domingo, junio 02, 2019

Cuba 1964: Fidel denuncia guerra biológica contra Cuba



Hace 55 años el líder de la Revolución alertó sobre ese criminal plan imperialista que, como luego se evidenció, formaba parte de la política estadounidense para desestabilizar nuestro país

El Proyecto Cuba del 18 de enero de 1962, que se mantuvo clasificado durante más de 30 años, contiene las tareas originales de la Operación Mangosta dirigida por el Gobierno estadounidense contra nuestro pueblo. Una de ellas señalaba que para el 15 de febrero de ese año la CIA tenía que someter a aprobación un plan para inducir errores en las cosechas alimentarias en la Isla y otra intentaba incapacitar a los trabajadores azucareros durante la zafra utilizando medios químicos.
Era solo el comienzo. Un cargamento de azúcar que trasladaba el buque británico S.S. Streatham Hill, fletado por la URSS, fue contaminado cuando hizo escala en San Juan, Puerto Rico, y en los corrales cubanos apareció la enfermedad de Newcastle en las aves de corral. En 1964, en zonas rurales de Sancti Spíritus, descendieron objetos brillantes que al chocar con la tierra se disolvieron esparciendo una sustancia gelatinosa que se diluyó en horas.
Ante estos hechos el Comandante en Jefe Fidel Castro denunció en los primeros días de junio de ese año el probable empleo por los yanquis de la guerra bacteriológica contra nuestro pueblo y alertó a la opinión pública mundial de esos hechos. Aunque Estados Unidos lo negó entonces hipócritamente, hechos posteriores confirmaron las palabras del líder de la Revolución.
En 1968 fue detenido un extranjero que había introducido el virus colletotrichum falcatum para afectar la producción de azúcar. En 1971 se desató el virus de la fiebre porcina africana y hubo que sacrificar medio millón de cerdos. En esta década se volvió a detectar el Newcastle, se desató en el ganado vacuno la brucelosis, se detectó el carbón de la caña, apareció la roya de la caña, brotó el moho azul del tabaco y durante 1980 resurgió la Fiebre porcina y hubo que sacrificar casi 300 000 cerdos.
En 1981 fue diagnosticada una epidemia de dengue Nueva Guinea 1924 (serotipo 02) que afectó a unas 350 000 personas, de las que murieron 158, incluyendo 101 niños.

Nuevas denuncias de Fidel

El 26 de julio de ese año Fidel expresó: “Compartimos la convicción del pueblo y albergamos la profunda sospecha de que las plagas que han azotado a nuestro país, y especialmente el dengue hemorrágico, pueden haber sido introducidas en Cuba por la CIA. […] Emplazamos al Gobierno de Estados Unidos… a que diga si la CIA será autorizada de nuevo o no, a utilizar plagas contra nuestras plantas, nuestros animales, y nuestra población”. Después fue identificada la seudodermatosis nodular bovina y la conjuntivitis hemorrágica.
En septiembre durante la inauguración de la 68 Conferencia Mundial de la Unión Interparlamentaria, Fidel reiteró que el Gobierno estadounidense estaba utilizando armas biológicas contra Cuba. Los hechos confirmaron su alerta. Meses después reapareció el Newcastle, dos años después se detectó la roya del cafeto y surgió un brote de disentería que ocasionó la muerte de 18 niños en Guantánamo.
Cuando dos años más tarde el contrarrevolucionario de origen cubano Eduardo Arocena Pérez, cabecilla de la organización terrorista Omega-7, fue declarado culpable de actos violentos cometidos en territorio norteamericano, el jurado no hizo mención a las declaraciones del acusado en el sentido de que la misión de su grupo era “obtener ciertos gérmenes e introducirlos en Cuba”.
Basándose en esta confesión y en otras informaciones sobre este tema, Fidel argumentó durante su intervención en el Congreso de Pediatría Cuba 84, al referirse al dengue serotipo 02: “En el momento en que se produce esa epidemia en nuestro país, […] no existía un foco de ese serotipo en ningún lugar del mundo. Se presentó de una manera realmente muy rara, muy extraña. Nosotros llegamos a la convicción de que esa epidemia había sido introducida deliberadamente”.
La guerra biólogica continuó afectando nuestro país. En 1985 apareció un virus de bronquitis infecciosa en las aves de corral. En 1987 durante una entrevista en Santiago de Cuba con el cónsul norteamericano, Fidel reveló que conocía las actividades ilegales realizadas por diplomáticos de la Oficina de Intereses en La Habana. En el verano, cuando Cuba desclasificó la labor de un grupo de agentes de los Órganos de la Seguridad, salió a relucir que durante los últimos años la CIA se había interesado en conocer las enfermedades que afectaban a los cubanos y los programas del Gobierno Revolucionario para la adquisición de medicamentos.
Entre 1989 y 1991, a partir de la caída del campo socialista europeo y la desintegración de la URSS, cuando el Gobierno Revolucionario tomaba medidas para impulsar la producción agrícola y fomentar la exportación, aparecieron la mamilitis ulcerativa de la vaca lechera, la sigatoka negra en las plantaciones de plátano, la acarosis de las abejas, el fusarium del tabaco, la hemorragia viral del conejo, el pulgón negro y el minador de los cítricos. En 1995 reapareció la broca del cafeto y focos del mosquito Aedes albopictus (tigre asiático) capaz de transmitir varias enfermedades. En 1996 apareció la enfermedad ulcerativa de la trucha, se reportó la varroasis de las abejas y el Thrips palmi karny en varios cultivos, se registró un rebrote de dengue hemorrágico en Santiago de Cuba y en 1997 apareció el síndrome de la esterilidad del arroz.
Después se detectó el Staphylococcus aureus, un productor de toxinas. Aparecieron síntomas en niños de La Habana, Las Tunas y Guantánamo. Las investigaciones demostraron que el fallecimiento de tres niños y la aparición de cuadros graves, se debió a una contaminación originada en el exterior en una planta productora de vacunas contra el sarampión, lo que refuerza la sospecha de intencionalidad por el envío hacia Cuba de los bulbos sin las debidas condiciones de calidad y por el predominio de la contaminación en el lote originalmente producido en Estados Unidos.
En tiempos más recientes han surgido otras plagas que se encuentran bajo la observación de los especialistas cubanos.

El costo para Cuba

No es de extrañar que en el texto de la Demanda del Pueblo de Cuba al Gobierno de Estados Unidos por Daños Humanos (1999) se planteara que durante todos estos años de Revolución, “las acciones agresivas del Gobierno de Estados Unidos han afectado de manera significativa la salud de nuestro pueblo. Esta política criminal ha estado encaminada a entorpecer y obstaculizar los impresionantes logros que la política social cubana ha conquistado. Para ello se ha empleado, entre otras vías, la agresión biológica, que ha cobrado valiosas vidas humanas, incluidos niños y mujeres embarazadas”.
Hasta diciembre de 1999 el Gobierno Revolucionario tuvo que invertir 1 529 millones 27 958 dólares y 430 millones 261 mil 536 pesos en enfrentar los daños y perjuicios causados por las agresiones biológicas. Hasta diciembre del 2000 había gastado 2 158 millones de dólares, con gastos adicionales cada uno de los años en el orden de los 59 millones de dólares para enfrentar este tipo de agresiones.
En mayo del 2002 cuando el presidente George W. Bush acusó a Cuba de desarrollar armas biológicas, Fidel respondió: “En lo que se relaciona con las armas de destrucción masiva, la política de Cuba ha sido intachable. Nunca nadie ha presentado una sola prueba de que en nuestra patria se haya concebido un programa de desarrollo de armas nucleares, químicas o biológicas. Para los que no entiendan de ética, apego a la verdad y transparencia en la conducta de un gobierno como el de Cuba, podrían comprender al menos que hacer lo contrario habría constituido una colosal estupidez. […] Cualquier programa de esa índole arruina la economía de cualquier pequeño país; Cuba nunca habría estado en condiciones de transportar tales armas; cometería adicionalmente el error de introducirlas en combate contra un adversario que cuenta con miles de veces más armas de ese carácter, el cual recibiría, como un regalo, el pretexto de usarlas”.
Como expresara Fidel en octubre de 1997, nosotros estamos seguros de que durante un largo período el Gobierno de Estados Unidos ha sido responsable de este criminal plan de guerra biológica. Solo un ingenuo puede aceptar que tantas plagas seguidas contra cultivos esenciales: arroz, cítricos, papa, vianda, plátano, caña, café, tabaco, son obra de la casualidad. Y como recalcara el líder de la Revolución, nos asiste todo el derecho del mundo a denunciar cuando algunas de estas extrañas epidemias aparecen de impoviso en nuestro país.

Pedro Etcheverry Vázquez
Investigador del Centro de Investigaciones Históricas de la Seguridad del Estado.

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Fuentes consultadas

Discursos pronunciados por Fidel Castro Ruz (acto por el aniversario 28 del asalto al cuartel Moncada y la Sesión de Apertura del Congreso de Pediatría Cuba 84); Declaración de Eduardo Arocena Pérez ante el Tribunal Federal de la ciudad de Nueva York (Fondo FBI, NY). Datos suministrados por el doctor Humberto Vázquez (Mesa Redonda, TV Cubana, 8 de diciembre de 2000)

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