Tanto Zelensky como la Unión Europea habían terminado por aceptar la exigencia de Trump de llegar a un cese del fuego con Rusia, si Estados Unidos ofrecía garantías políticas y militares de ese acuerdo. El patotero norteamericano se negó a ese pedido, a sabiendas de que la UE no puede emprender ninguna guerra de alcance mundial sin los sistemas antimisiles de Estados Unidos y sin el sistema satelital que controla, básicamente el Starlink de Elon Musk. La garantía que ofrece Trump es el acuerdo acerca del Fondo para la explotación de minerales, que convierte a Estados Unidos en dueño de Ucrania, con el acuerdo de Putin. El gobierno ruso, por su lado, había dejado en claro que rechazaría cualquier tregua en las hostilidades que habilitara a la UE a instalar tropas propias en suelo ucraniano. Precisamente debido a este conjunto de contradicciones, ni la UE ni Zelensky fueron invitados a la mesa de negociaciones entre Trump y Putin. Una ocupación militar de Ucrania, aunque parcial, por parte de la UE, ofrecía al capital europeo un lugar en el reparto de Ucrania.
En las pocas horas transcurridas desde este show televisivo que batirá todos los récords de ranking comunicacional, no es posible medir la cadena de reacciones que no dejará de suscitar. No hubiera ocurrido lo contrario si Zelensky se avenía a las exigencias de Trump y Vance, porque una capitulación nacional de esa envergadura es propicia para provocar, como va a ocurrir de todos modos, conatos de guerra civil en Ucrania. Algunos voceros del partido Demócrata rechazaron la posición de Trump, mientras la dirección de los republicanos dio un apoyo incondicional. Este enorme tropezón internacional de Trump tiene lugar en medio de un violento ajuste económico contra los trabajadores y jubilados estatales, y un vaciamiento del sistema político. La cadena de retiros de fondos de las cripto monedas acelera el temor de que Estados Unidos sufra un colapso en su deuda pública. No está claro todavía quien ha salido más golpeados por el round de boxeo en la Casa Blanca, si la fracción política de Zelensky en Ucrania y la del Consejo Europeo en la UE, o el dúo de fascistoides del Ejecutivo norteamericano.
Los trabajadores aprenderemos mucho del desarrollo de estos acontecimientos, porque ponen al desnudo la inviabilidad de una iniciativa estratégica o histórica del imperialismo. La clase obrera debe unir su fuerza internacional para terminar con un régimen que lleva, de otro modo, directamente a una guerra de destrucción masiva.
Jorge Altamira
28/02/2025
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