El padre Miguel D'Escoto habla del futuro con pasión y sin cansancio: a sus 76 años y con una vida dedicada a Cristo y el Sandinismo, predica el amor y lucha por la justicia social. El carismático sacerdote revolucionario proyecta, escribe y promueve toda causa humanista con optimismo, humildad y ahora, como confesó durante su visita a Cuba, "con las pilas cargadas"
"Me encanta estar aquí en Cuba casi al finalizar mi periodo. Cuba es un faro en el mundo, siempre en defensa de aquellos a quienes yo también quiero defender", afirmó.
El ex canciller nicaragüense vino a La Habana casi al término de su período como presidente de la Asamblea General de la ONU, desde donde promovió el multilateralismo y el debate participativo.
"Acepté para defender los derechos de los desposeídos y considero que dejé claramente establecido que el G-192, es decir, la Asamblea General, es el único escenario adecuado para tratar lo concerniente a la crisis global y otros temas cruciales", precisó.
Sin embargo, la experiencia le ratificó que ya no bastan reformas y remiendos, y es hora de reinventar la ONU, de consensuar una nueva Carta de Naciones a tono con las exigencias del siglo XXI.
Con su habilidad para conjugar lo humano y lo divino, D'Escoto ya confirmó que trabajará en una propuesta de Declaración de Bien Común para sacudir conciencias y acabar con la pasividad en la ONU.
Tal actitud, una constante en su obra religiosa y militante, hace que el historiador cubano Eusebio Leal diga que "sin hombres como D'Escoto, la Asamblea General sería un cenáculo inútil".
Leal presentó aquí el libro "Antiimperialismo y No violencia", una recopilación de artículos y conferencias pronunciadas por D'Escoto entre 1979 y 2006, una apasionante lectura que definió de combate y fe, pero sobre todo de amor.
En la presentación, el propio autor reconoció la necesidad de reinventar la Iglesia, y fue más allá al lamentar los ataques del catolicismo al filósofo alemán Karl Marx y al considerar a Fidel Castro como el mejor discípulo de Jesús.
"Me tocó el privilegio de estar cerca (de Fidel) y de observarlo, verlo y encontrar un hombre enamorado de la justicia, la fraternidad y la solidaridad. Cuba es donde se encarnan más que en ningún otro lugar esos valores indispensables para salvar al mundo", comentó.
Dos días antes se había reunido con el líder de la Revolución cubana, y constató en la cita la excelente salud física, espiritual y anímica del legendario Comandante en Jefe.
"Dios ha escuchado las oraciones de todos los revolucionarios del mundo: tendremos Fidel por mucho tiempo", aseguró poco después, al ser condecorado con la Orden de la Solidaridad, concedida por el gobierno de Cuba en reconocimiento a su trayectoria.
D'Escoto reiteró aquí su condena al golpe de Estado en Honduras, el cual consideró, al igual que el anuncio de la apertura de siete bases militares de Estados Unidos en Colombia, una reacción de la ultraderecha a los actuales aires de integración latinoamericana.
Entre sus planes inmediatos destaca su mediación ante el presidente Barack Obama, en favor de los cinco antiterroristas cubanos presos en Estados Unidos, cuyos derechos han sido violados reiteradamente por las autoridades norteamericanas.
"Salgo de Cuba con las pilas cargadas para continuar la lucha, en el tiempo que me queda en la Tierra priorizaré la batalla para evitar que el caso de los Cinco caiga en el olvido, para lograr su inmediata libertad", enfatizó el religioso.
Y si alguien piensa que eso es pura retórica, o quizás la promesa de un milagro, que no olvide que la hizo el responsable de la única condena a Estados Unidos hecha jamás por el Tribunal Internacional de la Haya, cuando la guerra de los Contras.
Charly Morales Valido
Prensa Latina
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