Periódicos, medios televisivos, radiales y sitios digitales en el mundo recuerdan cada año, el 11 de septiembre, los ataques al World Trade Center y al Pentágono, en Nueva York, con imágenes de personas lanzándose por las ventanas huyendo de la agonía del fuego u otras víctimas calcinadas.
Fue un suceso queconmovió al orbe. Sin embargo, la gran prensa pasa por alto que Cuba también ha tenido septiembres luctuosos, como resultado de los actos terroristas orquestados por la mafia cubano-americana, con la anuencia de las administraciones estadounidenses.
Una búsqueda en el periódico Revolución del 12 de septiembre de 1964, hace ahora 45 años, nos permite leer los siguientes titulares: “El ataque al Sierra Aránzazu, responsable de ese bárbaro hecho el gobierno de EE.UU”.
U otro que señala “Denuncia el MINFAR el cobarde crimen pirata.”
Resultaron contundentes y acusatorias las declaraciones del Comandante en Jefe Fidel Castro, cuando dijo en ocasión del bárbaro hecho contra el buque mercante español Sierra Aránzazu: “Estados Unidos no tiene derecho a invadir a Cuba” y a continuación realizó un medular análisis sobre las acciones contra la Isla.
El barco fue atacado por lanchas artilladas de grupos contrarrevolucionarios asentados en Miami, y se inscribe en la relación de actos terroristas contra la Mayor Antilla a solo cinco años del triunfo de la Revolución.
No traía pertrechos militares, ni armas de exterminio. Su carga, --tal como aparece en fotos de la época-- muestra las muñecas quemadas que ofrecerían a las niñas cubanas la alegría que provoca un juguete nuevo. La inocencia infantil fue afectada también por el vil hecho.
El capitán del buque, Pedro Ibargurengonitía, pagó con su vida la noble tarea de traer alimentos y artículos inofensivos hasta un país bloqueado y asediado por los Estados Unidos y las organizaciones fascistoides que allí siguen teniendo cabida.
Fue un septiembre luctuoso. Hubo varios heridos entre los tripulantes, quienes tras ser rescatados recibieron atención médica en centros hospitalarios cubanos.
El ataque de lanchas piratas contra el Sierra Aránzazu ocurrió a solo 75 millas al norte de Maisí, en Guantánamo, y tras conocerse la noticia las autoridades cubanas lo remolcaron, aún ardiendo, hasta la región oriental.
Otras acciones terroristas contra Cuba ocurrieron en septiembre, como el atentado en Nueva York al diplomático Félix García Rodríguez, acreditado ante la Organización de Naciones Unidas. Ocurrió un día 11, pero de 1980.
Ese asesinato quedó impune, y tanto su ejecutor Pedro Crispín Remón, como Luis Posada Carriles, responsable entre otros crímenes de la muerte del joven italiano Fabio Di Celmo en un atentado terrorista el cuatro de septiembre de 1997, en un hotel en La Habana, gozan de la protección de Estados Unidos.
Coincidentemente, el 12 de septiembre de 1998, fueron apresados en Miami cinco jóvenes cubanos --Gerardo Hernández, Ramón Labañino, Antonio Guerrero, René González y Fernando González-- infiltrados en organizaciones contrarrevolucionarias en el sur de la Florida para prevenir a Cuba de los ataques terroristas que organizaban esas agrupaciones contra la Isla.
Procesados en 2001 en un juicio en Miami bajo virulenta atmósfera anticubana, sus condenas son desproporcionadas y la solidaridad internacional y su pueblo claman porque se haga justicia.
María Elena Balán Saínz (AIN, especial para ARGENPRESS.info)
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