañas electorales y los candidatos necesitan su dinero para realizar anuncios en televisión. Obama acordó mejorar las relaciones raciales y salir de Iraq, pero prometió que no cambiaría la política económica. En sus equipos económicos está la misma gente que estaba con George Bush y Bill Clinton. Hace dos semanas Frank Rich escribió un bonito editorial en The New York Times en que decía que la crisis financiera es el Katrina de Obama, porque, con la gente que ha puesto ahí, no puede hacer nada. Por ejemplo, Larry Summers; para ver lo que harán en los EEUU y Europa mire qué hicieron en la Rusia de Yeltsin. Quieren reducir los costes laborales, bajar un 20% los estándares de vida, el porcentaje que quieren que suba el estándar del 1% de arriba.
Krugman y Stiglitz han pedido a Obama que nacionalice los bancos. ¿Qué le parece?
Propiamente, cuando hablan de nacionalización están hablando de dar más dinero a los bancos. Los grandes bancos tienen los mayores problemas y quitárselo todo a sus accionistas significa quitárselo a Arabia Saudí, Kuwait y China. Eso es un problema político. Pero, en el fondo, lo del Bank of America es una conspiración criminal. Numerosos fiscales han incoado acciones criminales contra BofA, Citibank y los que han concedido préstamos podridos, pero la administración Bush bloqueó la aplicación de la ley. Bush y Cheney son criminales, gángsteres, pero los tratan con respeto porque son ricos. Y dos millones de familias perderán su casa porque no pudieron pagar, porque los préstamos que les concedieron se los habían dado unos estafadores.
¿A dónde nos llevará el enfado con Wall Street?
Yo no veo enfado, sino resignación. Hasta que no haya enfado no pasará nada. Hasta que la inestabilidad no pase de la economía a la política no habrá salida.

Michael Hudson es ex economista de Wall Street especializado en balanza de pagos y bienes inmobiliarios en el Chase Manhattan Bank (ahora JPMorgan Chase & Co.), Arthur Anderson y después en el Hudson Institute. En 1990 colaboró en el establecimiento del primer fondo soberano de deuda del mundo para Scudder Stevens & Clark. El Dr. Hudson fue asesor económico en jefe de Dennis Kucinich en la reciente campaña primaria presidencial demócrata y ha asesorado a los gobiernos de los EEUU, Canadá, México y Letonia, así como al Instituto de Naciones Unidas para la Formación y la Investigación. Distinguido profesor investigador en la Universidad de Missouri de la ciudad de Kansas, es autor de numerosos libros, entre ellos Super Imperialism: The Economic Strategy of American Empire.

Traducción para www.sinpermiso.info: Daniel Escribano

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