Este 11 de septiembre arrancó la campaña electoral en Canadá tras la disolución del parlamento por parte del Primer Ministro, Justin Trudeau, llamando a los comicios el 21 de octubre del presente año.
Estas elecciones están marcadas por el avance de la derecha con el partido conservador abanderado por Andrew Scheer, quien busca arrancarle la reelección a Trudeau, con promesas de bienestar para el pueblo canadiense.
Por su parte, el Partido Liberal del presidente, quien se vistió mundialmente con banales admiraciones sobre sus políticas de supuesto ambientalismo y libertad de derechos humanos, se encuentra como favorito al inicio de la carrera por las encuestas.
Asimismo, su campaña electoral está signada por un escándalo en el que tras meses de investigación el Comisionado Federal de Ética arrojó que Trudeau había violado la ley al presionar a algunos de sus ministros para abandonar una investigación criminal, contra una constructora con sede en Quebec, SNC – Lavalin, la cual es acusada de soborno internacional.
También es de notarse el avance del discurso de ultra derecha con el partido conservador People´s Party of Canada (PPC) fundado y hoy abanderado presidencial, Maxime Bernier, quien busca votos para el parlamento.
El PPC busca utilizar este escándalo y otros recursos de la derecha internacional, como el discurso anti inmigrante haciendo un llamado a la presión de los migrantes mediante impuestos prometiendo bienestar a los nacionales canadienses, para buscar crecer en escaños del parlamento.
Esta estrategia del más corriente estilo Trump, es complicada de aplicar en uno de los países más cosmopolita del planeta, pero Bernier se aferra a un barco que ya puso a flote a los Bolsonaro, los Trump y decenas de partidos y discursos anti inmigrante en toda Europa.
Con el eslogan “la gente primero, canadienses primero” hoy este pequeño partido se suma al resto de los xenófobos mundiales.
A pesar de sus diferencias tácticas, ninguno de los partidos habla de un verdadero bienestar para la clase trabajadora y los sectores populares que corte de tajo con los ilógicos impuestos y reverencias a la corona británica, que es gran fuente de fuga de capitales de los trabajadores canadienses.
Sin una opción de izquierda organizadora de los trabajadores y los estudiantes, arrancan unas elecciones que su resultado impactará en el T-MEC (la modernización del TLCAN) y en los miles de extranjeros que viven en la tierra del maple.
Alejandro Razett
Viernes 13 de septiembre | 13:00
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