miércoles, febrero 26, 2025

La crisis política abierta con el criptogate a todo trapo


Los elogios y fotos que recibió Milei por parte de Trump y algunos banqueros, en su enésima gira por Estados Unidos, no alcanzan para ocultar el impacto político y judicial del criptogate. Mientras Milei se pavoneaba en los foros de la internacional ultraderechista, el caso $Libra llegaba a la sección Fraudes del departamento de Justicia norteamericano, al que ingresó como “reporte de operaciones criminales”. Algunos periodistas accedieron a un borrador de contrato entre la pandilla que diseñó la cripto $Libra y el gobierno argentino, cuya versión final contaría con la firma del mismísimo Milei. El acuerdo designa a la pandilla como “representante exclusiva” del Estado argentino en materia de criptomonedas, blockchain e inteligencia artificial. Este contrato de privatización de los negocios digitales, cuyo original estaría en manos de los creadores de $Libra, coloca al futuro de Milei en las manos del FBI y de la Comisión de Valores norteamericana. Según Forbes, Milei está involucrado en “el robo cripto más grande de la historia”. 
 En Argentina, el impacto financiero del criptogate fue aplacado con otra operación delictiva -el saqueo indiscriminado de recursos del Banco Central y del ANSES para, por un lado, frenar la disparada de los dólares financieros, y, por el otro, levantar la cotización de los títulos de deuda y acciones privadas, en desplome desde la operación cripto-presidencial. Pero ese rescate financiero no implica un rescate político: las encuestas de opinión revelan que dos tercios del electorado considera a Milei partícipe de la estafa -ello involucra a la mitad de todos los que lo votaron en primera vuelta. Es un golpe político a la pretensión de urdir una elección plebiscitaria en octubre – y hacer de esa elección la plataforma para otra escalada de reformas reaccionarias, en primer lugar, laborales y previsionales. 
 Con su enésimo viaje a los Estados Unidos, Milei quiso blindarse de ese desgaste con el apoyo de Trump. Pero ocurre que el propio Trump se encuentra en el ojo de la tormenta, inmerso en una crisis y división vertebral del imperialismo mundial. Esa fractura se puso de manifiesto en la votación de la ONU en torno de la invasión rusa a Ucrania, donde el gobierno liberticida se alineó con Trump y Netanyahu en oposición a la UE. El destino de Milei también se juega en el ruedo de esa crisis internacional. 
 Mientras tanto, Macri se ha servido del golpe provocado al gobierno con la crisis del criptogate para ensayar una última tentativa de armar una coalición electoral con Milei, al que reprocha su “entorno”. Si Milei rechaza esa coalición, a Macri le queda la variante de explotar el criptogate contra el presidente, en nombre de una derecha “seria” o “institucional”. Pero una campaña de ese tipo terminaría de fracturar al PRO, como lo revela en estas horas la división entre los macristas que defienden el voto de Milei en la ONU sobre Ucrania y aquellos que lo critican. Milei ha respondido a las presiones macristas replegándose sobre su “entorno” y, probablemente, precipitando una nueva crisis de gabinete. En este caso, saldría eyectado el radical-bullrichista Luis Petri, que carga con las sospechas por las compras de los aviones daneses F 16 en desuso.
 El criptogate también desnudó el inmovilismo e impotencia del pejota-kirchnerismo, dividido en dos bloques que no desentonan con la partitura oficial de ajuste y reacción política. Kicillof, por un lado, ha armado su facción con el corazón de los gobernadores, intendentes y la burocracia sindical que negocian por separado sus rescates con Milei y Caputo. Cristina Kirchner, aislada, tramita su propio rescate -judicial- con el gobierno, el cual depende de la futura composición de la Corte. 
 A la luz de este cuadro de conjunto, es muy claro que el criptogate abrió una crisis política que se encuentra en pleno desarrollo. La campaña electoral, que los liberticidas esperaban atravesar sin mayores sobresaltos, tendrá como telón de fondo a la crisis y división de los principales bloques políticos capitalistas, oficialistas y opositores, junto a una reconfiguración completa del escenario mundial.  
En el campo de la clase obrera, la extraordinaria movilización popular de Concepción del Uruguay, en apoyo a los trabajadores de Tres Arroyos, es el pronunciamiento de una población entera contra las agresiones a la clase obrera. Esas agresiones están planteadas también en Villa Constitución, Campana y numerosos distritos de Buenos Aires. Es necesario intervenir en este cuadro con un programa -salario, reparto de las horas de trabajo, obra pública bajo control obrero- y una agitación política en todos los planos, por el desarrollo de una alternativa socialista contra el gobierno trumpista-cripto-libertario y sus cómplices. 

 Marcelo Ramal
 25/02/2025

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