lunes, mayo 26, 2025

Panamá: Mulino redobla la represión y los trabajadores responden con más movilización, huelgas y piquetes


Panamá entra en su cuarta semana de huelga general, encabezada por los docentes, trabajadores de la construcción y de las fincas bananeras, además de pueblos aborígenes. Reclaman contra la reforma previsional, el memorándum con Trump para asentar bases militares yanquis, la minería a cielo abierto y un embalse para alimentar al canal.

 La represión 

A los docentes les tienen retenidos los salarios, la empresa Chiquita Brands Internacional despidió esta semana a 5.000 de sus 7.500 trabajadores y detuvieron a dos líderes sindicales de la construcción -más uno, Saúl Méndez, que se asiló en la embajada de Bolivia-.
 Además, hay más de doscientos detenidos por las protestas y cientos de heridos por la represión policial. La persecución es especialmente encarnizada contra los aborígenes, quienes denuncian que les allanan las casas periódicamente y los fumigan con gas pimienta desde helicópteros. Todas las poblaciones originarias están militarizadas.

 La respuesta popular 

Sin embargo, esta semana en la provincia de Darién algunos pueblos aborígenes echaron machete en mano a los antimotines que intentaban despejar los piquetes con balas de goma y gases y lograron retener a una unidad policial.
 Luego, tras la detención de los líderes del SUNTRACS Jaime Caballero y Genaro López -a quienes les armaron una causa por lavado de dinero y les allanaron los locales- la movilización, multitudinaria, se redobló hacia la casa de la Presidencia por la Avenida Costera, en una marcha de más de tres horas.
 Chiquita -el nombre actual de la United Fruit Company, que en el pasado organizó golpes de Estado y asesinó a un millar de trabajadores en huelga- procedió a los despidos cuando no pudo frenar la huelga por otros medios. 
 El Gobierno había aceptado supuestamente las peticiones de los trabajadores, pero estos se negaron a levantar hasta que no estuvieran plasmadas por ley. Se respaldan en los antecedentes. 
 La empresa aduce que lleva más de 75 millones de dólares de pérdida. 
 Toda la zona de Bocas de Toro continúa bloqueada por los piquetes y ni la policía puede acceder.

 Cómo sigue 

El Gobierno se debate entre ir al diálogo o redoblar la apuesta llamando al estado de sitio en la provincia de Bocas de Toro. La semana pasada había desautorizado a los gobernadores que quisieron implementar el toque de queda por miedo a la respuesta popular. 
 Los docentes llamaron a continuar con la huelga, pero en la misma conferencia de prensa le exigieron a la Iglesia que intervenga. Esta, por su parte, lanzó un comunicado del Consejo Ecuménico llamando al diálogo, pero sin ofrecerse como mediadora.
 En el conflicto de 2022, cuando las movilizaciones y las huelgas rechazaban el alza en los precios de los alimentos y los combustibles, la intervención de la Iglesia le sirvió al gobierno de entonces para descomprimir y ganar tiempo. “Aceptó” los reclamos y, una vez desarmada la movilización popular, borró con el codo. 
 Los líderes de los pueblos originarios que se niegan a sentarse con el Gobierno hasta que no dé pie a todos los reclamos, también le mandaron una carta al papa pidiéndole intervención. 
 Los sindicatos de la salud anunciaron nuevas medidas de lucha para esta semana. Aldana González 26/05/2025 
 El presidente Mulino no cuenta con apoyo popular de ningún tipo. Su legitimidad está cuestionada desde antes de que estallara la crisis, ya que fue candidato sin haber sido refrendado en las internas abiertas. Tuvo que ocupar el lugar en la lista que fue dejado por el candidato presidencial Ricardo Martinelli, tras su renuncia por denuncias de corrupción, y en las elecciones generales fue elegido por poco más del 30 % de los votos.
 Además del apoyo de Trump, Mulino solo cuenta con el apoyo del capital financiero que está ávido por hacerse con los fondos de pensión de las AFP.
 Al mismo tiempo sigue paralizada la venta de los puertos alojados en cada extremo del canal. De un lado China presiona a la empresa hongkonesa para que no venda, del otro, Trump exige que se los entreguen a Black Rock, mientras que Mulino trata de inventar irregularidades para quitarles la concesión. 
 Trump, no satisfecho con haber logrado prioridad de paso para sus buques de guerra, también pretende que su marina mercante pase por el canal sin pagar aranceles, algo que sería insostenible para la economía panameña. n Panamá, -donde transita casi el 40 % de los contenedores estadounidenses y el 5 % del comercio mundial-, junto con la soberanía del país y las reivindicaciones de las masas se disputa un lugar estratégico para la guerra comercial.

Aldana González
26/05/2025

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