sábado, agosto 17, 2019

Salir a las calles: la forma en la que otros países acabaron con los planes de ajuste y del FMI



Países como Sudán, Zimbabue, Haití o Puerto Rico fueron recientemente escenario de protestas callejeras contra los planes de ajuste y del FMI. Con distintos resultados, muestran la forma de acabar con el saqueo a nuestros países.

Los resultados de las elecciones del domingo en Argentina desembocaron en una profundización de la crisis económica.

El FMI afiló sus cubiertos para terminar de comerse lo que queda del PBI, mientras Macri se encuentra más desorientado que Lilita Carrió anunciando medidas que no le alcanzan al pueblo trabajador para llegar a fin de mes. "Los mercados" (o sea, los banqueros, empresarios y terratenientes) le responden con devaluaciones forzadas. Nadie sabe quién tiene la batuta del círculo rojo, y muchos abandonan el barco.
Alberto Fernández llama a la "paz social" para dar garantía de gobernabilidad y tranquilidad a "los mercados", demostrando sus cualidades "market friendly". La CGT responde a esta señal desplegada en el cielo del Frente de Todos, mientras los salarios y jubilaciones se derrumbaron un 20% en 24 horas, sin llamar a ningún tipo de medida de fuerza. Los precios de los productos básicos se dispararon poniendo en duda si el pan estaría en la mesa por la noche, pero la CGT sigue siendo orgánica al PJ.
En este artículo veremos algunos ejemplos de países que aplicaron las recetas del FMI o los aprietes de los especuladores financieros, donde el aumento de los productos básicos para la subsistencia, profundizaron la carestía de vida, derivando en monumentales manifestaciones que voltearon gobiernos y monarquías.
El Rey Hussein de Jordania las llamó durante la Primavera Árabe, las "revueltas del hambre", tras el aumento descontrolado del pan, un alimento que cualquier cultura o religión lo mencionan como algo que no se le niega a nadie. Sin embargo, el capitalismo logró romper esas "tradiciones".

Sudán

Sudán es uno de los casos más emblemáticos del año. Con 40 millones de habitantes, la mitad hundidos en la pobreza, tiene una gran crisis económica ligada a la abultada deuda con el FMI, con un gran déficit de recursos esenciales como alimentos, medicamentos y agua. Si la inanición era cotidiana, se profundizó cuando a Omar Al Bashir, siguiendo los consejos del FMI, devaluó la moneda y aumentó el precio de los combustibles. Pero quitar el subsidio a la harina fue la gota que colmó el vaso. La medida para sostener los pagos al Fondo hizo estallar el movimiento de protesta llamado “las revueltas del pan”. Miles, ante la desesperación, salieron a las calles a reclamar algo para comer. Las manifestaciones devinieron en un potente ariete que hizo estallar por los aires al gobierno de Al Bashir. Tras meses de protestas y cientos de muertos y heridos aún se mantienen la pelea contra el régimen reclamando un gobierno civil.

Zimbabue

Zimbabwe comenzó el 2019 con una huelga general convocada por el Congreso de Sindicatos de Zimbabwe (ZCTU) en respuesta a la crisis económica y el alto costo de vida que vive el país, tras los anuncios del presidente Emmerson Mnangagwa, de aumentar en un 150% el valor de los combustibles.
Mnangagwa asumió al cargo desde el golpe palaciego que destituyó a Robert Mugabe a fines del 2017, perteneciente al partido ZANU-PF, que gobernaba el país africano desde 1980. Un golpe cívico militar dentro del propio partido que puso al entonces vicepresidente, Mnangagwa, en el poder con la espectativa en las masas de mejorar la situación económica. Luego de profundizae la crisis, en 2018 revalidó el cargo tras unas elecciones que la oposición consideró fraudulentas y en las que seis personas murieron durante las protestas que fueron reprimidas por la policía.
Meses más tarde, se abre una nueva crisis, después de que el gobierno aplicara un impuesto sobre las transferencias electrónicas de dinero. El acopio de productos básicos provocó grandes colas en supermercados, se volvió casi imposible encontrar pan y el precio de los medicamentos se disparó. Se calcula que un 90% de la población económicamente activa está desempleada y alrededor de 3 millones se han ido al exilio, mientras la deuda interna del país supera los 9.000 millones de dólares. La ola de huelgas generales pusieron pudieron contra las cuerdas a Mnangagwa que, a pesar de la represión las protestas están latentes en una situación económica crítica.

Haití

La isla supo conquistar su libertad antes que cualquier otro país de América Latina en 1804. Rompió las cadenas de la esclavitud y el colonialismo francés. Sufrió desde entonces bloqueos económicos y se le exigieron pagos de indemnización por las tierras, dejando a 10 de sus 11 millones de habitantes en la pobreza, viviendo con menos de 2 dólares por día. Ademas el 20% de los más ricos controlan el 60% de la economía, mientras que el 20% de los más pobres, sólo 2%; el 41% de la población es desempleada, y 2 tercios lo hace en trabajos informales. Una situación de ahogo sistemático. Como si fuera poco, siendo un país en emergencia humanitaria de alto perfil, el FMI trajo sus recetas mágicas: devaluación de la moneda, el gourde, y aumento del precio del combustible; esto se trasladó a los precios de la electricidad y los alimentos, disparando manifestaciones que voltearon al primer ministro Lafontant mediados de 2018. Pero las protestas continuaron con fuerza poniendo en jaque al presidente Jovenel Moïse durante meses por un caso de corrupción alrededor del negocio petrolero. Los manifestantes aún se encuentran en pie de guerra.

Puerto Rico

En la isla centroamericana el detonante fue el contenido de una conversación privada de chat entre el gobernador Roselló y sus asistentes. Sin embargo, la isla viene arrastrando una crisis económica profunda. Los habitantes viven una larga recesión económica desde hace 10 años ligada a los ritmos de la economía norteamericana que aumenta la bronca de la sociedad.
Desde los 90 que su industria está diezmada, con una desocupación que se encuentra entre un 15 y 35 %. Mientras que más de 50 % de la población vive bajo niveles de pobreza. El 96% del PBI está destinado al pago de la deuda pública asciende a 73 mil millones de dólares y no para de crecer. Este panorama empujó a quienes conseguían los recursos a abandonar la isla hacia EE.UU. Sin embargo, para quienes habitan allí, la situación es de agobio permanente. Por eso, rápidamente las protestas fueron directamente contra el gobierno de Roselló volteando su castillo de naipes y volvieron a poner en cuestión la relación colonial con Estados Unidos.

Existe una salida

El FMI y los distintos organismos financieros internacionales sólo se dedican a saquear naciones. Parafraseando un refrán conocido: se quedarán el pan que ganaste con el sudor de tu frente.
Estos ejemplos demuestran que de los organismos como el FMI, sólo se puede esperar un mayor ajuste.
Pero también dejan lecciones para todos los trabajadores del mundo: que la única salida para derrotar el hambre, mejorar las condiciones de vida de las masas y un destino que incluya a todos los oprimidos es a través de la organización y movilización de miles.

Salvador Soler
Viernes 16 de agosto | 14:06

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