Al terminar la reunión entre los directivos de la CGT y los funcionarios del FMI hace pocos días, los delegados del Fondo señalaron con previsibilidad discursiva que la Argentina va mejor y que no hay temor a cambio en la presidencia para el próximo periodo.
Como salidos de otra reunión, los jefes de la Central sindical mayoritaria convocaron al Paro Nacional para el 29 de mayo. Se trata de una fecha emblemática, nada menos que a 50 años del “Cordobazo”, antecedido en pocos días por el “rosariazo”, y que serían fechas históricas del momento de máxima acumulación de poder popular en la historia local.
Para contrarrestar tremenda movilización popular, obrero estudiantil, y con todas las corrientes combativas del sindicalismo, dirigidas entonces por Atilio López, René Salamanca y Agustín Tosco, hizo falta el accionar parapolicial y paramilitar, seguido luego por el terrorismo de Estado genocida, para inaugurar décadas de ofensiva capitalista en contra de las trabajadoras, los trabajadores, la naturaleza y el conjunto de la sociedad.
Graves problemas económicos
Los argumentos de la CGT para la convocatoria al Paro nacional aluden a la necesidad de modificar la política económica en curso y a la necesaria solidaridad con los trabajadores en conflicto; a la grave situación económica que afecta al mercado interno, a la producción y su consecuente secuela de cesantías que agudizan el problema del empleo y la pobreza.
Aunque se convoca a paro sin movilización, el anuncio de ambas CTA, el sindicalismo disidente de la CGT y los movimientos populares, anticipan que saldrán a movilizar, incluso recuperando la fecha histórica del medio siglo del “Cordobazo”.
No solo el sindicalismo y el movimiento popular se preocupa por la grave situación económica de la Argentina, con recesión e inflación. Los precios de los últimos 12 meses crecieron por encima del 55% y el de los alimentos por más de 66%, constituyendo datos alarmantes ante los ingresos populares deteriorados por la recesión, el cierre de las empresas y las cesantías de personal.
El caso es que, más allá del sindicalismo, también se preocupan los entes especializados. De hecho, el británico “Financial Times” llama la atención sobre la fuga de capitales financiada en Argentina con los préstamos del FMI. Es algo no permitido por los estatutos del organismo internacional y que la práctica en el país consolida la fuga de capitales, sea por pagos de intereses, cancelaciones de deuda de capital, remesas de utilidades al exterior o simplemente atesoramiento de divisas, sin perjuicio de inversiones en activos externos.
Dicen los especialistas del periódico británico que esta situación no solo afecta a la Argentina, sino a la reputación del Fondo y de su Directora Gerente, Christine Lagarde.
Vale mencionar que, si el 9/4 pasado se acreditaron 10.835 millones de dólares en las cuentas de reservas internacionales, gestionadas por el BCRA, eso se debió al último desembolso del FMI. Las reservas alcanzaron entonces los 77.481 millones de dólares. Cinco semanas después, para el 15/5 las reservas habían disminuido a 67.306 millones, habiéndose fugado unos 10.175 millones de dólares. Prácticamente la misma cifra ingresada, en apenas un poco más de un mes.
Como con Sturzenegger y Caputo antes, ahora con Sandleris, desde la Presidencia del BCRA se facilita la salida de capitales en beneficio de muy pocos y a cuenta del conjunto de la sociedad. La socialización de las perdidas y las privatizaciones de las ganancias constituyen un dato en el capitalismo realmente existente.
Por su parte, el FMI destaca el crecimiento del Índice Mundial de Incertidumbre (WUI) que mide la desconfianza de los inversores capitalistas y que afecta el crecimiento mundial de la economía, bajando la previsión para el 2019 a 3,3% cuando en 2018 fue de 3,6%.
Se menciona como principales problemas de la economía mundial a la guerra comercial entre EEUU y China, y al Brexit, con impacto en una menor tasa de crecimiento de la economía mundial.
La cuestión se agrava dice el informe por el “estrés económico que incorporan Argentina y Turquía” a la economía mundial.
¿Quiénes son los responsables de la situación?
Retomando la argumentación, la CGT, mesurada en medidas de protesta, llama la atención sobre la situación económica local, en consonancia con insospechados observadores internacionales como los mencionados, lo que provoca a pensar las responsabilidades sobre el fenómeno.
El gobierno y Los principales operadores económicos, políticos y mediáticos apuntan la responsabilidad al gobierno anterior entre 2003-2015, sin matizar en los diferentes momentos de esas gestiones; y más aún al porvenir si resultara gananciosa una propuesta de regreso a la presidencia de Cristina Fernández de Kirchner (CFK).
Los argumentos fueron contrastados en Washington por Axel Kicillof, insistiendo que el problema no es el pasado o el futuro, sino el presente del Gobierno Macri.
Una jugada política inesperada del sábado 18/5 realizada por CFK, anunciando la fórmula Alberto Fernández a Presidente y acompañada por ella, desarticula esos razonamientos por capacidad de diálogo del presidenciable con los principales medios de comunicación, especialmente el diario Clarín, la llegada a sectores del poder económico y a la diplomacia estadounidense, lo que impactaría favorablemente en lo llamados “mercados”, que no son otra cosa que los inversionistas internacionales.
Más allá de especulaciones y consideraciones que la fórmula entre Unidad Ciudadana y el PJ sugiera, el dato real es que la vulnerabilidad económica está asociada a casi cuatro años de gestión del gobierno Macri, del PRO y Cambiemos, sin haber podido avanzar lo suficiente en las demandas de modificaciones estructurales, especialmente la reforma laboral, previsional y tributaria.
Un dato sobresaliente lo constituye la situación mundial, que no define necesariamente la Argentina y que se expresa en la Guerra comercial en curso entre EEUU y China que afecta al sistema mundial, pero también lo dificultoso que resultan las negociaciones por el Brexit. Todo eso aleja inversiones hacia los países emergentes, aun cuando se la califique nuevamente y en ese sentido a la Argentina.
En rigor, solo se atraen inversiones con la pérdida creciente de soberanía, tal como la procesada con las adjudicaciones de 18 áreas offshore para la exploración de gas y petróleo, entre otras, a empresas británicas vinculadas al ilegitimo gobierno kelper en las Islas Malvinas. Se trata de un área extensa en frente del territorio que involucra desde el sur de Buenos Aires al extremo fueguino y las Islas del Atlántico Sur.
¿Alcanza la alquimia electoral?
Muchos interrogantes habilitan la jugada política de CFK, destacando en primer lugar la respuesta de los inversores especulativos, entre ellos, los principales tenedores de títulos de la deuda pública local, que son los que están fugando divisas, sea por desconfianza en la actual gestión o especulaciones sobre el futuro político de la Argentina.
Otros interrogantes remiten al electorado y a otros partidos, grupos y referentes que intentan armados electorales competitivos por fuera de la iniciativa de Macri y sus aliados, o de CFK. En ese sentido se considera la posibilidad de un armado diverso que involucre a sectores del peronismo y otros espacios del centro político que puedan disputar un lugar en el ballotage, y no necesariamente con Macri en la competencia.
También existen quienes demandan creatividad y amplitud a la izquierda para intervenir más allá de lo testimonial, completando un cuadro diverso en la resolución electoral. Al estilo de las recientes elecciones españolas, ya no serían dos los que compiten, sino que la ecuación cierra con socios a derecha o a izquierda.
Más allá de cualquier especulación política, lo que importa es qué diagnóstico de situación está detrás de cualquiera de las propuestas y, por ende, cuáles son las proposiciones en materia de política económica para superar la grave situación económica que afecta a la enorme mayoría de la sociedad en la Argentina. Es algo que se juega más allá del proceso electoral.
Julio C. Gambina
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