El consumo de lácteos sigue en caída.
El optimismo gubernamental respecto al dato de inflación no debe distraernos de que muchos alimentos básicos aumentaron por encima del índice general. Es el caso de los lácteos, como resultado los incentivos a la exportación y la concentración empresaria.
La inflación del 2024 cerró en 117,8%, sin embargo, superaron ese índice productos como el queso sardo (166,57%); el queso pategrás (154,39%); la manteca (147,9%); el queso cremoso (142,29%); el dulce de leche (140,11%); el yogur firme (139,34%); y leche fresca entera en sachet (136,65%). Como consecuencia de estas subas, el consumo de lácteos cayó 10,7% interanual en noviembre 2024 (último dato disponible), según el reporte del Observatorio de la Cadena Láctea Argentina (Ocla).
Así las cosas, en un país que produce en promedio casi 30 millones de litros de leche por día, las familias trabajadoras acceden cada vez menos a este alimento esencial. Lo anterior refleja hasta qué punto la producción alimentaria local está organizada alrededor del lucro capitalista, en desmedro de las necesidades sociales.
Detrás de este encarecimiento se encuentra la quita de retenciones para la exportación de productos lácteos, que, sin dudas, impactó en los precios internos. Se trata de una medida adoptada por Sergio Massa en octubre 2023, bajo el gobierno de Alberto Fernández, que Javier Milei prorrogó. A su vez, durante los primeros once meses del 2024, las exportaciones del sector crecieron -en comparación interanual- 10,5% en volumen y 6,3% en ingresos, según los datos de Ocla. De este modo, los monopolios de la industria láctea compensaron en el mercado externo la caída de las ventas locales.
Otro factor es la concentración económica que rige en el sector, sobre todo en el eslabón industrial. Las 16 principales empresas acaparan el 57% de la producción total. Las más importantes son Seputo (su marca más conocida es La Paulina), Mastellone Hnos. (La Serenísima) y Savencia (Milkaut), que controlan el 29% de la producción.
De esa forma se explica que, a pesar de la caída del consumo interno, la empresa Mastellone Hnos. haya mejorado 254,5% su resultado operativo durante los primeros nueve meses de gobierno de Milei, según un informe del Instituto de Pensamiento y Políticas Públicas. En cuanto al resultado neto de la firma, que incluye los beneficios obtenidos por la actividad financiera, el incremento fue del 1.108,9% gracias a las mieles del carry-trade montado por Milei y Caputo.
Como vemos, mientras falta el vaso de leche en la mesa de los niños pobres de Argentina, el puñado de capitalistas que domina la cadena láctea recibe ganancias extraordinarias. Una disparidad insoportable que pone de relieve la necesidad de nacionalizar bajo control obrero la industria de la alimentación, la tierra y el comercio exterior, a los fines de orientar la producción de alimentos al beneficio de las mayorías.
Sofía Hart
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