martes, enero 08, 2019

Jack London: Suyo, por la Revolución



El 9 de enero, hace 113 años, comenzaba la Revolución de 1905, por esos años Jack London reivindicó el rol de los revolucionarios rusos y bajo su influencia escribió “El talón de hierro”.

Conocido como escritor de novelas de aventuras. No solo se reivindicaba socialista, sino que militó para acabar con el sistema capitalista a través de la lucha de clases y la revolución, en oposición a los sectores reformistas de la Segunda Internacional. Reivindicó el rol de los revolucionarios rusos en 1905 y planteó que los obreros con conciencia de clase se habían convertido en la vanguardia de esa revolución; bajo su influencia escribió “El talón de hierro”.

El camarada Jack…

En el año 1905 Jack London no solo se encontraba entre las más famosas figuras de la literatura norteamericana que hablaban en favor del socialismo y criticaban duramente al capitalismo -incluso a través de sus obras-, sino que también se destacaba como conferencista y agitador del Partido Socialista de América (PSA), fundado por el legendario Eugene V. Debs, organización a la que se unió en el año 1901. “Lucha de clases, revolución y socialismo” son los ejes de sus conferencias que luego publicaría en dos libros de escritos políticos titulados La guerra de clases, 1905 y Revolución y otros Ensayos, 1910.
“En Estados Unidos hay 400.000 hombres, casi 1 millón si se cuentan hombres y mujeres, que comienzan sus cartas con un «Querido Camarada» y las acaban con «Suyo, por la Revolución». Todos ellos camaradas y revolucionarios.” (Jack London, Revolución y otros escritos).
El contexto político económico era propicio para que estas ideas comenzaran a atemorizar a la burguesía norteamericana. A finales del siglo XlX se multiplicaban las huelgas de trabajadores en EE.UU. “En la década de 1890, hubo unas mil huelgas al año. Hacia 1904, ya había cuatro mil huelgas anuales. Una y otra vez, la ley y el ejército se pusieron de parte del rico. En esa época, cientos de miles de americanos empezaron a pensar en el socialismo” (1). Toda una generación comenzaba a desprenderse de la mentalidad del progreso individual, característico de la época, para acercarse a las ideas de la revolución y el socialismo; incluso reconocidos dirigentes sindicales, pioneros en organizar los primeros sindicatos por industria, lo estaban haciendo. La exacerbada prepotencia patronal y el costo humano del industrialismo en gran escala hacían lo suyo para que esto suceda.

El legendario Debs…

Eugene V. Debs era un reconocido organizador sindical y líder de huelgas, un hombre de acción. En 1884 fue arrestado luego de que las tropas federales rompieran la huelga impulsada por la American Railway Union (uno de los primeros sindicatos industriales en los Estados Unidos), de la que era dirigente. En la cárcel comenzó a “estudiar el socialismo”.
“La transformación de Debs, de un progresista sindicalista y populista en un socialista revolucionario, no sucedió a la vez, como por una revelación repentina. Le llevó varios años más después de haber abandonado la cárcel de Woodstock, verificando cuidadosamente la nueva idea con sus propias experiencias en la lucha de clases, y experimentando con varias concepciones reformistas y utópicas a lo largo de la ruta, para encontrar el camino hacia el socialismo revolucionario de Marx y Engels. A partir de entonces denunció con desprecio la teoría de que los intereses del capital y el trabajo son idénticos”. (James Cannon, Eugene V. Debs).
Cuando llegó al socialismo, ya había alcanzado fama nacional como líder sindical, eso permitió que jugara un papel destacado en la formación del Partido Socialista de América, pero como toda organización miembro de la segunda internacional de trabajadores esta no escapó a la discusión de “reforma o revolución” (2) que se dio dentro de la misma, y que se expresaba pronunciadamente en la socialdemocracia alemana.
Jack London era militante del ala dura del Debs que no se sentía atraído por los caminos “fáciles” de los reformistas, y que en su discusión con los sindicalistas planteaba que había que “enseñar a los miembros de un sindicato que su objetivo más alto es despojar al sistema capitalista de la propiedad privada de las herramientas de trabajo, abolir la esclavitud salarial y conseguir la libertad de toda la clase trabajadora y, de hecho, de toda la humanidad” (3), e incitaba a los trabajadores y estudiantes a derrocar al capitalismo por la vía de la revolución. Era tal el respeto que London le tenía al legendario Debs que en 1908 publica La huelga General “el sueño de Debs” como homenaje.
“Durante una generación, la huelga general había sido el sueño de las organizaciones laborales, un sueño que había surgido originariamente de la mente de Debs, uno de los grandes líderes sindicales de hacía treinta años. Recordé cómo en mis años jóvenes había escrito un artículo sobre el tema para una revista de la Universidad que titulé «El sueño de Debs»”. (Jack London, La huelga general “el sueño de Debs”).

La Revolución Rusa de 1905 como inspiración…

El mes de enero de 1905, mes del Domingo Sangriento en Rusia y del inicio de la Revolución de 1905, encuentra a London dando conferencias en varias universidades de Estados Unidos. Las noticias no tardan en llegar. Los socialistas convocan a asambleas populares por todo Estados Unidos para expresar su simpatía por sus camaradas en combate, y hacer colecta de dinero para los revolucionarios rusos. Una verdadera solidaridad internacional de la revolución mundial.
La Revolución no le es ajena a London. Incita a los jóvenes estudiantes a estudiar el socialismo, a salir de la pasividad y unirse a los trabajadores. “Si no pueden luchar con nosotros, queremos que luchen contra nosotros, que luchen sinceramente contra nosotros. No queremos lo que se obtiene hoy y lo que se ha obtenido en el pasado de la universidad; solo un amortecimiento, falta de interés, e ignorancia en lo que se refiere al socialismo. ¡Luchen por nosotros, o luchen contra nosotros! ¡Levanten su voz, de un modo o de otro! ¡Tengan vida!” (4), les dice, y afirma, que “Cualesquiera sean los resultados inmediatos de la actual rebelión en Rusia, la propaganda socialista en ese país ha recibido de ella un ímpetu sin parangón en la historia de las modernas luchas de clase. La heroica lucha por la libertad está siendo librada casi exclusivamente por la clase trabajadora rusa bajo el liderazgo intelectual de los socialistas rusos, demostrando así una vez más que los trabajadores con conciencia de clase se han convertido en la vanguardia de todos los movimientos de liberación de los tiempos modernos”(5).
El impacto que tuvo la revolución sobre Jack London lo llevó a escribir una de sus obras más conocida y más leída por la clase obrera internacional, “El Talón de hierro”. Las conclusiones de la misma, la discusión dentro de la ll Internacional luego de la derrota, pueden apreciarse en esa gran novela. Más allá del escepticismo que lo llevó a abandonar la militancia socialista, y su muerte temprana, el London de esos años había vivido la derrota de la revolución como la había vivía toda una generación de revolucionarios que luego volverían atreverse a desafiar al capitalismo: como ensayo general de la revolución. Como lo expresa su alter ego Ernesto Everhard, en el capítulo sobre la derrota de “La comuna de Chicago” en “El talón de hierro”
“Hemos perdido esta vez, pero no será así la próxima vez. Hemos aprendido mucho de la derrota. Mañana, la causa volverá a levantarse, más fuerte, más preparada y más disciplinada”.
Pero el Talón de hierro no será la excepción. Algunas de sus obras literarias y ensayos políticos escritos después de la Revolución de 1905 fueron pensados para llegar popularmente a los trabajadores y la juventud. Su calidad literaria y esa prosa incendiaria y cargada de pasión son utilizadas como armas de la revolución para tocar fibras a través del arte. Sin caer en lo panfletario y manteniéndose fiel a “la lucha de clases como motor de cambio social”, escribe La huelga general “el sueño de Debs”, La fuerza de los fuertes, La peste escarlata, etc.; así como dos textos poco conocidos, donde reivindica su militancia socialista, “Cómo me hice socialista”, y la fuerza de la clase obrera como el sujeto social de la revolución, “Yo he nacido en la clase obrera”.
Lejos de ser solo un gran escritor de aventuras: “Colmillo blanco”, “El llamado de la selva”, Jack London fue uno de los más destacados escritores norteamericanos que a principios de siglo XX no solo hablaba de socialismo sino que militaba por él, algo que intentamos rescatar en esta nota periodística y que busca, e invita, no solo leerlo sino tomar partido por la revolución.

Roberto Ebro

(1) Howard Zinn, “A People’s History of the United States”.
(2) El desarrollo capitalista de la época causó que en Europa muchos dirigentes obreros y socialistas llegaran a la conclusión de que el capitalismo podría por sí mismo generar condiciones –reformas- para que los trabajadores vivieran bien e incluso avanzar progresivamente hacia el socialismo.
(3) Zinn, op.cit.
(4) Richard O’Connor, Una biografía de Jack London.
(5) Jack London, Revolución.

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