La iniciativa inmediata de los y las vecinas logró poner en pie seis centros de refugio. Hasta el momento se sigue rescatando gente de los barrios San Cayetano, Santa Lucía, San Felipe, Ocho de Diciembre y 21 de Diciembre. Las víctimas cuentan cómo en pocas horas y de madrugada el agua llegó hasta la altura de los techos de las casas.
Al momento no se conoce la magnitud de los daños. No hay información oficial sobre el número de víctimas, ni de evacuados.
La tragedia estaba anunciada de antemano: el Servicio Meteorológico Nacional había advertido del temporal semanas atrás. Los barrios inundados son los que se encuentran al lado de la cuenca del Arroyo de la Cruz, el cual se desborda periódicamente. En una entrevista reciente a La Nación, el intendente Abella no pudo si quiera mencionar correctamente el nombre del curso de agua que afectó a las familias campanenses.
El desborde del arroyo no es una coincidencia de la naturaleza, sino que es el resultado del pacto criminal entre el municipio y el grupo Techint, ya que taparon la única desembocadura del Arroyo de la Cruz al Río Paraná para extender el terreno en dónde se encuentran los galpones de Siderca. Las bombas de agua que el municipio instaló años atrás para prevenir situaciones como estas llevan mucho tiempo sin funcionar. No hay servicios de agua potable adecuados en la mayoría de los barrios populares. No existe un plan de evacuación oficial o medidas centralizadas para mitigar los daños: desde el municipio se propuso una “colecta solidaria” entre los vecinos menos damnificados, tardíamente. Campana es sede de muchas de las empresas más ricas del país. El rol político de Abella como intendente es el de sostener los negociados inmobiliarios y la explotación laboral en Campana.
Bullrich y Petri aterrizaron durante las últimas horas en la zona de la catástrofe. En redes sociales circulan fotos de ellos con un grupo de niños rescatados.
Anunciaron que el gobierno nacional está “a la cabeza de la crisis”. Actualmente no ha llegado ayuda de Nación.
La situación de las familias de Campana tiene responsables: Abella y el gobernador Axel Kicillof, que han reaccionado con desidia ante la catástrofe y postergado las obras necesarias para que los vecinos puedan vivir seguros; el gobierno nacional, que ha liquidado los recursos de los que dispone para hacer frente a situaciones como esta; el agronegocio, que ha fomentado las condiciones ambientales para que las inundaciones sean cada vez más frecuentes y agudas.
Rodeemos de solidaridad a los vecinos afectados. Impulsemos la movilización para arrancarle al Estado las obras necesarias para vivir en paz y el resarcimiento de los afectados.
Agustina Navarro
19/05/2025
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