Blog marxista destinado a la lucha por una nueva sociedad fraterna y solidaria, sin ningún tipo de opresión social o nacional. Integrante del Colectivo Avanzar por la Unidad del Pueblo de Argentina.
lunes, agosto 19, 2019
El “golpe de mercado” y la vía libre para el ajuste
El derrumbe el mito Cambiemos, el masivo voto rechazo y el perverso juego del ajuste. Editorial de “El Círculo Rojo”, programa de La Izquierda Diario que se emite los domingos a las 22 hs. por Radio Con Vos, 89.9.
Como dice el lugar común, las elecciones primarias fueron un “baño de realidad” y rompieron cierto paradigma que dominaba la política argentina en los últimos años. Un paradigma, si se quiere, ultraposmoderno en el cual “no había nada fuera del texto”, la autonomía relativa de la política se había transformado en independencia total del discurso y el discurso en un reinado absoluto de las redes sociales, el big data o la microsegmentación (de eso vamos a conversar con Luciano Galup).
La pregunta que impone sería: ¿qué es lo que irrumpió masiva e inesperadamente y que tomó por sorpresa a la mayoría de eso que llaman “el círculo rojo”, que no sólo construyó su propio relato, sino que además, se lo creyó?
Bueno, en primer lugar se manifestó un potente “voto castigo” y en cierta medida un “voto bronca”, se expresó respaldo considerable al peronismo unificado en el Frente de Todos. Anidaba en las grandes mayorías un rechazo al ajuste permanente de Mauricio Macri y Cambiemos, al desprecio clasista con el que hablaban del pueblo, un rechazo a la subordinación del país al Fondo Monetario y un cuestionamiento a la gestión gubernamental que deterioró marcadamente las condiciones de vida de casi todos y todas.
Esto a la vez dejó en evidencia otra cuestión: si el Gobierno llegó hasta donde llegó -no hablo en términos institucionales, sino de su plan económico- no fue porque era lo que quería “le gante” o la mayoría de la sociedad; sino porque lo dejaron y lo acompañaron los que le dieron estabilidad y sostén. Entre ellos, muchos que hoy tienen encendidos discursos opositores y están en la primera línea del Frente de Todos. Sergio Massa es un ejemplo, que se postula para presidir la cámara de Diputados, nada menos o los gobernadores aliados a Macri desde la hora cero. Digo esto, porque muchas veces cuando se reclamaba contra esta complicidad o contra la quietud de los dirigentes sindicales o de los movimientos sociales, algunos se justificaban asegurando que es lo que eligió la gente, que era lo que la ciudadanía quería o cosas así. La fortaleza política de Macri no venía del respaldo popular, sino de los aparatos que los sostenían.
Lo paradójico es que al otro día de esta manifestación política de rechazo al ajuste, comenzó un ajuste inmediato con la disparada del dólar y la remarcación de los precios que va a seguir. “Votaron los mercados” como dice ese otro lugar común que está demasiado naturalizado en el discurso público. La expresión más de fondo de la voluntad popular fue impugnada el lunes mismo e incluso algunos dicen que con la venia del presidente que además de que había dormido mal, quería darle una lección a los argentinos.
Sobre esto escribe Diego Genoud hoy en El Canciller. Dice que esta devaluación es “dramática para los pesificados que ven otra vez reducir su poder adquisitivo”, pero que “la transición que Macri niega ya está en marcha. Le guste o no, el ajuste por devaluación es la tarea que le toca y Fernández la aprueba, tal como lo reconoció en los últimos días.”
Y agrega: “Como contraparte, el profesor de Derecho Penal de la UBA sería el encargado de cumplir con lo que el ingeniero no pudo: lograr que las jubilaciones y los sueldos queden desindexados de la inflación, para comprimirse todavía más. Con una promesa electoral que va en sentido contrario y después de una caída del salario real que marcó tres de los cuatro años de Cambiemos en el poder, el recorrido que trazan desde el sector financiero para el ganador de las PASO es elocuente: lo que hasta el domingo era visto como amenaza ahora es considerado una oportunidad.”
Esto ya lo había dicho le consultor Guillermo Calvo, que Macri estaba “muy quemado” y que era mejor “el ajuste con apoyo popular”.
La sociedad votó contra el ajuste y tiene ajuste, por la vía de hecho o derecho. Y por una decisión que toman, una vez más, las minorías.
Ante esto, la izquierda propone y reclama a las centrales sindicales que se movilicen porque los trabajadores y trabajadoras estamos perdiendo a cada minuto porcentajes de nuestro salario. Para imponer medidas como retrotraer los tarifazos por lo menos al 2016, para que lo salarios aumenten al ritmo de la inflación, para que se ocupen las empresas que comenzaron a cerrar y sigan produciendo. Reclamos elementales para no caer otra vez cien escalones más abajo. E incluso que ante una crisis de esta magnitud se discuta todo, no en un “gobierno socialista”, perspectiva con la que evidentemente las grandes mayorías no están de acuerdo. Pero sí, en una institución democrática, la más democrática que habilita este régimen político, como una Asamblea Constituyente, porque lo que sí se evidenció es que las personas confían en cambiar las cosas con su voto y quieren que su voto valga.
¿Cuál es la respuesta al reclamo de activarse?: “No, de ninguna manera”. Una vez más movilizarse, reclamar, salir a la calle “le hace el juego a la derecha”. Mientras se produce un saqueo, se instaura una especie “estado de sitio voluntario”, como me dijeron por ahí en Twitter, donde nadie debe moverse. La Argentina debe ser el único país del mundo con una novísima teoría que sentencia que “movilizarse contra un Gobierno por demandas básicas le hace el juego a ese Gobierno”. Al principio no había que movilizarse porque era lo que gente votó, tenía hegemonía y consenso (al margen de que la otro día, quebró absolutamente el contrato electoral); después tampoco porque “hay 2019”; ahora menos “porque hay 2020” y después seguramente tampoco porque “la pesada herencia” y así.
En este juego que da como resultado una sociedad pasivisada, lo único que verdaderamente tiene vía libre es el ajuste. O se rompe ese círculo perverso o, más allá de las aspiraciones que expresó masivamente la población, al final, Macri ya fue, pero pueden terminar ganando los sospechosos de siempre.
Fernando Rosso
@RossoFer
Lunes 19 de agosto | 00:01
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