jueves, enero 10, 2019

Trump continúa su cruzada antimigrante y exige fondos para construir el muro



El mandatario estadounidense señaló en su mensaje televisado que hay una "creciente crisis humanitaria y de seguridad" en la frontera sur de su país, "una crisis del corazón y el alma", y que necesita que el Congreso le dé los más de 5.000 millones de dólares que pide para construir el muro con México. Sólo así dará fin al cierre parcial del Gobierno estadounidense.

Desde su despacho en la Casa Blanca, este martes 8 de enero el presidente Donald Trump emitió un mensaje televisado en horario estelar.
Su objetivo: convencer de que hay una crisis humanitaria y de seguridad por la migración que ingresa a territorio estadounidense.
Su negociación: finalizar el cierre parcial del gobierno, que el domingo 6 de enero entró en la tercera semana y que amenazó con sostener durante “meses e incluso años”, y del que ha culpado a los demócratas.
Por primera vez se dirigió a la población estadounidense en un mensaje televisado en el que se dedicó a criminalizar a los migrantes, una de sus prácticas recurrentes desde su campaña electoral. Señaló que el muro que quiere construir “será de acero y no de hormigón, como quieren los demócratas”.
Entre sus argumentos, ya reiterativos y poco sustentados, Trump se refirió al supuesto ingreso de criminales y drogas por la frontera mexicano-estadounidense. En su discurso de racismo y odio sostiene que las 300 muertes de estadounidenses por heroína a la semana y la inmigración sin papeles que cruza por la frontera sur están directamente relacionadas. No obstante, según señalan distintos medios, buena parte de los opiáceos ingresan desde China por vía postal o por Canadá, o en automóviles por los fronterizos con México.
Trump insistió una y otra vez que el muro "se financiará indirectamente por el gran acuerdo comercial con México". Algo que no se puede asegurar, ya que el T-MEC –la modernización del TLCAN– aún no ha sido aprobado por el Congreso estadounidense y si se ratifica los beneficios serán para el capital privado, no para las arcas estadounidenses.
Este mensaje, en el que también anunció su viaje a la frontera el jueves, constituye un nuevo intento de presionar a los demócratas, que rechazan aprobar los fondos para el muro.

Los demócratas: de campeones de la deportación a opositores al muro

Por su parte, Nancy Pelosi, líder de la nueva mayoría demócrata en la Cámara de Representantes, afirmó que el proyecto del muro es inmoral. Junto con Chuck Schumer, líder de la minoría demócrata en el Senado, la legisladora compareció a continuación del discurso presidencial.
"El hecho es que el presidente Trump ha elegido tomar como rehenes a servicios críticos como la salud, la seguridad y el bienestar de los estadounidenses y retener las nóminas de 800.000 trabajadores inocentes", sostuvo Pelosi. "Quiere forzar al contribuyente a financiar un muro caro e ineficaz que siempre dijo que haría pagar a México", añadió.
A su vez, el partido demócrata impulsó en la Cámara de Representantes una iniciativa para que se otorguen fondos a las otras agencias afectadas por el cierre del gobierno, mientras siguen las negociaciones sobre la seguridad fronteriza.
Lo cierto es que durante las administraciones de Barack Obama, los demócratas batieron el récord de las deportaciones y alentaron el florecimiento de una verdadera industria de la deportación.
El actual rechazo de los demócratas al proyecto del muro obedece, más que a humanismo, a un frío cálculo político y económico: por un lado, reconquistar base social entre la creciente población latina, y por el otro, asegurar a las corporaciones estadounidenses la disponibilidad de mano de obra migrante vulnerable ante las amenazas para mantener la superexplotación de este sector de la población estadounidense.

Los gobiernos contra los migrantes

No obstante, Trump ya amenazó que utilizará su derecho de veto para detener este proyecto de legislación. Su administración sostiene que la situación en la frontera es de crisis total, a nivel de seguridad y humanitario, y amaga con emitir una declaración de “emergencia nacional” para construir el muro. Pero esta salida puede llevar a Trump a un conflicto judicial por el uso no ortodoxo de las facultades del poder ejecutivo estadounidense.
La crisis humanitaria es real, y la provocaron sus ataques contra los migrantes: represión con gases lacrimógenos, muerte de al menos dos niños bajo custodia del ICE, la separación de familias, la detención compulsiva de quienes solicitan asilo, y su hacinamiento en centros que recuerdan campos de concentración son algunas de las medidas más brutales de la administración Trump.
Mientras tanto, la Casa Blanca cuenta con la obediencia de los gobiernos centroamericanos y el de López Obrador en México para desplegar planes “de inversión” para frenar la migración a partir de “proyectos de desarrollo de la región” que sólo garantizan trabajo precario, mientras siguen las medidas de hostigamiento contra los migrantes.
Fue la histórica dominación imperialista sobre los países centroamericanos y México, una de cuyas expresiones es la aplicación por décadas de los planes neoliberales dictados desde Washington los que sumieron a la región en la pobreza y la violencia de las que huyen las familias migrantes.

La Izquierda Diario México

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