Ganadora de importantes premios internacionales (Goya, Globo de Oro), estrenada en el Festival de Venecia, ternada y con altas posibilidades de quedarse con la estatuilla como mejor film internacional en la noventa y siete entrega de los Oscar, “Aún estoy aquí” es un film basado en las memorias del escritor brasileño Marcelo Rubens Paiva que relata los avatares de una familia golpeada por la última dictadura cívico militar de Brasil, que se extendió desde el 31 de marzo de 1964 (fecha del golpe de Estado contra el presidente Joao Goulart) hasta el 15 de marzo de 1985. Según el libro “Derecho a la Memoria y a la Verdad”, publicado por la Secretaría de Derechos Humanos del gobierno brasileño, “475 personas murieron o desaparecieron por motivos políticos en aquellos años” (“Direito a Memoria e a Verdade”, 24/09/2016). Sin dejar de lado que más de ocho mil integrantes de comunidades aborígenes fueron masacrados en dicho periodo de años.
Rubens Beyrodt Paiva, padre del escritor en cuyo libro se inspira la película, fue diputado nacional por el Estado de Sao Pablo por el Partido de los Trabajadores de Brasil (PTB). Con la irrupción del golpe, perseguido por las fuerzas militares y policiales, decidió exiliarse por lo menos un año en Yugoslavia y Francia. La angustia de no poder ver a sus seres queridos lo llevó a cambiar de avión y volverse a su tierra natal. En 1971, un grupo de tareas lo secuestró de su hogar, en Río de Janeiro, lo trasladó a un cuartel militar, donde fue duramente torturado y asesinado. La película retrata cómo su esposa Emilce Piava y sus cinco hijos deben escapar para sobrevivir. Y cómo ella se transforma en una de las voceras en la lucha por la memoria, verdad y justicia.
Visible en la aplicación Prime Video, el film no tiene aún fecha de estreno en pantalla grande. Que el film haya superado los tres millones de tickets vendidos (más del uno por ciento de la población total) en menos de tres meses de estar en cartel en el país carioca es la demostración de un pueblo hambriento de justicia, de verdad, de memoria.
Walter Salles, director de esta nueva obra del séptimo arte, y creador de películas de alto renombre internacional, como “Estación Central” (1998) y “Diarios de Motocicleta” (2004), entrevistado por la Agencia EFE, dejó algunos conceptos importantes. “Mediante tomas analógicas, algunas grabadas por los propios actores, que permitieron recuperar la textura de los años 70, la película busca construir memoria, ya que relata lo que sucede en una dictadura a través de la óptica de una familia”, apuntó.
Pocos años antes de culminar la dictadura, el gobierno militar promulgó la Ley de Amnistía (1975) que habilitó el retorno de los militantes políticos, sociales, personalidades del arte y la cultura exiliados, pero a la par protegió a militares, políticos y civiles partícipes en las violaciones, torturas, secuestros y crímenes. Dicha legislación no fue creación solo de los genocidas brasileños, ya que también en Argentina se aprobaron leyes de impunidad. Al respecto, Salles esgrime que “Esta amnistía es, con el tiempo, una amnesia. No crea un marco entre un antes y un después (…) En cierto modo, la película tuvo éxito ya que presenta una comprensión precisa de la memoria de aquel periodo (…) La sociedad va cuestionando ese olvido colectivo”.
Así como “Infancia Clandestina” (Argentina, 2011) retrata la historia de un chico, en el paso a la adolescencia, en medio del contexto de la dictadura militar de 1976-1983, “Aún estoy aquí” también desarrolla un mensaje altamente personal, cargado de vivencias, ternura y emotividad. Tratando así de correrse, tanto física como mentalmente, de la presión, de lo oscuro, de la muerte.
En tiempos de renovado negacionismo tanto en Brasil como en Argentina (Bolsonaro, Milei, etc.), este nuevo largometraje; debe servir como sostén para levantar bien alto las banderas de la memoria, verdad y justicia. Porque el pueblo no perdona, no olvida ni se reconcilia.
Maxi Robes
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