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domingo, enero 13, 2019
Las trabajadoras textiles de Bangladesh protestan por cuarto día consecutivo
El modelo "milagroso" de la industria textil bangladeshí parece empezar a encontrar resistencia. Millones de mujeres que trabajan por sueldos miserables volvieron a las calles a pelear por sus derechos.
La policía de Bangladesh disparó este miércoles gases lacrimógenos y balas de goma sobre una multitud de trabajadoras textiles furiosas por los bajos salarios, que ni siquiera son respetados por los empresarios.
El diario Daily Star publicó que un manifestante recibió un disparo mortal y otras tres docenas resultaron heridas durante la represión, durante el cuarto día de protestas de las trabajadoras.
La industria de la confección emplea a millones de trabajadores, y el 80% son mujeres. Se trata de la principal rama de la producción, con un total de 30.600 millones de dólares en exportaciones (en 2018), lo que representa más del 83 por ciento de las exportaciones totales de Bangladesh, y la segunda más grande después de China.
Sin embargo las 50 principales fábricas, que agrupan a la mayoría de las trabajadoras del sector, y producen para cadenas internacionales como Zara, H&M y Uniqlo, son conocidas por las condiciones de explotación, los bajos salarios y la inseguridad de sus instalaciones.
Las trabajadoras que ya habían salido a protestar a mediados de diciembre en una acción conjunta con los trabajadores portuarios, volvieron a las calles que no solo se cumpla con el mísero aumento del salario mínimo aprobado por el Gobierno, sino para exigir la duplicación del mismo.
"No nos están pagando a todas el salario de acuerdo al aumento que prometió el Gobierno. Por eso estamos protestando. Mientras no nos den los aumentos de salarios, esta protesta continuará", dijo a la prensa Rahima, una operadora de costura que participó en una de las manifestaciones en el sector de Kalshi.
El Gobierno de Bangladesh fijó en septiembre el salario mínimo de las trabajadoras textiles en 8.000 taka (unos 95 dólares), un ajuste del el 60 por ciento sobre el salario de 5.250 taka fijado el 1 de noviembre de 2014, por última vez.
Sin embargo las trabajadoras consideran la nueva estructura salarial como "inhumana" y "engañosa" y demandan un salario mensual mínimo de 16.000 taka (190 dólares). Esto último es considerado inaceptable por los empresarios que se niegan incluso a pagar el mísero aumento decretado por el Gobierno.
La directora ejecutiva del Centro de Apoyo a los Trabajadores de Bangladesh (BCWS, en inglés), Kalpona Akter, aseguró a la agencia Efe que las protestas se están extendiendo a medida que las trabajadoras comienzan a recibir sus pagos incompletos.
La furia no tardó en llegar y miles de trabajadoras salieron a las calles bloqueando carreteras y el ingreso a las principales fábricas, lo que fue respondido por los empresarios y el Gobierno con una fuerte represión que incluyó gases lacrimógenos y cañones de agua. Sin embargo las trabajadoras respondieron arrojando ladrillos y prendiendo fuego a varios vehículos sobre la carretera que conduce al aeropuerto internacional Hazrat Shahjalal de Dhaka.
El actual Primer Ministro, Sheikh Hasina, hizo de la explotación de la mano de obra una "virtud" y se apoya en los ingresos por la exportación textil para presentar su plan como un milagro del desarrollo económico. Sin embargo ese plan estuvo sustentado en la incorporación masiva de mano de obra femenina, durante la última década, en condiciones de seguridad deplorables, con jornadas de trabajo interminables y salarios de miseria.
Sin embargo este modelo "milagroso" parece empezar a encontrar resistencia. Las acciones en Bangladesh, al igual que las que se están registrando en India que vive este miércoles su segundo día de huelga general contra la reforma laboral, dan muestra de una clase obrera poderosa, mayoritariamente femenina, y con muchas ganas de pelear por sus derechos.
Juan Andrés Gallardo
@juanagallardo1
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