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domingo, agosto 18, 2019
Jugando a los gangsters: los ganadores de una semana de furia
La suba del dólar, la remarcación de productos esenciales, el aumento de tasa de las Leliq van configurando una fenomenal transferencia de ingresos en beneficio del gran capital.
Luego que en las PASO una abrumadora mayoría impugnara la política del ajuste permanente, el gran capital no dio respiro: a través de los despóticos mecanismos del “mercado” propinó un golpe a las condiciones de vida de la mayoría del pueblo trabajador. La primera semana luego de las elecciones deja ganadores y perdederos claros.
En mayo (último dato disponible) la remuneración mediana de los asalariados registrados fue de $ 33.395. El día viernes 9/8 ese salario equivalía a U$S 717. Este jueves se abarató hasta U$S 559: un 22 % menos. La clase capitalista en su conjunto va a usufructuar de un salario promedio más barato en dólares y con menos poder de compra en pesos.
Funcionarios buitres: los miembros del Gobierno ganaron millones con la devaluación
Más allá de la anécdota de ministros “offshore”, con patrimonios en dólares, que vieron incrementar su riqueza en pesos con la devaluación, los grandes beneficiarios son los agroexportadores, los bancos, las grandes empresas industriales exportadoras, las empresas productoras de bienes esenciales para la vida cotidiana que rápidamente subieron los precios, los supermercados que remarcaron y los fondos especulativos.
Veamos los casos más destacados de los ganadores de esta semana de furia.
Agrodevaluadores
Los principales productos de exportación de Argentina son los derivados de soja. En el comercio exterior de los productos agrarios existe prácticamente un monopolio privado dominado por Bunge Argentina S.A., Cargill S.A., Los Grobo, Molinos Cañuelas, Vicentin, Aceite General Deheza (AGD) –la empresa que visitó Alberto Fernández en los últimos días de campaña-, entre otras pocas compañías.
Pese a que este año hubo una cosecha récord histórica, los agroexportadores venían reteniendo las exportaciones especulando con un dólar más alto. Finalmente lo obtuvieron: el viernes 9 de agosto el dólar mayorista cerró cerca de $ 45,5; este jueves 15 se había incrementado un 24 % y cotizaba a $ 56,6.
Los agroexportadores guardaban, sólo de soja, unas 24 millones de toneladas sin comercializar, las cuales tienen un valor de U$S 8.300 millones. Llevadas a pesos, con el aumento del tipo de cambio, esas 24 millones de toneladas pasaron de valer $ 378 mil millones el viernes pasado a costar $ 470 mil millones el jueves 15. Es decir, sus ingresos aumentan por la diferencia en la cotización del dólar unos $ 92 mil millones. Más que el doble que el costo fiscal que las medidas de “alivio” anunciadas por el gobierno.
En realidad, han ganado mucho más. También exportan trigo, maíz, sorgo, cebada, aceite de girasol, entre otros productos. Esta semana, los datos oficiales del Ministerio de Agricultura, Ganadería y Pesca exhibieron aumentos mayores al 1.600 % en relación al viernes último en las toneladas registradas para exportación. El agropower las tenía guardadas esperando un dólar alto, como el que le gusta a Alberto.
No sólo eso. Por el esquema de retenciones, que disminuye el arancel a medida que aumenta el dólar, también se benefician pagando una tasa menor por derechos de exportación. Los medios rumorearon que el gobierno incrementaría las retenciones. Por el momento, no hubo anuncios.
Choribanqueros
En teoría, los bancos actúan como intermediarios entre los que tienen ahorros y los que necesitan préstamos. De este modo, cumplen el rol de emisores o creadores de dinero.
Mediante la emisión de las Leliq (Letras de liquidez) se limita, se corta parcialmente, se le quita volumen a ese rol de los bancos de canalizar ahorros hacia el otorgamiento de préstamos en tanto que ahora le prestan fundamentalmente al Banco Central de la República Argentina (BCRA), que en contrapartida les da un papelito (las Leliq).
Así, los bancos se ahorran el trabajo de buscar a quién prestarle los recursos que absorben mediante los depósitos. El Banco Central a través de la emisión de Leliq es como que prende una aspiradora que chupa pesos del bolsillo de todos a través del sistema bancario, destruye el crédito, la actividad económica y favorece un negocio especulativo fantástico con el que los bancos vienen realizando ganancias fabulosas.
Entre el viernes 9 y el jueves 15, la tasa de interés las Leliq (una suerte de “paritaria” de los bancos) subió del 63,7 % 75 %: es decir, un 18 %. Las Leliq son una bomba de tiempo que puede estallar en cualquier momento: el stock disminuyó un 9 % en medio del desorden de estos días. No obstante, con el aumento de tasa los bancos se embolsarán el equivalente a $ 60 mil millones anuales.
Remarcadores seriales
Apenas comenzó la escalada del dólar, las grandes empresas que elaboran productos esenciales para la vida cotidiana se apresuraron a subir los precios. Y eso se comenzó a trasladar en la remarcación de los supermercados. En una primera rueda, se habla de incrementos promedio del 15 %, pero que en algunos casos llegan al 25 % o 30 %.
Considerando solamente la facturación de la industria de alimentos y bebidas, que en 2018 alcanzó a $ 2,1 billones (millones de millones), según las cuentas nacionales que realiza el Indec, los ingresos extras que obtendría esa rama manufacturera alcanzaría $ 329 mil millones anuales o $ 27 mil millones mensuales.
“Alivio” de manos vacías
El miércoles el presidente Mauricio Macri anunció un paquete de medidas de “alivio” para los asalariados privados y estatales, para beneficiarios del Plan Progresar, dejando afuera a trabajadoras y trabajadores no registrados (en “negro”), a los que trabajan precarizados sin recibo de sueldo, a los desocupados y jubilados. Ese paquete tiene un costo que el oficialismo estimó en $ 40 mil millones.
Como reseñamos en este artículo, los agroespeculadores incrementaron sus ingresos en al menos $ 92 mil millones, los bancos en $ 60 mil millones y la industria de alimentos y bebidas en $ 329 mil millones anuales. Una transferencia de $ 480 mil millones totales, tomando sólo tres ejemplos de los muchos otros que se pueden encontrar: más de diez veces lo que “cuesta” el “alivio”.
En el caos económico, todos los cálculos son provisionales y el balance fino recién se podrá hacer con el paso del tiempo y estadísticas completas. Pero estos números realizados a trazo grueso no dejan dudas: van ganando la batalla aquellos beneficiados por el “modelo” económico macrista que fue impugnado en las urnas.
Pablo Anino
@PabloAnino
Viernes 16 de agosto | 01:38
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