En momentos de profunda recesión y empobrecimiento de amplias mayorías, los bancos amasan fortunas obscenas. Un informa indica que en mayo sus ganancias por las Leliq duplicaron lo que pagaron a quiénes tienen depósitos en plazo fijo.
La contienda electoral que se acercaba relativamente tranquila a las elecciones del próximo 11 de agosto tuvo un sacudón. Ocurrió cuando Alberto Fernández, candidato del Frente de Todos, decidió poner bajo la lupa las jugosas ganancias que los bancos vienen obteniendo por las altas tasas de interés que pagan las Leliq.
Fernández afirmó que, si gana en octubre, aumentaría las jubilaciones en un 20 % y las financiaría rebajando los intereses que reciben los bancos por las Leliq.
La promesa es más que pobre. Se trata de un aumento miserable, frente a las fortunas que vienen amasando los especuladores, las jubilaciones mínimas apenas rozarían los $ 15.000, muy por detrás de la canasta de jubilados.
Sin embargo, las palabras de Alberto Fernández, generaron un amplio rechazo de los sectores financieros que, como siempre, defenderán con uñas y dientes sus beneficios. Esas ganancias, como ya pasaba en los años kirchneristas, siguen siendo siderales.
Un estudio recientemente publicado sobre Rentabilidad de bancos privados, elaborado por el Centro de Estudios Económicos y Sociales Scalabrini Ortiz (CESO) sostuvo que en el mes de mayo del 2019 “los bancos privados obtuvieron una rentabilidad total de $ 51.784 millones, un incremento del 102,1% interanual por encima de la inflación.”
El mismo informe indica que en el mes de mayo “los bancos privados recibieron depósitos de sus clientes y compraron con ellos LELIQ que tuvieron rendimientos de $29.393 millones. Pero a los ahorristas sólo le pagaron por esos fondos $ 9.755 millones, quedándose con una diferencia de $19.638 millones a costa del erario público”.
Es decir,sus ganancias duplica lo pagado a quienes tienen depósitos.
Para tener una idea, la ganancia por tasas superiores al 60 % que recibieron los bancos en el mes de mayo alcanzaría para la construcción de casi 650 escuelas. Un verdadero saqueo de los recursos públicos.
Invertir las prioridades y terminar con la timba financiera
Bajo el modelo actual de alto endeudamiento, timba financiera y ajuste feroz, el salario y las condiciones de vida de las amplias mayorías son las más afectadas.
A pesar de las declaraciones de Alberto Fernández que atacarían los altos intereses de las Leliq, él mismo se encargó de dejar muy en claro que la salida de esta crisis comenzará con una fuerte devaluación, medida que atacará el poder adquisitivo del salario.
Una opción que defienda los intereses de las mayorías, tiene que pronunciarse por invertir las prioridades destinando fondos a salud, educación, empleo y la construcción de viviendas, como plantea el candidato del Frente de Izquierda Unidad, Nicolás Del Caño. Esto incluye decirle NO al FMI y sus planes de ajuste y de reforma laboral.
La medida que propone Alberto Fernández es más que moderada. Para tocar los intereses de los grandes bancos y los grandes especuladores hay que avanzar hacia un sistema de banca estatal única que garantice entre otras cosas créditos accesibles; y que controle la fuga de capitales y los movimientos de los fondos especulativos (golpe de mercado), como los que en 2018 impulsaron a una megadevaluación.
LID
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