Este lunes comenzó la medida de fuerza en el segundo mayor distrito escolar de los Estados Unidos
Los docentes de Los Ángeles se suman hoy a una ola nacional de activismo educativo al comenzar una huelga que involucra a 33 mil trabajadores. Esta llega tras dos años de frustradas negociaciones entre el mayor sindicato docente de la ciudad y el Estado de California buscando evitar la mayor huelga californiana en 30 años.
Las medidas comenzaron con centenares de piquetes a lo largo de las 1200 escuelas públicas de Los Ángeles. No se trata tan sólo de un reclamo salarial, sino también de una lucha contra los intentos privatistas del superintendente del distrito educativo, Austin Beutner, quien pretende congelar los salarios reales, al tiempo que eleva el número de alumnos por clase. El pliego reivindicativo de los huelguistas incluye también una advertencia contra el crecimiento de las escuelas estilo “charter”, que reciben financiamiento estatal pero están sujetas a menores regulaciones que la escuela pública y cuyos empleados, mayormente, no están sindicalizados.
No solo en su impacto y extensión resalta esta lucha, sino también en que, a diferencia de otras huelgas docentes del mayo pasado, aquí los docentes se enfrentan directamente al Partido Demócrata, que gobierna la ciudad y el estado. Sin ir más lejos, el secretario de educación que llevó adelante la “reforma escolar” de Obama, Arne Duncan, salió a atacar a los docentes diciendo que iban a llevar al Estado a la quiebra, incluso cuando año tras año los balances son superavitarios. En un informe de 2016, California se encontraba en el puesto 41 -sobre los 50 estados que componen los EE.UU.-, de gasto por cada estudiante de escuela pública, casi un 20% por debajo del promedio nacional.
Si bien la lucha viene recibiendo apoyo de padres y otros sectores de trabajadores, encuentra una enorme traba en el sindicato que la encabeza, aliado al partido demócrata y liderado por ejecutivos millonarios. Por eso activamente buscan aislar la lucha y que no se convierta en un movimiento nacional. “No se trata de una ola de huelgas, es una lucha específica por los niños y escuelas públicas de Los Ángeles”, escribió la titular de la federación docente AFT.
La enorme medida de lucha de las y los trabajadores de la educación en Los Angeles llega en uno de los momentos más turbulentos de la administración Trump, que ingresa a su cuarta semana con el gobierno parcialmente cerrado. Republicanos y Demócratas, hoy aparentemente enfrentados por la cuestión del muro en la frontera con México, no tendrán mayores reparos en unirse para aplastar la unidad de los trabajadores. Para lograrlo, echarán mano de todos los recursos a su disposición, incluso de los burócratas “a la Baradel”. Solo la organización independiente de los trabajadores podrá llevar en última instancia la lucha a buen puerto. Viva la huelga docente de Los Ángeles.
Fede Silvero
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