domingo, febrero 10, 2019

Primeras repercusiones de la Cumbre de Montevideo



Luego de horas de reunión el llamado Grupo de Contacto Internacional (GCI) elaboró una declaración que se compromete con la “ayuda humanitaria” y aboga por elecciones presidenciales en contradicción con el ahora relegado a segundo plano “Mecanismo Montevideo”.

Finalmente la actividad diplomática desarrollada en Montevideo en las últimas jornadas desembocó en dos iniciativas distintas en donde no queda claro que tan confluyentes son. Ya que el Grupo de Contacto Internacional (GCI) publicitó una declaración injerencista sobre Venezuela relegando a la impotencia al “Mecanismo Montevideo” que se postuló basado en el principio de no intervención. Dejando en evidencia que si en un inicio parecía imposible pretender un diálogo entre Maduro y la oposición, más lo era pretender impulsarlo desde una postura no intervencionista con la participación de países como Francia y España que directamente desconocen a Maduro.
El día miércoles Uruguay, México, Bolivia y países de la Comunidad del Caribe (Caricom) elaboraron una propuesta organizada en cuatro fases (Diálogo Inmediato, Negociación, Compromisos e Implementación) y basada supuestamente en la neutralidad y el principio de no intervención, pero que en realidad en el caso de México y Uruguay no dicen nada acerca de las sanciones imperialistas de Trump y la derecha venezolana.

La declaración injerencista del GCI

El Grupo de Contacto Internacional (GCI) liderado por la diplomática europea Federica Mogherini e integrado por la Unión Europea en conjunto con países latinoamericanos emitió una declaración que se compromete en “desplegar más asistencia en áreas de necesidad y coordinar su entrega en conjunto con el Representante Especial de la ACNUR/OIM, Sr. Eduardo Stein” y a “un abordaje internacional común para apoyar una resolución pacífica, política, democrática y propiamente venezolana de la crisis excluyendo el uso de la fuerza a través de elecciones presidenciales libres, transparentes y creíbles, de acuerdo a la Constitución venezolana.”

México y Bolivia no adhieren a declaración del GCI

Tanto el Canciller de Bolivia Diego Pary y el Canciller mexicano Marcelo Ebrard no firmaron la declaración del GCI. Se anunció a su vez que el “Mecanismo Montevideo” se reunirá la semana próxima.
Diego Pary manifestó que "no podemos acompañar un texto que haga referencia a la realización de elecciones (...) este es un tema interno de Venezuela y ellos son los que deben definir sus dificultades y de qué manera los van a resolver", agregando además sobre la crisis humanitaria que "Hay una situación de dificultad y de crisis económica y creo que todos somos conscientes… también debemos reconocer que en gran medida la crisis se está agravando por el bloqueo económico que han generado los países. Si bien se ofrece ayuda humanitaria también se debe levantar el bloqueo económico que tiene Venezuela"
Por su lado el Canciller de México (que no integra el GCI) Marcelo Ebrard dijo que “México no puede por mandato constitucional apoyar la injerencia política en otros países, no podemos participar en algo que implique que nosotros determinemos el proceso político electoral”. Consultado por la contradicción entre el “Mecanismo Montevideo” y la declaración del GCI Ebrard respondió que “no es contradicción, son diferentes posiciones políticas”. Restándole importancia a las contradicciones surgidas entre ambas posiciones, pero destacando que "Nos gustaría un mecanismo de funcionamiento inmediato porque la situación así lo requiere".

Uruguay más abroquelado con el GCI que al “Mecanismo Montevideo”

Mientras tanto Uruguay que en palabras de su Canciller Rodolfo Nin Novoa había dicho en el lanzamiento del "Mecanismo Montevideo" que "Cuanto más condiciones se pongan para el diálogo, más difícil es conseguir un resultado favorable, si nosotros decimos que tiene que haber elecciones en tal momento, que tiene que cambiarse la Corte Electoral, que tiene que haber liberación de los presos políticos, estamos imponiendo condiciones. Lo que tiene que acordarse entre las partes son cuáles son las condiciones, son ellos los que tienen que acordar. Nosotros vamos al diálogo sin condiciones: júntense, hablen, acuerden, arreglen”, al otro día se plegó a la posición impulsada por la Unión Europea a través del GCI.
Postura que en palabras del Canciller mexicano Ebrard identifica como un proceso distinto, según sus palabras: “entiendo que hay diferentes opiniones en la Unión Europea, (...) se los invita a participar y si ellos (europeos) prefieren seguir otro proceso también están en su libertad, aquí no importa otra cosa más que lograr una comunicación, buscamos un diálogo inmediato”.
Por lo tanto la postura uruguaya en los hechos se mantiene en cada uno de los dos “procesos”: el “Mecanismo Montevideo” y la declaración de la GCI. Pero desde las declaraciones del Canciller Nin Novoa en conferencia de prensa con Mogherini dijo que "es crucial restaurar la plena democracia" y agregó que es necesario que haya "elecciones presidenciables libres".

Una salida para la crisis en Venezuela no puede llegar de la mano del imperialismo

Al contrario de lo afirmado por el presidente uruguayo Tabaré Vázquez al inaugurar la reunión del GCI parafraseando al ex Canciller reformista alemán Willy Brandt de que “los problemas de la democracia se resuelven con más democracia”, refiriéndose obviamente a los mecanismos de la democracia burguesa. Los trabajadores y el pueblo oprimido venezolano deben pelear por una salida independiente y con sus propios métodos de lucha y organización.
No se puede esperar nada favorable de la mano del imperialismo y sus títeres de la derecha venezolana que ya planifican su mega ajuste neoliberal si se hacen del poder, ni tampoco del descalabro económico y el régimen represor del gobierno de Maduro.
Tampoco de parte de estos “mediadores neutrales” que en realidad buscan consolidar a uno de estos dos bandos (según el caso) en contra de los intereses del pueblo trabajador. Sobre todo del supuesto llamado al diálogo de las potencias europeas que ya demostraron su apoyo a la derecha golpista, lo que desnuda a su vez la funcionalidad de México y Uruguay que le hacen el juego a la postura injerencista del imperialismo.
Como plantean los compañeros de la Liga de Trabajadores por el Socialismo (LTS), acompañado de un programa obrero y popular de emergencia y demandas democráticas, es fundamental en la actual situación imperante "alentar el surgimiento y desarrollo de formas superiores de frente único de los trabajadores y los sectores populares, en el camino de constituir consejos obreros y populares, y acercar a las masas a la convicción de que es preciso, urgente e impostergable la toma del poder político en sus propias manos para instaurar un Gobierno obrero y popular, basado en los organismos de lucha que las propias masas se den".

Sebastián Artigas

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