viernes, mayo 16, 2025

Antártida: el gobierno entrega la soberanía y se pone al servicio de la guerra imperialista


La venida a la Argentina del jefe del Comando Sur de Estado Unidos, Alvin Holsey, hizo ruido entre los diplomáticos que se encargan de los temas vinculados a la Antártida. Holsey, luego de reunirse con Milei y su séquito, viajó rápidamente a Ushuaia, donde el imperialismo yanqui quiere instalar una base naval integrada y llevar adelante un centro logístico que, por un lado, sirva como puente a la Antártida y, por el otro, se convierta en un dique de contención a los planes chinos en medio de la guerra comercial. Los planos para construir la base naval integrada ya están listos, pero por falta de presupuesto no se han comenzado con las obras. El ex jefe de gabinete, Nicolás Posse, fue el primero en tender lazos con los EE.UU. para cerrar acuerdos técnicos y de intercambios de información que les permitan a los ingenieros de la Armada yanqui avanzar en la planificación de la base en Ushuaia. El avance norteamericano en el sur tiene su correlato en la hidrovía y los ríos internos, en donde la Administración General de Puertos permitió la entrada del Cuerpo de Ingenieros del Ejército de Estados Unidos a monitorear e intervenir en la región. 
 Desde Ushuaia, Holsey señaló “el papel crucial en la protección de las rutas marítimas vitales para el comercio global”. Según LPO, que accedió a fuentes especializadas en temas antárticos, "los proyectos discutidos implican una creciente presencia militar estadounidense en una región de alta sensibilidad geopolítica, lo que genera inquietud tanto en autoridades provinciales como en la Cancillería, desde donde se sigue de cerca la situación" (LPO 10/05/2025). 
 La política liberticida sobre las cuestiones que están relacionadas con el continente blanco pone en jaque la soberanía sobre estos territorios y facilita el desarrollo de los planes militares del imperialismo norteamericano en la zona. El año pasado, por la interrupción de vuelos y el desfinanciamiento en el desarrollo científico por parte del gobierno nacional, ha generado una crisis en las investigaciones antárticas. Las principales objeciones de especialistas antárticos se centran en el desarrollo de actividades militares a través de la cooperación entre países, ya que el Tratado Antártico firmado el 1 de diciembre de 1959 específica “el uso exclusivamente pacífico del continente blanco y prohíbe expresamente las actividades militares" (LPO 10/05/2025) y, a su vez, especifica que es un área de cooperación científica. Teniendo en cuenta el marco normativo del tratado, los especialistas sostienen que "la posibilidad de una militarización indirecta mediante acuerdos bilaterales es una amenaza a la soberanía argentina y al equilibrio internacional en la región" (LPO 10/05/2025). 
 El cipayismo libertario que da vía libre a los intereses norteamericanos en el Atlántico Sur viene acompañado por un militarismo exacerbado del gobierno nacional, manifestado en la ceremonia de cierre de la última Campaña Antártica de Verano que se llevó adelante en el rompehielos ARA “Almirante Irízar”, el cual se caracterizó por una fuerte presencia militar y la nula presencia de civiles y científicos. La supeditación civil en relación a la injerencia militar se acentuó con el “traspaso de la administración de bases antárticas desde la Dirección Nacional del Antártico al Comando Conjunto Antártico”, dejando al país al borde del incumplimiento del Tratado Antártico. Todo esto se encuentra en sintonía con el andamiaje represivo del gobierno nacional en pos de la puesta en pie de un Estado policiaco. 
 Como hemos señalado en estas páginas, la visita de Holsey hace 15 días atrás, en perspectiva, representa la entrada en regla de América Latina -con la Argentina como punta de lanza en la región- al desarrollo de la guerra imperialista en curso. A su vez, la genuflexión libertaria para con el imperialismo yanqui se orienta a una ampliación de la alianza con los Estados Unidos, que se traduce en el ingreso de Argentina como miembro pleno de la OTAN. Para cumplir con sus objetivos estratégicos, los liberticidas avanzan sobre la entrega de la soberanía, en este caso, de las tierras antárticas. Los trabajadores deben tomar nota de las tropelías de la pandilla libertaria que tienen consecuencias directas sobre las condiciones materiales de vida de las masas. La derrota del plan de guerra de Milei, representaría un golpe para los intereses norteamericanos en la región y un revés en las guerras en las que está embarcado. 

 Lucas Giannetti 
 15/05/2025

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