La traición de uno de sus compañeros condujo a los asesinos al escondite de los revolucionarios. Así murieron, a manos del régimen, Fructuoso Rodríguez Pérez, Juan Pedro Carbó Serviá, José Machado Rodríguez y Joe Westbrook Rosales.
Los cuatro jóvenes habían sobrevivido a los sucesos del 13 de marzo de ese año: el asalto al Palacio Presidencial y la toma de la emisora Radio Reloj, organizados por el dr y su líder, José Antonio Echeverría. Desde entonces, permanecían clandestinos y debían cambiar de lugar con frecuencia.
Con el asesinato de Echeverría, Fructuoso Rodríguez, quien además había luchado en Costa Rica, asumió la presidencia del dr y la Federación Estudiantil Universitaria.
Apenas unas horas antes de su muerte, en su nueva condición de presidente de la organización, escribió una carta al Consejo Superior de la Universidad de La Habana, en el cual ordenaba el paro estudiantil en el centro de altos estudios.
La imagen de Juan Pedro, un joven graduado de Medicina Veterinaria, no era nueva para los agentes de la Policía. Demostró su valía en las acciones revolucionarias, como cuando se lanzó al estadio latinoamericano con José Antonio a desplegar una enorme tela que decía «Abajo la dictadura».
José Machado (Machadito), era popular entre los estudiantes por sus dotes deportivas. Matriculó en la escuela de Ciencias Sociales, y desde sus inicios participó, de lleno, en el combate contra la tiranía.
Aún no había cumplido los 20 años Joe Westbrook, y era uno de los fundadores del dr. Asiduo lector de José Martí, de Dostoievski y de las obras teatrales de Federico García Lorca, mérito suyo fue la alocución leída por Echeverría ante los micrófonos de Radio Reloj, en la tarde del 13 de marzo.
Los cuatro jóvenes habían llegado al apartamento de la calle Humboldt en la noche del 19 de abril. La casa era propiedad de un amigo de Joe y este la ofreció como refugio a sus compañeros.
Entre los asiduos visitantes de la residencia estaba Marcos Rodríguez, quien los delató a las fuerzas de la dictadura. Cuando los agentes allanaron el edificio, los jóvenes no pudieron defenderse del despliegue policial.
A Joe lo mataron en el apartamento de una vecina donde se había refugiado. Juan Pedro fue masacrado en el pasillo cuando intentó alcanzar el elevador. José Machado y Fructuoso Rodríguez se lanzaron por una ventana hacia el exterior; entre el asombro de los vecinos, les dispararon a quemarropa. «¡Asesinos!» gritaban todos.
Han pasado 68 años y los hechos de Humboldt 7 aún estremecen a Cuba. Como es tradición, cada año se depositan flores frescas en la fachada del edificio junto a la placa conmemorativa. ¡Qué mejor ocasión para que nuestros jóvenes se acerquen con respeto y curiosidad a estas figuras, explorando no solo los detalles de su muerte, sino también, quiénes fueron en vida!
Rafael Alejandro Mena Brito | internet@granma.cu
22 de abril de 2025
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